Bien, Nami se iba a casar, nada del otro mundo, ¿cierto? Exceptuando qué iba a casarse con Sanji, nuestro amoroso cocinero qué parecía a un no creerse la noticia.
Yo sonreí ante la mirada de ambos, me miraban esperando una respuesta, yo me encogi de hombros bebiendo de mi taza de café para intentar adquirir un poco de tiempo para tener una respuesta.
-Supongo que puedo ser cómplice en esto, ¿Dama de honor? Más qué feliz.- Nami suspiro encantada de mi respuesta y me abrazo con mucha fuerza mientras daba pequeños saltos.
-¡Genial! Te prometo que el padrino de Sanji no te va a decepcionar.- Me guiño un ojo y abrí mucho los ojos esperando que mis pensamientos fueran solamente eso y el padrino no fuera...
-Zoro.- Susurre mirandolo entrar a la habitación de Sanji, él me dio una suave sonrisa antes de cerrar la puerta tras de él y mirar a los novios.
-¿Que más falta hacer?- Preguntó cruzando sus brazos y Nami corrió a abrazarlo con fuerza, él rodo su único ojo sano antes de sostenerla con un brazo.
Nami nos hizo sentarnos, yo me acomode en el sofá qué estaba ahí, Zoro se dejo caer en el suelo a un lado de mi y la parejita se acomodo en la cama para comenzar a planear todo de lo que sería su boda, principalmente el como le dirían a la tripulación.
Anote todas las cosas que querían que hiciéramos mientras Zoro escuchaba atentamente a todo, aunque parecía ser muy distraído, para este tema se centro por completo y estuvo el todo momento pendiente a cada cosa que decían.
Terminamos de anotar los pendientes a altas horas de la noche y salí de la habitación de Nami enmedio de un suspiro mientras un bostezo se apoderaba de mi.
Sentí algo entre mis labios y abrí mucho los ojos cuando me hice para atrás y mire la mano de Zoro muy cerca de mi rostro y su dedo índice estirado, ¿lo había metido a mi boca? Él me sonrió antes de encogerse de hombros.
-¿Sueño?- Preguntó estirándose un poco y dejándome ver los músculos de sus brazos tensarse, llevaba una pijama color azul de mangas cortas y pantalón a cuadros.
-Un poco, Nami puede marearme cuando me da mucha información.- Susurré mirándolo de reojo y él asintió señalando con la cabeza el fondo del pasillo.
-¿Te acompaño? Voy a darme una ducha antes de dormir.- Asentí sonriendo y caminé junto a él en silencio.
Nos despedimos y entre a mi habitación, el sueño me estaba comiendo así que me tire a la cama y caí dormida.
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Tal vez ser madrina no era la mejor opción, el hecho de que la boda fuera a realizarse en un mes me hacia volverme un poco loca, había pasado las últimas semanas sufriendo por Nami y sus ratos de crisis, sin embargo al toda la tripulación estar enterada todo era mucho más fácil.
Justo ahora estábamos ayudando a Nami con su vestido, ella lucia hermosa con el blanco y largo vestido sin mangas qué caía hasta sus tobillos, el velo le daba un toque elegante y su cabello recogido la hacia ver como toda una modelo.
Ella parecía encantada, así que dio un par de palmadas en el aire, Zoro gruño por lo bajo mientras se cruzaba de brazos en el sofá y miraba con aburrimiento una revista.
-¿Por qué estoy aquí yo?- Me pregunto en un susurro y sonreí.
-Por que Nami confía en ti para llevar el vestido.
-Aun tengo que firmar y enviar todas las invitaciones, ¿Sabes lo que es eso? Me están matando.
Me reí libremente y lo mire de reojo sonreir, estábamos nosotros dos con Nami, Sanji había ido a comprar su traje junto a Luffy, Brook y Franky.
-¿Y no estas emocionado?- Pregunte observando a Nami bajar de donde estaba y caminando hacia los vestidores.
