CAPÍTULO 35

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Chaeyoung me ama y mi corazón estaba rebosante de felicidad.

Luego de mi pasado, de alguna manera ya no tenía esperanzas de volver a escuchar eso de nuevo, mucho menos de alguien que me hiciera sentir tan plena como ella.

Sin importar lo que sucedió y que ella haya pasado por tanto en el pasado, decidió luchar por salir adelante, por lo que me sentí muy orgullosa de todo su proceso, sin embargo, aún sentía irá respecto a lo que le sucedió.

Ese monstruo arruinó su vida, la convirtió en una persona gris, la lastimó de todas las formas posibles y también se aprovechó de su inocencia.

A la vida no le bastó y tuvo que poner a otro imbécil en su camino aquella vez que logré ayudarla en la empresa; ese que se coló y casi logró su cometido.

Justamente por ello me culpaba, puesto que yo soy la responsable de velar por la seguridad de todos allí como la CEO.

Sin duda alguna no me hubiera perdonado nunca sí la situación hubiera pasado a mayores.

No voy a permitir que nada, ni nadie la lastime otra vez.

...

──Hola, mi amor. ─me saludó con pereza, no obstante, al momento giró su rostro y sus mejillas lucieron rosaditas por la calidez que mantienen las cobijas todavía.

──Buenos días, mi ángel. ─me acerque a su boca rebosante de alegría y bese sus labios. ──Te ves preciosa. ─acomodé un mechón detrás de su oreja y ella sonrió gomosa.

──¿Ya te vas? ─hizo un mohín en cuanto detalló mi vestuario.

──Si, amor. ─acaricié su mejilla. ──Llegaré a medio día, no tardaré demasiado.

No quiero irme... 

──Detesto que tengas que irte. ─se sentó en la cama para estar a mi nivel. ──Pero también puedo comprenderlo. Eres muy responsable y la gran jefa. ─al oírla reí mientras ella se sentaba en mis piernas. ──Amor... ¿puedo ir a recogerte?

──Claro, bebé. Siempre que quieras puedes hacerlo. ─acaricié sus hombros desnudos. ──Vuelve a dormir. No quiero que te resfries.

──No puedo. Es que quiero acompañarte al auto. ─hizo un mohín luciendo muy consentida aferrándose a mi cuello.

──Quieres que te cargue, princesa, ¿no es así? ─cuestioné sonriéndo ladino y ella asintió. ──Eres una consentida, Chaeng. ─empecé a darle muchos besitos en el cuello.

──Amooor, detenteee... se te hará tardé. ─afirmó entre chillidos.

Justo de esa manera bajamos, entre juegos y risas; al parecer las chicas aún estaban dormidas porque no se oía un solo ruido.

Apachurradas salimos y nos encontramos con que Jihyo ya estaba saliendo de su casa.

──Te veré en un rato, mi amor. ─mencioné en un suspiró y luego de un piquito la dejé en el suelo.

──Está bien, cielo. ─dijo con pesar.

──Buenos días. ─saludo Jihyo y entró primera a mi auto. ──¡Ah, Rosé! Chewy te espera, quiere que desayunen juntas.

Ante lo dicho giramos a la vez, encontrándonos con Tzuyu, quién nos saludaba con la mano desde la ventana.

──Ve con ella, Chaeng. Me alegra que no te quedes sola ahora que las demás todavía duermen. ─le di un besito en la frente.

──Está bien. No olvides desayunar. ─afirmó y luego me dio un beso. ──Te amo, mi amor...─ante lo dicho quedé en shock. ─
──Adiós, Jihyo. ─finalizó con voz dulce, entonces comenzó a caminar rumbo a Tzuyu, por lo qué la seguí con la mirada.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora