one shorts de ZoroxRobin.

By Dair_Cipriano04

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¿Te gusta la pareja tanto como a mi? Pues te invito a disfrutar de estos cortos de romance sobre ellos 💜 Es... More

introduccion.
#01
#02
#03
#04
#05 Parte 1
#05 Parte 2
#06
#08
#09
#10
#11
#12
#13
#14
#15
#07
#16
#17
#18
#19
#20
#21
#22
#23
#24
#25
#26
#27
#28
#29 Parte 1
#29 Parte 2
#30
#31
#32
#33
#34
#35
#36
#37
#38
#39
#40
#41
#42
#43
#44
#45
#46
#47
#48
#48 Parte Dos.
#49
#50
#49 Parte Dos
#51
#52
#53
#54
#54 Parte 2
#55
#56
#57
#57 Parte 2
#58
#59
#60
#61
#61 Parte 2
#62
#63
#64
#65
#66
#67
#68
#69
#70
#71
#72
#73 Parte 1
#73 Parte 2
#74
#75
#76
#77
#78
#79 Parte 1
#79 Parte 2
#80
#81
#82
#83
#84
#85
#86
#87
#88
#89
#90
#91
#91 Parte 2
#92
#93
#93 Parte 2.
#94
#63 Parte 2
#95
#96
#97
#98
#99
#100
#101
#102
#103
#104
#105
#106 Parte 1
#106 Parte 2
#107
#107-B
#108
#109
#110
#111 Parte 1
#111 Parte 2
#112
#112 Parte 2
#113
#114
#115
#116
#117
#116 Parte 2
#117 Parte 2
#118
#119
#120 FINAL.

#85 Parte 2

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By Dair_Cipriano04

Desperté de golpe con un movimiento brusco que me hizo rodar de la cama y abrí mucho los ojos, el sudor corría por mi frente y mi corazón latía con rapidez, di una vuelta brusca y termine cayendo en dirección al suelo, llevé una mano a mi cabeza y suspire, mis últimas noches estaban rodeadas de pesadillas y sueños horribles en donde todo se iba a la mierda.

Lleve una mano a mi pecho y me convencí de ir a echar un vistazo a la habitación de Robin, así que me asegure de que no hubiera nadie en los pasillos y con pies descalzos caminé hacia su habitación.

Abrí con cuidado la puerta de su habitación cuando llegue a ella y me la encontré con los ojos apretados y el ceño fruncido entre sueños, así que me acerqué y tras varios minutos abrió los ojos, el sudor corría por su frente y se miraba un poco alterada, cuando sus ojos color mar, que ahora albergaban una tormenta me miraron, supe que algo no estaba bien.

-¿Qué pasa?- Susurré mirando su rostro.- ¿Te sientes mal? ¿Que es lo que sientes?- El pánico comenzó a apoderarse de mi, los nueve meses estaban a una semana de cumplirse y no debía llegar aún.

-Creo que las contracciones han comenzado, pero son muy leves, como una molestia.- Llevó su mano a la mía y la puso sobre el bulto que no había crecido mucho, seguía manteniéndose oculto.- Nami ha dicho que mañana llegamos a una isla, no sé si pueda resistir.

Acaricie su vientre y me subí a la cama, justo donde sus pies descansaban.

-Te quedaras acostada entonces, me voy a encargar de que te relajes lo más posible, ¿esta bien?- Ella asintió.- No te levantarás para nada, voy a masajearte un poco y mañana bajaremos, sé fuerte.

Ella cerró los ojos y se dejó envolver en la paz que la hacían sentir mis manos sobre sus piernas cansadas y pies inflamados, mis manos se paseaban por toda la longitud de sus piernas mientras dejaba suaves besos sobre su vientre.

Luego se acomodo de lado y el masaje subió hacia su espalda en suaves movimientos circulares, incluso la curva de su vientre recibió pequeñas caricias.

La noche fue muy dura para ambos, ninguno pudo dormir, Robin gracias a que las contracciones avanzaban en dolor y se encargaba de anotar cada cuanto tiempo llegaban y cuando duraba cada una y yo por que me encargue de hacer un poco más llevadero el dolor.

