CAPÍTULO 47

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Mi pequeña ardilla dormía profundamente y, se aferraba a mi cuerpo con necesidad, me fue muy difícil separarme de su cuerpo, solo rocé sus labios, permitiéndole seguir durmiendo plácidamente y me dirigí a la empresa muy temprano; cuando aún no salía el sol. No quería que Jennie se sintiera sola, por lo que termine mis responsabilidades lo más pronto que pude. Regresé a casa pasadas las nueve y me encontré a Roma en la cocina, la saludé y tomé un vaso de café. Aún no se oían las voces de los pequeños, así que decidí entrar a hurtadillas al cuarto que había solicitado para ellos, al parecer el personal había sido muy diligente y todo estaba en su lugar. A mi hermana le va a encantar. Con una sonrisa en el rostro y el café recorriendo mi garganta, fui abriendo la puerta de la habitación que compartí con Chaeng las ultimas 2 noches; ahí estaba ella, tan hermosa como todos los días. Se encontraba de pie frente al grande espejo, poniéndose los aretes, no aguante las ganas de pegarme a su cuerpo y sentir su piel suave, por lo que me acerqué de golpe y la abracé por la cintura.

─Ah... m-me asustaste. ─pego un pequeño salto, haciendo que varios accesorios cayeran al suelo y luego me miró por el reflejo del espejo.

─Buenos días, amor de mi vida. ─dije contra su cuello. ─Te ves preciosa. Mmm... y hueles muy bien. ─ronronee y su piel se erizó. Me encanta tener este efecto en ella, su cuerpo responde con cada uno de mis toques, de la forma en la que espero. 

─H-hola mi amor. ─se dio la vuelta y envolvió mi cuello con sus brazos. ─Tú sí que estás hermosa hoy. ─hizo un mohín. ─Saliste muy temprano y, sabes que no me gusta. ─sus ojitos brillaron y me sentí culpable al instante, sé que le gustaba despertar entre mis brazos y que nos quedáramos consintiéndonos uno minutos, pero a veces, simplemente no podía. 

─Lo siento, cariño... pero gracias a eso, pude llegar más temprano. ¿y sí mejor me das un beso? 

─Te extrañé. ─dijo sobre mis labios. ─Mucho. ─unió sus labios con los míos, en un toque suave, amoroso, lento y pasional, en el que aproveché para acariciar su espalda descubierta y ella toco mi trasero a su gusto. Me encanta nuestra complicidad. Sonreímos a la vez cuando nos separamos del beso. ─¿Vamos a desayunar? Tengo hambre. ─dijo con voz tierna y pegó su frente a la mía.

Comencé a darle muchos besos en la cara, haciéndola reír un poco, luego tomé su mano derecha y bajamos entre risas y caricias. Sin embargo, mi semblante cambió, cuando oí reñidos desde el comedor.

─¡No quiero! No me gustan así. ─bufó Leo.

─Oh, lo siento mucho. ─exclamó Roma con pena aprentando su delantal, se veía nerviosa y fuera de lugar. 

─Buenos días. ¿Qué pasa aquí? ─pregunté, retirando mi mano de la cintura de Chae. 

─No quiero comer eso. ─menciono y alejo el plato con enojo, lo mire con seriedad y se cruzó de brazos inmediatamente. 

─Discúlpeme, señorita Kim. Estaré más atenta la próxima vez. ─hizo una reverencia.

─No tienes por qué hacerlo Roma. ─suspiré. ─¿Qué hay de malo con tu desayuno? ¿mmm? ─pregunté y me agaché un poco para mirarlo a los ojos.

─¡No soy un bebé! ─chilló. ─¡No quiero que mis huevos tengan una tonta carita feliz o que mi fruta tenga la forma de un conejo! Soy el hombre de la casa, no puedo aceptar esto. ─bufó descontento.

─Señorita Kim, yo... ─dijo nerviosa.

─Entiendo... No te preocupes, Roma. ─sonreí incitando a la calma y volví a mi sobrino. ─No por eso tienes que hablarle de esa manera a Roma, ella solo intentó hacer lo mejor por ti. Discúlpate ahora mismo. ─me puse de pie y fruncí el ceño. Él me miró confundido.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Where stories live. Discover now