He llevado al villano por mal camino, ¿cómo lo soluciono?

Capítulo 105

No cabe duda de que los monstruos que atacaban la ciudad suponían un peligro, pero también había oportunidades. En el pasado, si los cultivadores querían cazar monstruos, tenían que adentrarse en los bosques. Al ir solos a una situación tan peligrosa, se convertirían fácilmente en comida de los monstruos. Y si había demasiada gente en el equipo, podrían alertar a los monstruos. E incluso si lograban matarlos, no conseguirían muchas piedras espirituales.

Esta vez, cuando los monstruos atacaron la ciudad, todos los cultivadores que custodiaban la muralla se quedaron atónitos al ver las densas bestias en la distancia. Muchos de ellos nunca habían visto reunirse un número tan grande de ellas.

Su deseo de vigilar la ciudad se convirtió instantáneamente en un deseo de recoger piedras espirituales. La percepción de muchos cultivadores sobre los monstruos cambió por completo. Lo que veían ya no eran monstruos, sino montones de brillantes piedras espirituales. ...

Por supuesto, que pudieran aguantar para disfrutar de estas piedras espirituales era otra cuestión. Al menos por ahora, la moral de los cultivadores que custodiaban la ciudad ya estaba activada.

Una vez terminada la batalla de la familia Fang, Xu Ziyan siguió al patriarca Jiang hasta la muralla de la puerta oeste, tal y como le había asignado la familia Jiang. El conjunto defensivo de toda la ciudad se activó. A simple vista, la ciudad era tan sólida como el oro.

En la casa de Fang, Bai Hua intentó acercarse a Xu Ziyan varias veces, pero su acercamiento fue claramente bloqueado por Xu Zirong. Xu Ziyan no quería involucrarse con él, así que simplemente fingió no verlo.

Bai Hua apretó los dientes en secreto e incluso amenazó a Xu Zirong en voz baja con sus repugnantes pensamientos, pero a Xu Zirong no le importó en absoluto. Por el contrario, mostró una hermosa sonrisa, "digas lo que digas, ¿crees que el hermano te creerá?"

Al ver que Xu Zirong se marchaba, Bai Hua se puso tan furioso que casi se aplasta los dientes. Xu Zirong sólo utilizó el método más simple para encontrar su debilidad. Xu Ziyan nunca creería sus palabras, ya que no eran para nada cercanos.

Incluso quiso contar el asunto delante de todos, pero cuando lo pensó, suprimió esta tentadora idea.

No tenía ninguna prueba válida en sus manos. Por lo tanto, si acusaba a los discípulos directos del alma naciente tan al azar, ni siquiera su maestro podría protegerlo.

Además, ahora la atención de todos se centraba en los monstruos que atacaban la ciudad. Aunque era una noticia aterradora, era un asunto propio, y los cultivadores que lo observaban no estaban dispuestos a sumar enemigos para él. Si no manejaba bien el asunto, podría verse involucrado también.

Mirando a Xu Ziyan que no estaba lejos de él, Bai Hua nunca encontró la oportunidad de acercarse a él. Al final, sólo pudo ver cómo los hermanos Xu seguían al patriarca Jiang para vigilar el muro oeste. En cuanto a él, tuvo que seguir al patriarca Fang para vigilar la muralla del lado sur.

Después de salir de la casa de Fang, Xu Ziyan finalmente respiró aliviado. La aguda mirada de Bai Hua le hizo sentirse muy incómodo, y la actitud de Zirong también era vagamente diferente a la de antes.

Ni siquiera sabía que era el centro de la competencia entre los otros dos. Lo único que quería hacer ahora era alejarse de Bai Hua lo antes posible después de superar el asedio de los monstruos. A los ojos de los demás, Bai Hua podría representar un encuentro romántico o el amor verdadero, pero para él, Bai Hua representaba los desastres, y es el caso de Xu Zirong.

Además, ese tipo parecía tener una extraña habilidad para tentar. Aunque no fue víctima de ella, notó que las generaciones más jóvenes de las familias Fang y Jiang parecían estar demasiado entusiasmadas con Bai Hua.