A la mañana siguiente tuve que escabullirme a mi habitación y Robin tuvo que fingir que no existía nada de dolor durante el desayuno, que para ella consistió en jugo de naranja con un poco de fruta picada, se retiro rápido y casi llegando a medio día se encerró en su habitación con la excusa de que estaba trabajando en una investigación, yo fui algo nervioso.

Teníamos toda la noche comprobando su salud, sin embargo aún no se rompía la fuente, lo cual era una gran señal a pesar de todo el dolor, pues podían ser contracciones falsas.

Mientras todos preparaban todo para bajar yo maldije corriendo a mi habitación y preparando muy rápido la mochila con todas las cosas del bebé, mochila que ninguno se preocupó por preparar por que veíamos el momento una semana más adelante, pero parecía querer llegar un poco antes y no me disgustaba, pero me hacía ponerme de los nervios.

Robin tenía su propia mochila lista, un pequeño kit con todo lo necesario para cuando diera a luz y poder llegar al barco fingiendo que no había pasado nada malo.

En estos momentos podríamos bajar juntos, habíamos hecho creer a todos que bajariamos por que compraríamos el regalo de chopper, ya que su cumpleaños estaba próximo y debíamos conseguir algo especial para él.

Mientras caminabamos por cubierta, Nami se acercó a nosotros seguida de Sanji, quien encantado cargaba dos mochilas.

Extendió hacia mí un fajo de billetes y eleve una ceja.

-Ni creas que son para ti, ya me debes mucho dinero.- Frunci el ceño, maldita bruja.- Es para que compres un regalo para Chopper de mi parte, ustedes dos lo conocen muy bien.

-Ah, y por favor compra esencia de algodón de azúcar, le haré un delicioso pastel.- Asentí hacia el rubio y sentí los dedos de Robin encajarse contra la piel de mi brazo.

-Claro, pero si nos disculpan, el día es corto y tenemos que conseguir el regalo perfecto.- Susurro Robin sonriendo mientras nos alejabamos.- Y ustedes saben que Zoro no es amante de ir a tiendas, así que debo aprovechar.

Bajamos del barco muy rápido y una vez dentro del pueblo, Robin se recargo contra la pared de una casa, cerró los ojos y me miró de reojo luego.

-No creo aguantar mucho más, estoy casi segura de que...- Se detuvo de golpe cuando el líquido manchó su pantalón y escurrió por sus piernas.- Ahora si estamos jodidos.

Miré el líquido y maldije tomando la mochila del hombro de Robin, aún no habíamos encontrado un lugar para escondernos mientras llegaba al mundo, pero el viejo letrero de un motel nos estaba llamando.

-Espérame aquí unos segundos, voy a conseguir una habitación ahí.- Señale el motel y ella asintió rápidamente.

Entre a la recepción, un hombre joven atendía, así que llegue rápidamente a él.

-Disculpa, ¿Tienes habitaciones disponibles?

-Si, tengo solamente la más sencilla, una cama, un baño y microondas, incluye aire acondicionado, ¿esa está bien? Se renta por tres, seis, nueve y doce horas, el costo depende de las horas.

-Por doce horas.

Él asintió y tras pagar y otras cosas más termino dándome las llaves, así que corrí hacia Robin, ella seguía en el mismo lugar pero ahora una mano se paseaba distraídamente por su vientre.

-Vamos, ya tenemos lugar.

Sonrió por lo bajo y la ayude a caminar hasta la pequeña habitación, abrí la puerta y entramos en silencio, era un lugar demasiado sencillo y pequeño, la cama era para dos personas, había una pila de revistas viejas sobre la mesita de noche y había una pequeña puerta que supongo nos dirigiría al baño.

Robin se dejó caer en la cama y yo de inmediato cerré con llave, me acerque a ella y quite los zapatos de sus pies inflamados.

Entre al baño y sonreí aliviado mirando una bañera.

-He encontrado el lugar perfecto.- Susurré.- ¡Robin! Hay una bañera, ¿no crees que aquí sería perfecto?

-Creo que si, y tiene que ser ya.

Me acerque a ella y la mire con los ojos cerrados y una mano sosteniendo su vientre, bese su frente y me encargue de quitarle el pantalón mojado, luego le quite la blusa para que no fuese a mancharse y ahora, viendola en ropa interior, fui consiente de su belleza y de como su cuerpo había cambiado de una manera tan magnífica.

