CAPÍTULO 104

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─Ya, Rosie... por favor no llores más. ─dijo Hyeri abrazando a la rubia. Luego del día en que Jisoo le habló acerca de su relación Rosé entró en una especie de bucle de tristeza, no sonreía y lloraba desconsolada. Hechos característicos de su depresión y ansiedad; pensó que lograría soportar la situación pero definitivamente no fue así, todos parecían estar agusto junto a Jisoo, pues de una u otra manera la pelinegra los trataba lo mejor que podía, incluso reía con las chicas, ¿pero porqué ella no lo sentía de la misma manera? nada se sentía igual, pues mientras Jisoo se recuperaba físicamente ella continuaba en un abismo junto a su corazón anhelante de amor.

─Estoy enojada por toda esta mierda. ─bufó Suzy. ─Osea puedo entender que el estado de salud de Jisoo es delicado, que no recuerda nada y que tenemos que tener paciencia al respecto y bla, bla, bla... pero lo que no entiendo es ésto Park. ─la rubia salió del pecho de Hyeri limpiando sus lágrimas con confusión. ─No me mires así porqué me enoja más. ─señalo a Rosé. ─Es que simplemente no entiendo, ¿que haces aquí llorando, triste y en pena?, se que te duele mucho y puedo entenderlo perfectamente. ─le acarició la mejilla izquierda a Rosé. ─¡Pero Park, maldición! En vez de estar aquí cubierta de lágrimas, ahora mismo deberías estar al lado de tu sensual y preciosa esposa recordándole todo lo que la enamoró de ti. ─Suzy tomó asiento muy exasperada al lado de Rosé.

─Ya lo he hecho... le he hablado de absolutamente de todo lo que tengo permitido decirle, pero Jichu no reacciona... ─sollozó la rubia. ─Ya no me mira como antes, ni siquiera permite que la toque salvo para abrazarla y es demasiado frustrante y doloroso... no se qué más hacer para que me recuerde y me ame tanto como yo a ella.

─Mmm... claro que hay muchas cosas más por hacer al respecto, ¿no crees, Bae? ─propuso Hyeri sonriendo.

─Por supuesto que sí. En primera medida te levantaras de está cama y te pondrás muy sexy... tan sexy que harás que incluso el hospital entero se revolucione... ─Suzy se levantó de la cama con energía y continuó. ─Y también dejarás de actuar tan tímida, ahora vas a ser firme y segura en todo lo que hagas respecto a Jisoo. ─Suzy fijo su mirada en Rosé y comenzó a limpiar sus lágrimas. ─Si las palabras no funcionan, ahora probaremos con el poder de la seducción y del coqueteo.

─Eso no va a funcionar, Suzy... ella se rehúsa y no quiero sentirme peor de rechazada. ─contestó Rosé encogiéndose en su lugar.

─Claro que va a funcionar, he visto lo incómoda que se pone cuando estás muy cerca de ella... es más, me atrevo a decir que se incluso se pone nerviosa, estoy segura de que le atraes de alguna u otra manera. ─Rosé vio al suelo y Suzy levantó su mentón para que la mirará. ─No sabes lo mucho que odio que dudes de ti misma y de tus capacidades. ¡Rosie! Eres muy hermosa, recuérdalo.

─Así es, recuerda que antes de que todo ésto pasará, Jisoo te lo decía a diario... recuerda que te decía que te amaba... ella te cuidaba y te mimaba incondicionalmente, nada de eso ha cambiado en su corazón, es solo que no lo recuerda, pero ahí está. ─agregó Hyeri frotando la espalda de la rubia en modo de consuelo.

─¡Exactamente! Todos sus sentimientos por ti siguen guardados en alguna parte y debes hacerlos surgir a las buenas o a las malas. Incluso si eso significa que tienes que llegar a seducirla. ─dijo Suzy sonriendo ladino y Rosé pestaño varias veces con confusión. ─¡Es tú esposa! Estoy segura de que al principio le será difícil, pero tú más que nadie conoce sus puntos débiles. Así que arriba ya, vas a recuperar a Jisoo, Roseanne de Kim. ─a continuación Suzy y Hyeri la abrazaron y Rosé sonrió entre lágrimas. Lo intentaría, tenía que hacerlo o definitivamente no sabría cómo seguir viviendo sin el afecto de Jisoo.

Las chicas tenían razón, bastó que la rubia se empoderara para que las miradas no se apartarán de ella, sin embargo, varias dudas se plantaron en la rubia mientras caminaba junto a sus amigas hacia la habitación de su esposa, se sentía débil y frágil, pues la actual Jisoo no era para nada parecía a la persona que ella conoció, era fría y reacia ante ella y sus acciones. Suspiró afligida y se detuvo en la puerta, tomó una bocanada de aire e hizo memoria un momento. Ahora todo era exactamente igual que al principio cuando conoció a Jisoo, pues en el ahora como en ese entonces, la pelinegra aún era amable con ella, así que si en el pasado había podido conquistarla ahora también lo intentaría, pues su felicidad y la de su pequeña familia se encontraban en juego, todo dependía de su esfuerzo y no pensaba echarlo a perder. Con firmeza y con la frente en alto abrió la puerta de la habitación de su ángel y no pudo evitar sonreír al verla intentando caminar con todas sus fuerzas, aguerrida a los barrotes auxiliares, no obstante, la presencia de Tristán a su lado ayudándola hizo que el estómago se le revolviera y de repente aparecieron los celos.

Gay Panic |Chaesoo| Editando.Where stories live. Discover now