-¿Enserio te apetece ir a molestar a las de nuevo ingreso?- Bufé mirando a Sanji y el asintió de forma rápida.
-Te recuerdo que el amor de mi vida es de nuevo ingreso y tengo que ver como ha ido su primer día como universitaria.
Rodé los ojos algo cansado de su relación románticona y sosa en donde lo único que hacían era decirse constantemente lo mucho que se amaban para luego montarselo en grande en cualquier lugar aparentemente cómodo mientras yo debía huir de su vida poco privada y nada íntima gracias a que tuve la gran idea de compartir piso con él.
Eran unos exhibicionistas sin vergüenza.
No tarde mucho en verlo llegar junto a Nami y como de inmediato corrió hacia ella para hacerla enredar las piernas en su cadera para besarla como si no estuviésemos en pleno patio de la universidad.
Fue entonces cuando pude notar algo, una pequeña perdona moviéndose de forma descuidada con la nariz hundida en un libro, sonreí por lo bajo al verla tan distraída, parecía absorta en aquel libro que me dieron ganas de molestarla solamente para ver su mirada, podía apostar que sería divertido sacarla de quicio, tenía un porte bastante elegante.
Hasta que note que alguien la empujó un poco y el libro cayó al suelo, justo chocando con la punta de mis zapatos, la chica suspiro pasando un mechón de cabello tras su oreja y mirando de reojo a quien la había empujado.
Oh, genial, al parecer había entrado a una mala novela cliché escrita seguramente por algún adolescente que soñaba con una vida así, por que justo ahora estaban por meterse con ella.
Otra chica era la culpable, y claro que la reconocí, una pesada de segundo año que se creía que toda la universidad era suya y que creía tener el poder de molestar a quien quisiera o de tener al hombre que quisiera, lo cual era un gran error, pues tras haber coqueteado con Sanji y conmigo de forma descarada al mismo tiempo, recibió negativas por parte de ambos y se le había subido un poco a la cabeza, por lo que ahora era más pesada que de costumbre.
Tome el libro entre mis manos y me dedique a observar todo hasta encontrar el momento adecuado para intervenir.
-Pareces una rata de biblioteca.
-¿No tienes un insulto mejor que ese?- Preguntó la chica elevando una ceja con elegancia.- Incluso pudiste haberme llamado nerd, pero rata de biblioteca esta demasiado usado, ¿Tu cerebro no te da para más?
-¿Acaso te crees graciosa?
-¿Más que tú? No sabía que habría competencia de payasos, para eso no he estudiado, lo siento.
Apreté los labios para contener la risa.
-Joder, te va a ir muy mal, maldita come libros.
-Por lo menos como libros y no hombres.- Le guiño un ojo.- No me intimidas, sé lo que valgo, y créeme, tenemos el mismo valor en el mercado negro.
Claro que un segundo empujón por parte de la pesada iba a ser parte del conflicto, pero la chica dio un suave paso esquivandolo y logrando que ella se fuera contra el suelo.
Observe a la chica caminar rápidamente y recordé el libro entre mis manos, miré a Sanji montarsela muy feliz y la seguí rápidamente.
-¡Hey!
Se giró y señale el libro entre mis dedos, sonrió por lo bajo, pero yo estaba interesado en ella gracias a su actitud anterior, así que no la deje tomarlo, lo eleve por encima de su cabeza.
-¿Qué demonios haces?- Preguntó frunciendo el ceño y estirándose para tomarlo, sonreí por lo bajo.- Tú tampoco eres divertido y si vienes a burlarte es mejor que sepas que no soy indefensa.
Dio un paso atrás y me miró fijamente, sonreí con malicia.
-Atacame, no tengo problemas si eso significa tenerte cerca.
Elevo una ceja luciendo visiblemente confundida, sonreí un poco más y luego intento alcanzar el libro nuevamente, claro que no se lo permiti en ningún momento.
-Tú ganas, ¿que quieres por el libro?- me pregunto mirando la hora en su reloj de forma breve, parecía algo impaciente.
-¿Por qué asumes que quiero algo? ¿No podemos solo conversar?