En estos momentos pude admirar sin miedo su cuerpo, el vientre que habíamos visto pequeño y muy escondido parecía haberse botado en estos momentos y podíamos ver un gran viente con ombligo saltado, las manos de Robin subían y bajaban con lentitud por toda la curva de su vientre con ojos cerrados, sabía que murmuraba algunas cosas, pero también sabía que eran cosas de ella y el bebé, así que no me metí, me dedique a masajear sus pies y quitar los calcetines.

-Cuando te sientas lista, me dices.- Susurré y ella asintió.

-Creo que nunca me sentiré lista.- Su voz sono temblorosa y muy dudosa, si tan solo supiera que yo de lo único que me sentía listo, era para cuidar de los dos siempre.- Pero vamos.

Nos adentramos al baño y tras quitarle las bragas Robin se sentó en la bañera con cuidado, era el mejor lugar para no hacer un desastre de sangre y fluidos por toda la habitación y ambos lo sabíamos.

No pasó mucho tiempo para que Robin comenzará a sentirse realmente mal y con ganas de pujar, así que prepare todo a mi alrededor y con suaves caricias a su espalda la motive a seguir con cuidado y a pujar cuando se sintiera segura.

Me tome unos segundos para acomodar su cabello en un desordenado moño pero que le ayudaría a sentirse un poco mejor.

-Es hora de pujar.- Dijo ella y asentí rápidamente.

Creo que el tiempo comenzó a correr más lento para mi desde que Robin comenzó a pujar, pude ser más consiente de todo lo que pasaba a mi alrededor mientras ella se esforzaba por traer al mundo a nuestro hijo, pues una de sus manos se aferraba a mi hombro mientras la otra sostenían su vientre, sus labios se apretaban y sus ojos se mantenían muy cerrados.

Todo el momento fue como formar parte de un sueño, y cuando por fin pude tenerlo entre mis brazos y sentir su diminuto cuerpo contra la piel desnuda de mis brazos fue como mantenernos los tres en una burbuja que se rompió por su llanto.

-¡Es un niño!- Grité nomas tenerlo entre mis brazos, sentí mi pecho estallar de alegría.

Robin lo tomó de mis manos y con los ojos repletos de lágrimas lo acuno contra su pecho tomando una toalla y cubriendo su cuerpo, una vez en esa posición con Robin, dejó de llorar mientras ella recargaba su espalda contra la bañera.

El momento parecía ser irreal, Robin sostenía un diminuto cuerpo entre sus brazos mientras murmuraba algunas palabras hermosas y yo me encargaba de cortar el cordon umbilical.

Robin no quería soltarlo ni alejarlo de sus brazos, pero cuando me acerque sonrió de forma suave antes de mostrarme su pequeño rostro, los ojitos permanecían cerrados, sus labios formaban un pequeño puchero y tenía grandes mejillas sonrojadas.

Era la cosa más hermosa que hubiera visto en mi vida después de Robin.

Nos quedamos unos cuantos minutos así, pero Robin negó de forma antes de pasármelo y decir que mejor de daba un baño, yo me dedique a mirarlo entre mis brazos con un sentimiento abrumador en mi pecho.

¿Y si en la casa hogar no lo cuidaban de manera correcta? ¿Y si era maltratado? ¿Y si lo mandaban a la marina al saber que eramos sus padres nosotros? Apreté los labios con tan solo imaginar eso, ¿que podría hacerle la marina? Serian capaces de todo con tal de tenernos bajo su poder.

No quise ponerle algún traje bonito, yo no queria cambiarlo bonito para abandonarlo, claro que no, yo quería cambiarlo para llevarlo con nosotros.

Tras unos buenos minutos Robin apareció ya con ropa mucho más cómoda, su cabello húmedo combinaba con sus ojos llenos de lágrimas.

Tomó al niño de entre mis brazos y sacó la cámara, tomó algunas fotografías y luego comenzó a cambiarlo de forma lenta y calmada mientras hablaba de todos los demás.

