Reglas absurdas, modales en todo momento, normas y normas qué limitaban mis ganas de conocer el mundo, de leer, de adquirir conocimientos, de saber más y salir de esta burbuja de privilegios qué me tenia ahogada por que poco a poco me perdía de la vida.
-... ¿Acaso estas escuchando lo que te digo?- Eleve la mirada ante Crocodile, quien, en ausencia de mi madre había adquirido el poder y estaba haciendo del reino un desastre.- Como te decía, tu matrimonio debe ser efectuado lo más pronto...
-¿Matrimonio?- Pregunté abriendo mucho los ojos.- ¿Con quién se supone que voy a casarme? Yo...
-¡basta de quejarse!- hizo un gesto con la mano y supe que debía callarme.- El hijo de la familia Vinsmoke, Sanji, es el indicado para ti.
-¿Por qué? - cuestione.- ¿Por qué es una familia rica y poderosa con quien unir reinos? Yo no quiero casarme con nadie, yo quiero aprender, estudiar y viajar.
Él rodó los ojos y se acercó a mi.
-Ya quedó pactado, de hecho despedimos a todos tus amiguitos de la servidumbre y he contratado a nuevos, por respeto únicamente dejamos al saco de huesos de tu mayordomo.
Suspire aliviada, si Brook seguía aquí, todo iba a estar bien.
-Bien, ¿puedo retirarme?- pregunté poniéndome de pie y él asintió.
-La servidumbre se presentará hoy, deben ya andar por ahí conociendo el castillo, vístete decente y por favor, no interactues demasiado con ellos, son gente deplorable.
Me retire sin dar respuesta alguna y caminé hasta mi habitación.
Entré a ella y me encontré con un cuerpo delgado utilizando el uniforme de limpieza, una cabellera naranja sujeta en un moño muy apretado fue lo que llamó mi atención.
-Hola.- Susurre y se giró de golpe, cerrando el libro que llevaba entre sus manos y dejándolo caer.
-¡Mierda! Ay.- Me miró alarmada e hizo una reverencia.- Una disculpa, yo... Estaba.... Eh... Limpiando el polvo.... Si
Sonreí y caminé hacia ella cerrando la puerta.
-Tranquila, no te haré nada, ¿Eres recién llegada?- Pregunté y asintió levantando la cabeza, tome el libro y miré el título.- ¿Has elegido de casualidad el libro de navegación, o te gusta?- Sus ojos se iluminaron.
-¡Amo la navegación! Mi sueño es convertirme en una increíble navegante.- Sonrió con grandeza y deje el libro en sus manos.
-Entonces quédatelo, te servirá de algo.
La sonrisa se borró de sus labios y volvió a adoptar una pose tensa.
-No debería, de hecho no debería ni siquiera interactuar con usted, fueron reglas de...
-¿Crocodile?- Pregunté y ella asintió.- No te preocupes por él, no somos iguales.
Ella me sonrió y la hice sujetar el libro con fuerza.
-Soy Robin, ¿Cuál es tu nombre?
-Soy Nami.
**
Corsé apretado, maquillaje, vestidos pesados y una carga sobre mis hombros era todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor, Nami apretaba con fuerza para que mi cintura se viera pequeña mientras yo intentaba no concentrarme en el sentimiento de asfixia.
-¿No es emocionante?- Me preguntó con ojitos soñadores.- ¡Vas a casarte con un príncipe!- dio unos saltitos de alegría y sonreí con pesar.- Es un sueño.
-No creo que sea tanto como un sueño.- Susurre caminando hacia la ventana y me encontré al personal de servicio en el patio trasero.
Al parecer se estaban preparando para cenar algunos, por que un hombre fornido cargaba una mesa enorme y la colocaba en el patio.
La puerta se abrió y Brook sonrió en mi dirección.
-Siempre tan hermosa, señorita.- Le devolví la sonrisa.- Una disculpa que entremos, pero vamos a sacar los libros que ya ha leído para traerle nuevos.
Asentí hacia él y entró seguido de un hombre, él llevaba el cabello verde muy corto, el ceño fruncido y una cicatriz cruzando por uno de sus ojos, tenía el rostro tenso y caminaba de manera firme.
Dio un asentimiento de cabeza hacia Nami e hizo una reverencia ante mi, sin decir nada tomo varias cajas de libros y las echo sobre su hombro.
Vaya espalda.