-Por qué se te nota en el rostro, te juro que tienes pinta Badboy muy fuerte, ¿Acaso tienes una moto? ¿Un pasado turbio? ¿Vas a peleas callejeras? Déjame adivinar, ¿también fumas marihuana? ¿Mujeriego?
Sonrei aún más, moto no tenia, pero pasado turbio claro que si, al igual que Sanji, al igual que todos, me encogí de hombros ante toda la información que acababa de preguntarme y deje el libro suavemente sobre su cabeza.
-Eres un poco juzgona, ¿No lo crees?- Rodó los ojos y tomo el libro antes de guardarlo en su mochila.
-Eres un poco idiota, ¿Sabías?
Sonreí por lo bajo, era divertido molestarla un poco, saque de mi mochila una pluma y tomé su muñeca con calma, la miré fruncir el ceño pero en ningún momento hizo algo por quitar su muñeca mientras escribía mi número telefónico en ella.
-Si algún día te llegan a molestar puedes llamarme y te juro que en cinco segundos estoy ahí, ¿si? No dejes que nadie te haga sentir inferior, por cierto, soy Zoro, pero tú puedes llamarme cuando quieras.
-Robin.- Ella comenzó a reír un poco mientras me decía su nombre, ahí me sorprendí por que incluso bajo un poco sus hombros y pude notar que se relajo un poco, se encogió de hombros mirando el número y sacando su teléfono para tomarle una foto a su muñeca, luego rápidamente del bolsillo de su abrigo sacó una paleta y me la extendió.
Sin mucho más por hablar nos despedimos y llegue a casa, tal vez no tenía un pasado muy disfuncional, pero por el momento vivía solo con Sanji y sin muchas personas a quien visitar o frecuentar, Sanji era mi mejor amigo y lo único que tenia.
Su familia podía ser considerada mi familia, pero claro que me refería a Zeff, quien podría decirse que lo adoptó hacia muchos años y lo ayudó a salir adelante, y yo estaba muy agradecido con él por dejarme unirme a ellos cuando no tenía nada, y había luchado mucho por tener el pequeño espacio que tenía ahora y por estar estudiando sin preocuparme mucho por el dinero.
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Unas cuantas semanas después pude notar como se me había hecho costumbre buscar a la Robin entre clases para molestarla y quitarle los libros para que luchará por alcanzarlos, y se había hecho una costumbre que ella me diera uno que otro caramelo, era muy divertido hacerla enojar, aunque sabía que en el fondo ella no se molestaba, más bien le gustaba la idea de tenerme alrededor haciéndola rabiar, incluso Sanji se había acercado a ella junto a Nami, su novia.
Hoy llegué de manera sigilosa hacia ella para sorprenderla con un chocolate, me miró elevando una ceja pero lo tomo para luego extender hacia mi una bolsa de gomitas, me senté con ella en la mesa de la cafetería para luego ser seguido por Sanji y Nami.
-Espero que no te moleste que se siente un amigo aquí.- Susurro Robin pasando un mechón de cabello tras su oreja mientras cerraba el libro y nos miraba.- Se llama Luffy, es un poco pesado, supongo que se llevarán bien.
Rodé los ojos pero asentí hacia ella quitando el libro de sus manos y analizándolo, Robin tenía la habilidad de leer gruesos libros en un par de días, así que yo leía el final para molestarla fingiendo spoilers.
-Al final mueren los dos.
-Es la tercera vez que lo leo, al final muere él.- Susurró mirándome con malicia.- Le pasa un auto por encima, pobre chico.- llevó una mano a su pecho y un chico de cabello negro llegó hasta nosotros revolviendo su cabellera.
Lo conocía, sonrió al verme y sin duda lo salude de manera alegre, Robin me miro un poco sorprendida, pero Luffy era un gran amigo desde toda la infancia con quien jugaba basquet anteriormente, cosa que mire que a Robin le encantó, pude ver la paz en su rostro al darse cuenta que incluso Sanji lo acepto de inmediato.
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Desperté de golpe, mi teléfono sonaba con insistencia y miré el reloj de reojo, eran las dos de la mañana, suspire pasando una mano por mi cabello y tomé el teléfono, me senté rápidamente viendo el número de Robin en mi teléfono, tomé la llamada al notar a Luffy acostado en los pies de la cama mientras que Sanji dormía en el sofá.
Habían venido a pasar la tarde y nos habíamos quedado todos dormidos mientras Robin estaba ocupada en unos pendientes, se supone que vendría, pero jamás llego.
-¿Hola? ¿Todo bien?- pregunté poniéndome los zapatos y buscando una chaqueta, escuché un sollozo.
-N-no lo sé.- Susurró con la voz muy baja.- Estaba en una fiesta tranquila con Nami y se descontrolo todo.- Sorbio su nariz.
-¿Y Nami?
-Ella está conmigo, estamos bien, pero algo aturdidas.
-Vamos para allá.
Desperté a los chicos rápidamente y sin dejarlos perder tiempo tomé las llaves del auto y conduje sin mucha precaución hasta el lugar en donde yo sabía que sería la fiesta.
Llegamos rápido y baje del auto corriendo seguido de Luffy y Sanji, no encontré a Robin cerca, pero pude ver la cabellera inconfundible de Nami sentada en una esquina, así que de inmediato corrí hacia ellas y las encontré, había otra chica, eleve mi mi ceja al verlas.
Robin estaba sentada, tenía un pequeño golpe en la mejilla y Nami sostenía su nariz con su mano, parecía que la sangre había salido anteriormente, la otra chica estaba sentada en silencio mirandonos, me acerque a Robin y la abrace con fuerza.
Se quejó un poco y escondió su rostro en mi hombro, no lloró pero se sujeto con fuerza de mi y la sostuve con fuerza, mire a Sanji llegar con Nami y ¿Luffy? Él se dejó abrazar por la chica extraña, pero me concentre un poco más en Robin, suspire aliviado de verla, hasta que note humedad, ¿estaba empapada?
Me separe un poco de ella y pude ver mejor su rostro, estaba golpeada, pero parecía que todas estaban igual y no comprendía que estaba pasando, la volví a abrazar y se quejo nuevamente.
-¿Qué pasó?- pregunté mirandola, ella suspiro.
-Quisieron aprovecharse de Hancok.- Susurró señalando a la chica.- Y claro que estaba algo ebria, seguro le pusieron algo en la bebida, pero Nami y yo nos agarramos a golpes con el idiota que quería llevársela y caímos a la piscina, pero no se la llevó, aunque esta un poco mareada.
-¿Te agarraste a golpes con un hombre?- Pregunte y ella se encogío de hombros.
-Nami también, estoy muy molesta y cuando me molesto mucho me da por llorar, pero te juro que no me duele.- Susurró y sonreí de costado.
-¡Ah, no!- Escuche un grito detrás de nosotros y mire a tres tipos acercándose rápidamente.- ¡Esa de ahí es mía! Y ustedes dos.- Señaló a Robin y a Nami.- Dense por muertas.
Ah, no, no podían amenazarlas frente a mi, me quite la chaqueta y se la di a Robin, de reojo mire a Sanji y Luffy hacer lo mismo.
Ninguno de nosotros tres era violento, pero se habían metido con ellas y era algo que nosotros no íbamos a permitir.
Aunque la violencia no fue necesaria por que la policía llegó y tuvimos que huir de ahí corriendo.
Terminamos en la casa, todas las chicas estaban empapadas, Sanji fue el primero en proponerle a Nami un baño, así que se turnaron para ducharse y claro que terminaron usando nuestra ropa, por que todo se había transformado en un cliché típico de novela adolescente.
Y claro que iban a dormir aquí con nosotros, obviamente teníamos una habitación extra en donde se quedaría Luffy con Hancok y claro que Robin se miraba realmente hermosa con mi ropa puesta y las mejillas sonrojadas al saber que compartiríamos cama.
Me acosté en mi lado usual de la cama y la miré sentarse con cuidado, parecía que las heridas aún le dolían un poco, yo no las había visto, pero suponía que eran varias y algo dolorosas.
-Tengo una pomada para los moretones y magulladuras, ¿Quieres un poco?- Susurré y ella asintió un poco avergonzada.- Deja te pongo, solo dime donde.
Tome la pomada de la mesita de noche y la observe levantar un poco su sueter para encontrar algunas marcas y moretones bastante feos por todo su vientre.