-Luffy es divertido, probablemente se llevarían bien, Sanji es un poco como tu papá, pelean mucho, pero claro que tendrías comida deliciosa, y Chopper...- Sonrió por lo bajo poniéndole los calcetines blancos que había elegido anteriormente.- Chopper se pondría bastante celoso por que él es como un hermano mayor, pero te juro que te amaría mucho.

Terminó de ponerle la ropa y lo metió dentro de la cobija, estaba muy abrigado, pero claro que una foto más no pudo faltar, estaba intentando inmortalizar todo el momento desde cero, y yo no podía estar más contento de poder tener fotografías.

Pero yo quería tenerlo a él para nosotros.

---
El edifico que se alzaba ante nosotros era el peor enemigo que había tenido en toda mi vida y el más difícil de vencer, era el único enemigo al que he tenido miedo de enfrentarme por que sabía que yo tenía las de perder.

Robin estaba a mi lado cargando al pequeño bulto entre sus brazos, me miró de reojo y su vista se elevo hacia el gran cartel que podíamos leer con pesar, "Casa hogar" mordí mi labio al ver una monja caminar hacia nosotros con el rostro luciendo alarmado.

Oh no, era mejor que se alejara de nosotros antes de que la empujará.

-Hola, buenos días.- Susurró acercándose con cuidado.- ¿Vienen a algo en especial?- Susurró y vi de reojo a Robin apretar al pequeño cuerpo contra su pecho.- Si vienen a dejarlo... Pueden pasar a conocer un poco acerca de nosotros y nuestra institución, les aseguro que estará muy seguro con nosotros.

Miré a Robin de reojo y ella dio un par de pasos hacia el frente, suspire siguiéndola.

El lugar no estaba mal, había niños correteando, desde muy pequeño a algunos ya algo crecidos, ellos corrían hacia nosotros luciendo muy felices.

-¡Hola! ¿Sabías que yo puedo limpiar y lo hago muy bien?- Dijo uno sonriendo y llevando una mano a su pecho.- ¡Y tengo siete años! Soy pequeño.

-No le crean, le quedan sucios los baños, yo tengo diez años y soy muy fuerte, ¡Puedo cargar cosas pesadas! Puedo ayudar con la compra.

-¡Yo soy una niña muy valiente!- La pequeña que dijo eso tomo mi brazo y comenzó a caminar junto a nosotros.- no me asustan las arañas ni los monstruos, solo me da miedo mi papá, pero él ya no está aquí por que llevo a mi mami a dormir por siempre.

Detuve mi caminar y la mire, llevaba el cabello color rosa basta los hombros, su vestido estaba un poco viejo y me miraba con grandes ojitos llenos de esperanza.

-¿Tú eres un papá? ¿Puedes ser un papá bueno conmigo? También puedo aguantar muy bien los golpes, ¡puedes enojarte conmigo!

Cerré los ojos con fuerza y corrí hacia Robin, ella me miró aliviada cuando llegue a su lado y tomó mi brazo.

-Vamonos de aquí.- Susurré acercándome más y ella asintió.

-Jamás había estado más de acuerdo contigo.- Susurró, se giro hacia la monja.- Lo sentimos, nos vamos.

---
La habitación del motel no podía sentirse diferente, Robin estaba sentada sobre la cama observando con una gran sonrisa en el rostro las mejillas sonrojadas del bebé.

-No puedo dejarlo.- Susurró paseando su dedo por el pequeño rostro.- No quiero que sufra, nos tiene a nosotros, ¿por qué dejarlo solo?

-No vamos a dejarlo nunca.- Le dije escuchando como comenzaba a lloriquear un poco, cosa que hizo a Robin sonreír.

-Claro que no, nos necesita, ¿ves?- llevo al bebé contra su pecho y de inmediato se quedó en silencio.- No podemos alejarlo de nosotros, tenemos que enfrentarnos a la banda.

---
Justo antes de subir al barco mire a Robin, su sonrisa era un poco tímida mientras sostenía el cuerpecito contra ella, la detuve y lleve mis manos a sus hombros.

-Pase lo que pase, vamos a estar bien, ¿si?- Asintió besando la frente del bebé, quite mi abrigo y lo puse sobre sus hombros para cubrir mejor al bebé.- Es hora de darles una gran sorpresa a todos.

