Gay Panic |Chaesoo| Editando.

CAPÍTULO 107

Luego de la decisión de Jisoo la rubia se enojó y no se disculpó por eso, se sentía egoísta por actuar así, pero su corazón no podía lidiar con la idea de que la menor la dejará de nuevo, porqué en definitiva el camino que iba a tomar Jisoo no la incluía a ella y a Haneul, todo porqué la más alta no quería exponer a su bebita a un posible peligro y evidentemente le pidió de favor a la rubia qué se quedará junto a ella. Era frustrante pero las dos caras de la moneda eran: en primer lugar respetar las decisiones de Jisoo y sus deseos ahora que no recordaba, y por otro lado su corazón. Rosé se mantenía nerviosa, claramente porqué entendía a su esposa, pues desde que conoció a Jisoo la última la impulso a seguir sus sueños y no pausarlos por ninguna razón. Jisoo ya se sentía lo suficientemente culpable por haber dependido tanto de su familia y de la rubia que no quería que Rosé continuará alejándose de sus amigos ni de su carrera por ella.

─¡Ay, cariño! ¡Mi maquillaje, noooo! ─se quejó Rosé viendo todas sus paletas, máscaras de pestañas, labiales y brochas destrozadas a manos de la pequeña Kim. ─Haneul, cariño... no vuelvas a hacer eso, bebé. Está mal. ─se agachó al nivel de la bebita, quien permanecía con una carita burlona y traviesa viendo a su mamá desesperada. ─Usaste tantos colores que pareces un arcoiris ahora mismo... ─soltó una risita tomándola en brazos.

─Rosie, ¿has visto mi bast... ─entró Jisoo a paso lento y quedó conmocionada por todo el destrozo cubriendo la alfombra color blanco de la habitación de la rubia. ─Wow. ─exclamó viendo cómo Haneul meneaba su manita izquierda contenta saludándola. Inmediatamente le causó risa a la más alta y terminó soltando una carcajada mientras se acercaba a su familia.

─Mami... dojo mío. ─la pelinegra no pudo contenerse a causa de la ternura de su pequeña señalando su rostro cubierto de todos los colores imaginables.

─¿El rojo es tuyo? ─preguntó Jisoo y Haneul asintió enredando sus bracitos en el cuello de Rosé. ─Te queda muy lindo, mi ángel. ─le apachurro las mejillas a su pequeña. ─Pero, por favor, la próxima vez no tomes las cosas de tú mamá sin permiso o se pondrá muy triste. ─La pequeña asintió a las palabras de su mami haciendo un puchero y luego le dio un piquito en la mejilla a Rosé embadurnándola un poco. El corazón de la rubia se apachurro a causa de la ternura de su hija y la abrazó muy fuerte contra su pecho ocasionándole una carcajada. ─Imaginé que estarías aburrida así que vine a llevarte al acuario. ─propusó y Haneul se emocionó mucho. ─Te pondré más linda de lo que estás e iremos con tus primos, Jaesang y la tía Jihyo, ¿vamos? ─Jisoo sonrió ampliamente y así mismo lo hizo su hija. Rosé la dejo en el suelo e inmediatamente la pequeña camino cual pato hasta tomar la mano de su mami, pues Jisoo aún no podía cargarla. ─Eh... Rosie, ¿quieres venir también?

─Te lo agradezco, Jichu, pero tengo que levantar todo este desastre pronto, estoy esperando visitas... ─respondió fría y se agachó al nivel de su bebita. Jisoo entristeció, pues luego de que le comunicará su decisión a la rubia, está cambio radicalmente con ella. ─Oww, te amo tanto, pórtate bien, mi cielo. ─mencionó Rosé dándole un fuerte abrazo a su hija. Finalizó poniéndose de pie. Jisoo fijo su mirada en ella y Rosé hizo lo mismo, se quedaron mirando fijamente un instante entre suspiros. La pelinegra sintió un nudo en la garganta y quiso hablarle a su contraria, pero muy a su pesar su hija comenzó a halar su mano con prisa. La rubia se despidió agitando su mano izquierda y cuando sus dos amores se apartaron de su vista totalmente, dijo. ─Te veías tan linda, Dios... ahhh. ─bufó tomando su sien. ─Seguir enojada contigo es demasiado difícil cuando me miras de esa manera. ─negó ofuscada con ella misma.

No podía enojarse mucho más tiempo con su esposa, porque esa mirada de cachorro abandonado le rompía el corazón cada que lo hacía. En ocasiones odiaba que Jisoo fuera tan firme y decidida en sus decisiones, pero sobre todo odiaba que la misma no decidiera cambiar sus planes, a pesar de ello, la pelinegra aplazó su viaje al ver la negativa de Rosé porqué su corazón se revolvía en su pecho, pero luego ya no pudo evitar sus propios deseos y se decidió. Rosé mantenía una disputa interna con su corazón, porqué él no quería que Jisoo se fuera un solo instante de su lado.