-¿Por la boda? Estoy cansado, quiero que se casen ya y dedicarme a lo mio otra vez.- Susurro cerrando su ojo y luego mirándome, su mirada parecía querer gritarme algo, pero no sabia que era.
-Ya casi, dos semana más.- Le dije y un mechón de mi cabello cayo hacia el frente, él de inmediato lo paso por detrás de mi oreja y se quedo muy quieto después de hacerlo.
-lo siento.- me dijo haciéndose para atrás y evitando mi mirada, sonreí.
Eso iba a ponerse interesante.
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Me senté en la cama y suspire de alivio, mi cuerpo completo se sentía adolorido, pero partes de mi cuerpo aun palpitaban un poco, mire a mi alrededor para intentar localizar mi ropa pero era un desastre el suelo de la habitación.
Intente bajar de la cama, pero una mano rodeando mi cintura me detuvo, maldije intentando recordar que demonios fue lo que había pasado anoche, pero no pude recordarlo.
La mano en mi cintura comenzó a palpar mi piel por encima de la tela y desapareció de golpe, me senté mejor y algo se removió debajo de las sábanas, tome la orilla de la sabana y mis sospechas se hicieron ciertas cuando Zoro comenzó a quejarse y llevo ambas manos a su cabeza.
Oh, mierda.
Él se estiro y al sentir algo extraño se giro y su mirada se encontró con la mía, sus mejillas rápidamente de tiñeron de rojo y su único ojo sano se abrió mucho.
-Supongo que hola.- Susurre notando como su pecho se encontraba al descubierto, mis ojos bajaron hasta su espalda baja, en donde muy apenas era visible un bóxer color negro.
-¿Por qué traes mi ropa?- Me pregunto sentándose y mirando a nuestro alrededor.
Baje la mirada y maldije, llevaba solamente su camisa y podía sentir la tela de unas bragas cubriendo mi trasero.
Me mire y luego lo miré, a nuestro alrededor había botellas vacías y varios papeles de la boda tirados, suspire dejándome caer en la cama y en un momento de impulso, me acurruque contra él.
-Voy a fingir qué nada ha pasado y que todo es un sueño.- Murmure cerrando los ojos y sintiendo la piel caliente de su pecho contra mi rostro.- ¿Me acompañas?
Fingi qué los latidos de mi corazón no estaban como locos y que toda esta situación no me alteraba mucho, él parecía igual de confundido qué yo pero asintió y se metio debajo de las sábanas.
Sus brazos me rodearon y pude sentir su rostro esconderse en mi cuello.
-Yo no voy a fingir qué nada paso.- Gruño, su aliento chocando con mi cuello y sus dedos acariciando mi espada por dentro de la camisa.- Pero si voy a dormir.
Bien, eso sonaba interesante.
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La boda estaba a dos días de realizarse, todos miraban ansiosos como los invitados llegaban a la isla poco a poco para instalarse y formar parte de la boda, la hermana de Nami estaba aquí, Zeff estaba aquí, incluso otras personas que ellos habían conocido durante las aventuras, una boda grandet para decir verdad.
Yo suspire pasando una mano por mi cabello y mire de reojo a Zoro, él me sonrió por lo bajo antes de rodar los ojos hacia Luffy, quien correteaba alrededor de la alberca pidiendo poder meterse, pero era imposible.
Y luego la vi.
Mierda.
¿La princesa de Arabasta? ¿Vivi? Ella iba distraída conversando tranquila con Ussop quien reía a carcajadas mientras supongo le inventaba alguna hazaña.
Suspire sabiendo que eso podría ser una mala idea, tenernos a ambas en el mismo lugar no era lo más adecuado, tomando en cuenta todo lo que había hecho anteriormente en su isla.
Decidí esconderme un poco de ella durante todo el día y pude lograrlo hasta la cena.
Me quede de pie frente a la puerta de la cocina y una mano se posó en mi cintura sorprendiendome, me giré para encontrarme con Zoro sonriendo en mi dirección, pero mi rostro lo hizo cambiar de expresión.
-¿Todo bien?
-Ahí esta Vivi.
-Nada del otro mundo, ¿que tiene de malo?