Me miró de reojo y le sonreí, curiosamente sus mejillas se pintaron de rojo rápidamente y salió de la habitación, no pude evitar seguirlo con la mirada.
-Impresionante, ¿cierto?- Me preguntó Nami y yo comencé a reír de forma nerviosa.- Ese es Zoro, muy gruñón y nada amigable, pero es buen chico.
Me reí otra vez y volvió a aparecer por la puerta cargando cajas, las acomodo en una esquina y se termino de llevar todas las cajas de libros viejas en completo silencio.
-Bueno, también es hora de ir a la cena.- Dijo Brook mirándome con un toque de tristeza.- La acompaño, Nami, ¿serviras en la cena?- Ella asintió.
**
La mesa era enorme y en su mayoría estaba vacía, El príncipe era un rubio qué mantenía uno solo de sus ojos a la luz, el otro lo cubría su cabellera, se mantenía serio y me miraba de reojo de vez en cuando dándome leves sonrisas amables pero tensas.
Era claro que ni él ni yo queríamos estar aquí.
Nami entró para dejar la entrada junto con otros empleados más que no había visto antes, pero fui capaz de notar las señales entre ella y el príncipe.
Noté como sus miradas se cruzaron cuando le colocó el plato enfrente, las mejillas de ella fueron teñidas de rojo de inmediato y él le dio una sonrisa coqueta, casi brillante, y supe que la suerte era de ellos dos.
Y tenia que serlo.
Aunque fue algo de unos segundos pude notarlo, fui capaz de ver el brillo en sus miradas y eso era algo que yo quería para mi, pero no así, no quería una relación arreglada, no un romance por conveniencia, yo buscaba independencia y tal vez un amor, pero un amor real.
Y supe que debería hacer algo por ellos dos.
**
Desperté muy temprano, demasiado temprano, eran alrededor de las cuatro de la mañana, pero me puse en pie y con pasos sigilosos corrí por los pasillos en búsqueda de Nami, pero choque con fuerza contra algo duro.
Demonios, ¿cuando habían puesto una pared aquí?
Levante la mirada ya que había caído al suelo y me encontré con un único ojo mirándome con el ceño muy fruncido, me ayudó a ponerme en pie y sonreí, tal vez él podría ayudarme.
-Oh, hola.- asintió hacia mi a modo de saludo.- ¿Estas muy ocupado? Sé que es temprano y que debes estar...
-¿Qué necesitas?
Uh, un poco rudo.
-Necesito un poco de ayuda, ¿Eres amigo de Nami?- asintió y me di cuenta que no me había soltado, aun, me tenia sujeta del brazo.- Bien, quiero organizar algo para ella y para...
-Espera, ¿Estas organizando algo?- Asentí rápidamente.- ¿tú estás haciendo algo por un sirviente? ¿No, debería ser al contrario?
Frunci el ceño y me aleje de su agarre, me miró con severidad, él no me conocía, no sabía cuales eran mis ideales ni qué demonios quería hacer.
-Bueno, fue un error venir contigo, olvidalo.
Me di la vuelta dispuesta a irme y tomó mi mano con fuerza, me hizo girar para encararlo, levanto la comisura izquierda de su labio.
-Te ayudo, cuéntame tu plan, pero si falla no será mi culpa.
Sonreí y asentí hacia el.
-Bueno, el plan es...
**
Las velas, el frio tenue de la noche, los grillos cantando, un vestido mio qué jamás había usado y un peinado elaborado eran todo lo que Nami necesitaba para tener una noche especialmente hermosa.
Sanji, el increíble príncipe qué había estado viviendo con nosotros en el castillo se encontró visiblemente sorprendido al no encontrarme a mi en la mesa, pero su sonrisa fue real cuando miró a Nami, sus ojitos brillaron con alegría y se sentó de inmediato para tomar las manos de ella entre las suyas.
-Eres hermosa.- Le dijo y me reí un poco al ver un único ojo siendo rodado, Zoro se cruzo de brazos a mi lado y luego bostezo.
Habíamos estado toda la mañana corriendo como locos de un lugar a otro para conseguir la cena perfecta y era agotador, bueno, lo fue aun más para él qué tenía que hacer sus responsabilidades al mismo tiempo.
-Creo que puedes irte, ellos dos están cenando.- Susurre y se cruzo de brazos.- Creo que no nos van a necesitar por lo que resta de la noche.- Sentí un suave empujón y lo miré sorprendía.
-¿No nos van a necesitar? Nosotros tampoco los necesitamos.- Se encogió de hombros y señaló con la cabeza el pasillo.- Ven, te mereces un descanso y algo de paz.
Lo seguí por el pasillo, el personal de servicio en su mayoría estaba yendo a dormir, era bastante noche así que todo mundo estaba terminando sus labores.
Me deje guiar con tranquilidad, él caminaba tranquilo, íbamos uno al lado del otro y pude detallar su perfil, tenía curiosidad sobre esa cicatriz qué cruzaba por su ojo, por los pendientes que colgaban de su oreja, por las cicatrices en sus dedos y por toda su aura en general.
Salimos hacia otro de los patios del castillo y respire con profundidad, hacia mucho que no visitaba este patio y las flores eran abundantes, había miles de flores de todos colores y tamaños, el aroma era indescriptiblemente delicioso, sentí una mano en la espalda, me gire para encontrarme con Zoro.
-Es muy bonito aquí.- Le dije, pero estiró una mano hacia mi y eleve una ceja.
-Ven, falta lo mejor.
Acepte su mano y me guió hasta las afueras del enorme castillo, un lago se plasmó frente a nosotros y apreté un poco su mano, me sonrió y con mucho cuidado me hizo subir a un bote qué estaba ahí.
Subió detrás de mi y nos alejo de la orilla con destreza, ante la luz de la luna el lago era increíble, el reflejo de la escasa luz nocturna convertía todo en algo mucho más íntimo y especial.
-¿Por qué hiciste eso?- Preguntó dejando de remar un poco y eleve ambas cejas curiosa.
-¿Por qué hice qué?
-Ayudar a Nami, digo, él era tu futuro esposo, ¿cierto?
-oh.- Susurre, realmente no tenia una respuesta para ello.
-Acabas de entregarle a tu futuro esposo a una sirvienta... Y justo ahora estas en un bote, sola, enmedio del lago, con otro empleado hablandote.- Se señaló a él mismo y comencé a ponerme nerviosa.- ¿Acaso entiendes lo que hiciste?
Me daba risa la idea de él regalándome a mi por algo como eso, simplemente había ayudado a Nami con algo que había visto desde el inicio, el brillo en sus ojos era increíble al momento de haberse visto, y yo veia algo en Zoro qué no sabía descifrar pero me encantaba.
-¿Eres consiente de que acabas de, claramente, arruinar los planes de unificar reinos? Qué las mujeres no gobiernan y que seguramente perderás el título por que no te dejaran ser reina tu sola?
Esperaba algo más, pero me quede mirándolo, tenía el ceño levemente fruncido, parecía molesto incluso, me mordí el pulgar, realmente pensé en qué demonios estaba haciendo, ¿Por qué me había ido con él? ¿Por qué estaba ahora sola con él? ¿Qué me había llevado a eso?
Sonrei por lo bajo y rápidamente salté a sus brazos, lo escuche maldecir y tomé su rostro entre mis manos para acercarlo a mi, cerré los ojos y me deje llevar, cubrí sus labios con los míos, fue un beso qué me supo a gloria, a libertad, un beso qué me supo a buenas decisiones y una vida plena.
Sus manos fueron a mis hombros, rogué para que no me alejara y no lo hizo, sentí sus manos hacer presión en mis hombros y luego bajar a mi cintura para acercarme a él.
Mordí un poco su labio y lo escuche gruñir, no quería separarme, pero la falta de aire se hizo presente y retrocedi un poco, a la poca luz visible su rostro era bastante lindo de ver, si ceño ligeramente fruncido, sus labios algo rojos, un único ojo analizandome... Era increíble.
-No arruine mis planes, sólo los modifique a mi conveniencia.- Susurre dejando un suave beso en sus labios.- ¿Tú crees que arruine mi futuro?
Se Quedo callado, su mano hizo más presión contra mi cadera y volvió a besarme.
Tal vez no me había equivocado.
Tal vez todo iba a estar bien.
Pero era seguro que me gustaba la idea de haber roto las reglas.
**
¡Holaaa! Regrese por aquí, espero actualizar más seguido otra vez por aquí.
Y para recordarles qué tengo otras dos novelas de esta pareja en mi perfil:
-Al vaivén de las olas ( OP universo)
-Nuestro último año (UA)
Por si gustan pasar 💓