Ella sonrió y asintió dando pasos tranquilos a mi lado, su mirada era ansiosa, podía verla nerviosa cada vez que nos acercábamos un poco más al barco.

Desde nuestra distancia podíamos observar a todos, incluso escuchar las risotadas de Luffy que corría detrás de Ussop y chopper, Robin comenzó a reír un poco.

-Mira, ellos son tus tíos.- Murmuró pegando su mejilla a la del bebé, sonreí un poco y la pegue a mi besando su mejilla antes de separarme y dejarla caminar por enfrente de mi.

Subió al barco con cuidado y yo subí tras de ella; Las miradas curiosas se posaron en nosotros y Nami se acercó corriendo a Robin.

-¿Qué te pasó? ¿Te han herido?- Susurro tomándola de los hombros y ella negó lentamente.- ¿Por qué vienes así?- Susurró y Robin se giro a verme.

-Creo que tenemos algo que hablar con ustedes, y necesitamos apoyo.- Dijo ella y Sanji dio pasos lentos hacia nosotros.

-¿En la cocina? Es algo que probablemente deberían escuchar sentados.- Dije yo y Luffy frunció el ceño mirándome.

Cuando iban todos en dirección a la cocina Robin me miró sonriendo un poco, y un gran llanto se hizo presente en todo el barco, Robin maldijo riendo por lo bajo mientras yo quitaba el abrigo de sus hombros y dejaba al descubierto el pequeño cuerpo rojito.

Nami se quedó en silencio y Luffy corrió hacia Robin con una gran sonrisa.

-¡A ver! ¿Es un bebé? ¡Genial! ¿Puedo sostenerlo?- Miro a Robin sonriendo.- ¿De quien es?

Robin sonrió un poco más y me acerque a ella poniendo una mano en su cintura.

-Supongo que ya saben un poco de que va.

-¿De donde han sacado ese bebé?- preguntó Ussop acercándose y mirando sus grandes mejillas y su rostro hinchado.

-Bueno, el camino comienza desde la...- Puse una mano sobre los labios de Robin y la mire con los ojos entrecerrados.

-Supongo que es bueno jugando a las escondidas, por que ha llevado nueve meses con nosotros y no se han dado cuenta.- Robin sonrió y Sanji dio pasos hacia mí con el rostro completamente rojo.

-¡Eres un maldito estúpido! ¿Como se te ocurre?- Gritó empujándome un poco.- ¿No sabes lo importante que es la alimentación en el embarazo?- Me volvió a empujar y miró a Robin de reojo.- ¿Por qué mierda no me dijiste?- Se giro a ver a Robin.- Debes estar hambrienta.- Susurro acercándose a ella.- Ven, te prepárare algo delicioso y lleno de proteínas.

-¡Espera!- Gritó Franky hacia ellos y mire su rostro pareciendo molesto.- ¿Significa que ustedes dos siempre han estado juntos?- Frunci el ceño y apreté los puños dispuesto a defender sobre todo.

-Si, ¿Algún problema?

-¿Problema? ¡No! ¡Me encanta!- Gritó sonriendo mientras me abrazaba y me giraba un poco.- ¡Felicidades, papá!- sentí sus lágrimas bajar y caer en mi rostro y maldije.

-¡Vamos a la cocina!- Gritó Luffy caminando junto a Robin e intentando robar al bebé de sus brazos.- Tenemos que hablar.

---
Robin sonrió besando repetidas veces las mejillas del bebé mientras me miraba, estaba recién bañado y llevaba puesto exactamente el trajecito que habíamos guardado.

Estábamos en la cama tras una gran tarde hablando sobre el bebé y pidiendo disculpas ante todos, Nami casi nos mataba por haber ocultado todo y haber estado a punto de entregar al bebé.

Luffy no dejo en paz a Robin hasta que pudo cargar con calma al bebé y lo llevó entre sus brazos buena parte de la tarde, para mi fue increíble verlo comportarse y saber como llevar al bebé sin miedo y de la forma correcta.

Sin duda estuvimos a punto de cometer el peor error de nuestras vidas.

****
Tenía mucho tiempo pensando en este one short y por fin pude escribirlo, ¿que tal?

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