Suspire con un poco de malestar y comencé a sobar con cuidado las heridas, la pomada era un poco helada, así que pude sentirla un poco incomoda al inicio dando respingos, pero al final cerró los ojos y comenzó a disfrutar de mis manos paseándose por su cuerpo.
-¿Alguna otra?- Pregunté al cabo de unos minutos y ella abrió los ojos, su mirada se desvío un poco y supe que tenía vergüenza.- Sin problemas que estoy en modo enfermero profesional, no debes preocuparte.- Sonrió y bajo el sueter.
-Tengo algunas en el hombro y debo quitarme tu sueter para eso.- Susurro con lo que parecía pena.- Y en la espalda.
Me encogí de hombros tomando el borde del sueter y quitandolo por encima de su cabeza, la vista sin duda era increíble, pero no podía tomarme el tiempo de admirar su cuerpo cuando había tantos moretones rodeandolo, así que con calma comencé a masajear sus golpes, la pude escuchar de vez en cuando suspirar o maldecir cuando era demasiado fuerte con un masaje, pero al final pareció relajarse y acostarse boca abajo en la cama para dejar que mis manos hicieran suaves caricias.
Termine desabrochando el sujetador y siguiendo con los masajes de forma suave hasta que pude sentir su respiración volverse pesada, sonreí al darme cuenta que había caído dormida tras todo el rato de masajes, así que la cubrí muy bien con la cobija después de abrochar el sostén de nuevo y me fui a lavar las manos.
Cuando regrese la encontré muy dormida abarcando nada de la cama, estaba hasta la orilla hecha un ovillo, así que sonreí y me acomode en uno de los lados para dormir.
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Desperté de golpe nuevamente, la alarma para ir a clases estaba sonando y me taladraba la cabeza, quise moverme pero no pude, así que me moví un poco y me encontré con el cuerpo semidesnudo de Robin contra el mío, su piel caliente quemaba contra la piel de mi torso y maldije al darme cuenta de lo que podría pensar si me quedaba en esa posición por mucho rato más.
Robin abrió los ojos y se estiro un poco, me miró y luego llevó las manos a sus pechos, no me perdí la acción y luego se cubrió con la cobija, me reí un poco antes de ponerme de pie y darle la espalda.
-Es la alarma de clases, así que tienes un rato para estar lista, Nami dice que todas sus cosas quedaron en el auto de Sanji, así que tu mochila esta intacta ahí.- me miró con una ceja elevada.
-¿Y con que me voy a ir vestida?- preguntó y sonreí.
-¿No te gusta mi ropa? Podríamos jugar un poco más a la novela adolescente y dejar que aparezcas con mi ropa.- me encogí de hombros y ella comenzó a reír.- Digo, ahorita podríamos estar montandolo en grande.
Su sonrisa se borro por unos segundos ante mi broma y supe que había pensado lo mismo que yo, así que me acerque a ella y me senté en la cama, justo a su lado, sus ojos se fijaron en los míos.
Estaba perdido.
Su mirada era profunda y yo sabía que no había caído en sus encantos en vano, así que llevé mi mano a su cintura con rapidez antes de que las suyas fueran a parar a mi cuello y el beso comenzará siendo intenso.
Deje sus labios para pasar a su cuello mientras la ponía sobre mis piernas y la escuchaba suspirar, no sabía de dónde había salido esa urgencia de mi de querer tener todo de ella en la hora que teníamos antes de ir a clases, pero la puerta siendo golpeada nos interrumpió y me encontré a mi mismo besando la piel de sus pechos que se encontraba al aire libre mientra mis manos de deleitaban con la piel cubierta por el sostén.
Me miró con las mejillas muy sonrojadas mientras me separaba un poco de ella, y para hacerla molestar bese sus labios antes de bajarla de mis piernas y darle el sueter que llevaba anoche.
Cuando se lo puso abrí la puerta para ver a Nami parada frente a ella con la ropa de Sanji y sosteniendo la mochila de Robin.
-Ten, nosotros nos iremos temprano por que Sanji debe ir con Zeff.- Asentí y saludo a Robin antes de salir corriendo.
Miré a Robin de reojo y cerré la puerta tras mi, tal vez podríamos llegar tarde a la primera hora de clases.
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Feliz navidad!!