CAPÍTULO 103

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Esa noche los presentes no se tardaron mucho más en la habitación de Jisoo, pues que ella reconociera su nueva realidad ocasionó que le doliera mucho la cabeza y debieron permitirle descansar, pues ella aún se encontraba demasiado débil física y mentalmente como para lidiar con todo, así que decidieron irse a los pocos minutos que Rosé abandonó la habitación. Para la rubia fue la peor noche de su vida, no logró despedirse de Jisoo y está vez estaría sola, ya que Haneul se negó a alejarse de su mami, por lo que la bebita se quedó en el hospital durmiendo en sus brazos junto a Irene. Un vacío muy desconsolador se clavó en el pecho de la rubia, y la tristeza por la situación la consumió, las voces y la debilidad volvieron sin piedad, se desesperó e intentó calmarse lo mejor que pudo pero no lo lograba, así que corrió hacia el bar de Irene y a escondidas de Seulgi tomó una botella de Whisky, no obstante, como siempre la guardiana de la cordura, Jihyo, intervino a tiempo y se la arrebató.

─No, Rosie, no hagas esto. Sé que te duele, pero Jichu te necesita ahora más que nunca, no puedes dejar de estar saludable. Haneul depende de ti. Cálmate. ─dijo Jihyo abrazándola muy fuerte, intentando transmitirle calma y serenidad a la rubia, ¿pero como seguiría haciéndolo, cuando su corazón continuaba roto a causa de la mirada desconocida que Jisoo le había dado?, jamás se había sentido tan extraña a los ojos de alguien y precisamente tuvo que ser su mejor amiga la que cortará el listón.

─Mmm... mgh. ─lloraba Rosé desconsolada. ─No sabés las ganas que tenía de besarla y de decirle lo mucho que la amo y cuánto la extrañé... me duele, me duele. ─las piernas de la rubia flaquearon y junto a Jihyo descendieron al suelo abrazadas. ─Estoy tan feliz de que esté despierta y qué precisamente ahora este junto a nuestra hija. Que estén juntas me pone muy contenta, pero... pero... no puedo, Jihyo. Yo también la necesito.

Cuándo ni las palabras son consuelo, no queda de otra que dejarse llevar por el llanto e intentar desahogarse.

Una pequeña masita se removia suavecito en los brazos de su madre, lo que provocó millones de sensaciones internas en el cuerpo de Jisoo; la alegría, la ternura, la euforia y sobre todo el amor por ver a su hija despertando enternecieron su corazón. Era la primera noche que pasaban como madre e hija y Jisoo no pudo dormir a causa de la emoción, y también a causa del miedo que le producía el volver a quedarse dormida otra vez.

─Hola, mi ángel. ─las palabras salieron de su boca sin avisó y su cabeza punzo de nuevo, por alguna razón la familiaridad en ellas ocasionó que incluso su corazón amenazara con abandonarle el pecho. Se sorprendió con la magnitud de sensaciones que le provocaba Haneul. La pequeña Kim sonrió y perezosamente puso su manita derecha en la mejilla de su mami, Jisoo se sobresaltó totalmente enamorada sintiendo ese precioso roce mientras los ojitos color avellana oscuro de su hija le daban la bienvenida a un nuevo día. La pelinegra no lo resistió y estampó sus labios contra la frente de su hija, una vez más ese acto le produjo estragos internos; varios flashbacks de sus acciones la agobiaban, pero nada era lo suficientemente claro como para despejar sus recuerdos.

─Pero qué mañana más sonriente. Buenos días. ─saludo animadamente el doctor Khons, el especialista que estaba a cargo del caso de Jisoo. ─¿Cómo se siente hoy, señorita Kim?

─Bueno... como verá, extraordinariamente feliz. ─dijo haciendo alusión a su pequeña hija. ─No sé imagina lo contenta que estoy.

─Eso es excelente, así tendrá energía para todo lo que tenemos planeado para hoy. ─dijo un sonriente Khons y Jisoo asintió a sus palabras, pues ahora más que nunca tenía un motivo enorme que la impulsaba a abandonar esa cama lo más pronto posible.

En cuanto comenzaron a realizarle más exámenes y terapias a su hija, Irene decidió salir a tomar aire junto a su nieta y le permitió a Jennie y a Lisa el acompañar a Jisoo. La mayor de las Kim se sentó en la cafetería en espera de algo nutritivo para comer junto a su nieta, y justo en ese momento sintió las manos de su pareja deslizarse por sus mejillas.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora