CAPÍTULO 114

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¿Cómo podría describir lo feliz que me siento justo ahora al verla abrazarme? Ella es tan hermosa como el atardecer, tan deslumbrante como el cielo estrellado, tan pura e inocente como el rocio. Jisoo es hermosa e implacable. ¿Cómo puede ser tan demandante y suave a la vez? ¿Tan insaciable y abrasadora? Ella es todo. Siempre me deja sin aliento en todos los sentidos. Me ama como siempre he querido que me amen; con dulzura y pasión. Me desea tanto que me lo hace saber por la forma tan candente en que me hace el amor, por la forma tan placentera, agradable y apacible en que me toca como si se tratara de un dientecito de león que cuida con mucho anhelo. No sé si decir que los dos últimos días fueron mágicos, celestiales o que simplemente creí sentir tocar las nubes, porqué no podría describir tanto ímpetu y entrega. La amo. La amo demasiado.

A pesar de que mi pequeño ángel no dijo una palabra más, a través del brillo de sus ojos ví el deseo, el amor, la súplica y el arrepentimiento. Claro que me lastimaron muchas de sus actitudes, pero siempre fue indirectamente, siempre se trató de un tercero o la adversidad en medio de nosotras, pero eso no importa cuando en nuestro lugar seguro nos amamos, cuando somos devotas la una a la otra y sobre todo no importa cuando sé que su mente y su corazón siempre están puestos en mí.

Mientras la veo dormir boca abajo abrazándome con su brazo derecho la consiento, la acarició y me deleitó con su piel tersa preciosa. Anoche al fin me dejó tocar sus heridas cuando mis manos inconscientemente fueron a parar a su espalda; sus ojos se llenaron de lágrimas al instante y temblaba demasiado sobre mi cuerpo. Sabía que ella tenía mucho miedo a causa del shock por los horribles recuerdos, pero como siempre permitió que yo fuera la primera y lo atesoraba mucho; la primera a quien ella amo sinceramente, la primera a la que le abrió su corazón, la primera con quién se permitió amar de verdad, la primera con quién se casó, la primera a quien presumió, la primera que la hizo madre, la primera en marcar su alma. Lo sabía de sobra porque ya me lo había dicho y porqué también me di cuenta yo misma de ello por la forma tan incondicional en que me ama. Jisoo se entregó a mi sin medida desde aquella vez que me lo dijo y yo lo hice también. En ocasiones las relaciones tienen altas y bajas, pero siempre y cuando triunfe el amor ante cualquier adversidad tan solo habrá felicidad en cada lugar oscuro. Nos merecemos felicidad y nada más.

Continúe repasando las líneas de su tatuaje así como en alguna oportunidad ella lo hizo con el mío; tan delicada y cuidadosa. Mi dedo índice fue marcando las enredaderas en su cuello, las flores hibisco, las rosas con sus espinas. Una belleza como ella que se llevaba el dolor desgarrador por el que había pasado a mi Jichu, porque definitivamente ella fue quien más sufrió en el camino.

Su cuerpo se estremeció un poco y supe que había despertado en cuando sus ojos negros oscuros y profundos se enfocaron en mí. No dijo una palabra al respecto y tan solo fundió sus labios con los míos. Fue tan dulce. Tan placidos y tersos. Me envolvían. ─Buenos días, mi princesa hermosa. ─me atrapó con sus brazos e hizo que mi cuerpo reposará sobre el suyo. Mis mejillas ardieron, y es que sin importar cuántas veces amanezcamos desnudas, para mí será como la primera vez en Italia. Jisoo sonrió encantadora como siempre mientras su mano izquierda seguía la línea de mi columna y su mano derecha consentía mi mejilla suavemente. ─Eres demasiado hermosa, Chaeng. ─quise gritar. Es inexplicable cuando la persona que más amas te hace cumplidos, todo tu cuerpo se llena de energía, arde. ─Anoche fue mágico. Te extrañaba mucho, mi amor. ─sus brazos me envolvieron en un abrazo. ─No quiero que te separes un milímetro de mi, quiero que estemos así toda la vida porque no puedo estar sin ti un minuto más. Te necesito. Te necesito como el mismo aire para respirar. ─otra vez esa posesividad. Yo tampoco quería que nos separamos un segundo, porqué aunque ya estuviéramos juntas aún no era suficiente. Quería que solo estuviéramos las tres y nada más. ─¿Te quieres casar conmigo de nuevo, mi ángel? ─me senté al acto sobre su regazo y comencé a llorar mientras asentía. Jisoo me abrazó de nuevo mientras acariciaba mi cabello. ─Está vez quise ser yo quien te hiciera la pregunta. Mi amor, quiero que seamos felices, quiero verte sonreír, quiero acompañarte en cada pasó que des, quiero todo contigo. Está vez no tenemos que huir, ni correr para vivir nuestro amor. ─no pude articular una sola palabra, se me hizo un nudo en la garganta. ─Tus lágrimas ya no serán de tristeza, porqué simplemente no la habrá. Seremos una familia y te daré esa luna de miel interminable que siempre has querido, mi ángel. Tú y Haneul me tendrán solo para ustedes. ─no lo soporté y comencé a besarla desesperadamente. Sus palabras fueron la epítome de todos mis sueños. Ella se apoderó de mis nalgas apretujandolas con suavidad mientras yo me deleitaba con sus labios. En un movimiento veloz me penetró al momento y gemí fuerte sobre sus labios, mis piernas temblaban demasiado, seguramente no podría aguantar otra sesión de amor acalorada. Incluso perdí la cuenta de la cantidad de orgasmos que me hizo tener hace unas horas. Me apoye en mis manos mientras gruñía. La mejillas de Jisoo al fin estaban sonrojadas, mis pechos estaban a milímetros de su boca y mientras me penetraba lamió el derecho. Jadee. Ahora lo chupaba con fuerza, succionandolo. Dejó escapar un sonido lascivo cuando una vez lo soltó. Sus manos fueron a parar a mis caderas y con fuerza me levantó, hasta sentarme sobre su cara. No me dió tregua y comenzó a lamer y besar mi intimidad. Sus manos en mi retaguardia fueron a parar a mi cadera de nuevo o caería sobre ella, no tenía una pizca de energía. Me apoye con fuerza con una mano del marco de la cama y la otra la lleve a su cabello.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Where stories live. Discover now