Gay Panic |Chaesoo| Editando.

CAPÍTULO 14

Estaba caminando tranquilamente con Toni, Jihyo y Jeongyeon hacia la sala de descanso cuando de repente se interpuso Iván en nuestro andar, el nuevo supervisor, impidiéndonos el ingresó. 

Era un trabajador nuevo, como mucho llevaba tres semanas y ya nos tenía hartos a absolutamente todos porque nos acosaba; nos molestaba a la hora del almuerzo poniendo distancia entre unos a otros, por lo que ya no podíamos almorzar juntos. En los pasillos no podíamos estar más de cuatro personas por grupo.

Unas reglas estúpidas apoyadas por presidencia con la finalidad de buscar mayor "productividad" del personal. 

Ridículo, era simplemente ridículo.

La hora del almuerzo era la escapatoria de muchos de nosotros, por lo que ya no teníamos ningún tipo de esparcimiento o distracción, era sumamente tonto y tan... mecánico y sumamente aburrido.

Adicionalmente últimamente había mucho trabajo por hacer y me sentía muy cansada, entonces estiré mis brazos sobre la mesa y me recosté unos segundos.

──Hola, amor mío. ─saludó Haein sentándose a mi lado.

──Hola. ─dije sin ganas.

──¿Qué te pasa? ─preguntó tomando mis manos entre las suyas.

──¡Sepárense ahora mismo! ─gritó Iván a todo pulmón y pegué un saltito, me sorprendió el tono de voz y su llegada.

──No estamos haciendo nada, solo comiendo. ─le respondió mi novio.

──No deben estar juntos. Las relaciones interpersonales están prohibidas en la empresa. ─sentenció con condescendencia.

──¿Desde cuándo no puedo almorzar con un compañero de trabajo? ─levanté la voz mientras me levantaba de la silla para estar a su nivel.

──Todos aquí sabemos que no hacen "eso" únicamente. ─aseguró con arrogancia y sentí hervir mi sangre, seguramente ya estaba roja.

Que ganas de insultar a este idiota como se debe.

──En la empresa se deben limitar a cumplir funciones y seguir las normas establecidas, es todo. Que sea la última vez que almuerzan juntos, sepárense. ─sentenció aplaudiendo en el aire. ──Controle sus modales.

Definitivamente IU se estaba pasando con tantas reglas estúpidas, es simplemente ridículo y ya me estaba hartando, pero... no podía perder mi trabajo.

Ahhhhh.

Servía de apoyo en el comedor, ya que no daban abasto con la cantidad de comensales que nos visitaban en la tarde.

Rápidamente me dirigí a la barra y pedí un trago largo de Remy Martín para un cliente recurrente.

──Ya te lo pasó, bebé. ─respondió Haein e inmediatamente comenzó a prepararlo.

──Gracias. ─suspiré apoyando mis manos sobre la barra.

──¿Qué haces aquí, Kim? ─preguntó Iván acomodandose las gafas.

──Claramente estoy trabajando. ─contesté con ironía. ──Gracias. ─concluí tomando el trago acomodándolo en la bandeja.

Ese tipo es un pesado, que frustrante.

──Señorita Kim, reúnase conmigo en cinco minutos.

──No vayas a discutir con él. ─manifestó Haein al oirlo. ──No me gusta que te alteres por cosas innecesarias. ─asentí retirándome con el servicio para el cliente.