-Es Viví, ¿recuerdas de donde salí yo?
Zoro pareció pensarlo por unos segundos y sus ojos se abrieron, pero luego sonrió.
-¿Algún problema? Vivi no es mala persona, te apuesto que lo entenderá.- subió una mano a mi hombro y le dio un suave apretón.
-Creo que hoy pasare de la cena.- Susurre dando un paso hacia atrás.- Prefiero no incomodar.
Él elevó una ceja y luego miró por la pequeña ventana de la puerta de la cocina, todos estaban riendo y se miraban muy contentos, me miró.
-¿Segura?
Asentí, sé encogió de hombros y me retire rápido de ahí.
Me metí a mi habitación y me quede en la orilla de la cama mirando mis pies, el remordimiento no era algo que pudiera aflorar en mi, pero pensar en ella y su Pueblo me hacían tener un sentimiento amargo.
La puerta se abrió y Zoro sonrió mostrando dos platos de comida, sonreí por lo bajo al verlo entrar y entregarme uno de los platos para sentarse en el pequeño sofá.
-Supongo que hoy cenamos aquí.- Susurro antes de ponerse a comer sin esperarme o sin dar más especificaciones.
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Día de la boda, Nami estaba casi lista y yo había huido todo el día de Vivi, sabía que ella ya me había visto pero jamás habíamos interactuado nada, y justo ahora que estaba por salir con Nami, la miré sonreir hacia Zoro mientras tocaba su brazo y le daba un suave abrazo.
Entrecerre los ojos hacia ellos pero me gire rápido para no levantar algún tipo de sospechas.
Luffy estaba esperando a Nami para llevarla al altar, al ser nuestro capitán Nami había decido qué fuera él quien la llevara.
Sanji estaba de pie al frente del altar, su mirada era increíblemente sorprendente, me acomode de pie en el lugar donde debía estar y una mano en mi cintura me sorprendió, me gire y Zoro parpadeo.
-Vivi ya te ha visto, y no tiene problemas, y no debería tenerlos.- Susurro pasando su mano por toda mi cintura.- No te preocupes por ella.
Lo mire de reojo y me sonrió antes de poner nuevamente su rostro serio, analice todo el lugar y la mirada de Viví estaba en nosotros, sus ojos bajaron a las manos de Zoro sobre mi cintura y luego miró mi rostro, intente ver de reojo para no tener el contacto directo, pero sentía su mirada.
Pero la ceremonia fue hermosa, increíble, todo fue muy lindo y podía sentir todo el amor que ellos se sentían cuando comenzaron a bailar enmedio de la pista de baile, todos nosotros mirábamos maravillados como giraban y bailaban con sonrisas de idiotas en su rostro.
Hasta que sentí una mano en mi brazo, me gire para encontrarme con la mirada de Vivi contra mi, eleve mi ceja ante ella.
-¿Nico Robin?- Susurro y espere a que dijera algo.- ¿En la tripulación de Luffy? ¿Que planeas con Zoro?
Me reí por lo bajo, ¿que intentaba?
-¿Por qué eso es relevante?- le pregunte un poco a la defensiva y se encogió de hombros.
-Lo miró muy enamorado.- Me miró y luego señaló detrás de mi.- Tal vez no nos escuche, pero nos está mirando.
Miré de reojo y era cierto, Zoro estaba detrás de nosotras con los brazos fruncidos, estaba recargado hasta atrás en la barra.
-¿Y eso por que es relevante?
-Por que quiero que sea feliz, me ayudaron mucho cuando tuve problemas y aunque hayan pasado muchas cosas, quiero que sea feliz en todo momento, realmente espero que lo hagas muy feliz.- Me dio una sonrisa muy sincera y sentí un golpe a mi corazón.
Viví estaba sonriendo y acercándose a pesar de que la persona del problema era yo, yo había sido la mala en su historia y no le importaba llegar a hablar tranquilamente conmigo, sonreí en su dirección y de reojo mire a Zoro sonreir.
Todo parecía marchar bien.