La pelea había sido desastrosa, miles de guerreros yacían en el suelo y la mitad de los mugiwara se encontraban en el campo, los habían tomado por sorpresa cuando se abastecian de provisiones, era ella junto a Ussop, brook y Zoro, lamentablemente no podía encontrarse en paz hasta ver al peliverde sano y salvo, quien había corrido en una dirección contraria enmedio de la pelea.
Camino un poco cansada, estaba algo raspada y su vestido se encontraba abierto de un costado, en donde la tela se había vencido.
Luego lo miró, Zoro estaba de rodillas en el suelo, tenía una espada atravesando su torso y un enemigo con la katana del peliverde encajada en la cabeza, robin inhalo profundamente y corrió hacia él.
Zoro abrió su único ojo sano y le hizo una seña para que se alejara, en ese momento tomó un profundo respiro y arranco el arma de su torso, Robin maldijo mirando la sangre correr, pero él tomó su bandana y la utilizo para intente frenar la hemorragia, Robin maldijo mirando la escena.
El peliverde se mareo y sus rodillas se vencieron, pero se volvió a acomodar y se puso de pie.
-Vamos... Al... Barco.-hablo con dificultad y Robin asintió mirándolo dar pasos tambaleantes, pero se acercó y lo sostuvo de un lado mientras que creaba una copia de ella para apoyarla con el otro lado.
Zoro parecía perder fuerzas con rapidez, así que comenzó a caminar lo más apresurada posible hacia el barco, no sabía si los demás chicos eran conocedores de lo que acababa de pasar.
Caminaban con apoyo de zoro a pasos muy lentos, así que la mayor parte del tiempo ella lo arrastraba, pero llegaron al barco con Zoro casi desmayado, llamando la atención de todos en cubierta.
Chopper pego el grito en el cielo y pidió que lo llevaran a la enfermería, robin asintió todos corrieron detrás de ella, Luffy lo miró pero no fue, él confiaba en que el peliverde estaría bien en unas cuantas horas.
Y así fue, en unas cuantas horas zoro ya estaba de pie intentando ir a entrenar con un chopper preocupado detrás de él arrastrándose para evitar que se hiciera más daño.
Robin miraba la escena curiosa, el peliverde parecía intentar correr del pobre chopper para irse a entrenar.
Ella se encontraba ahora recostada en cubierta mientras leía un libro, el pobre reno se acercó a ella y elevo su labio inferior a modo de puchero, Robin sonrió y señaló la torre de vigilancia.
-Yo iré a intentar convencerlo.- le guiño un ojo y se puso de pie, Chopper asintió un poco más emocionado.- Tú ve a la cama, que se ha hecho noche y deberás descansar.
Robin subió con tranquilidad con mucha calma se encontró al peliverde dándole la espalda, estaba recostado en el suelo boca abajo y parecía que murmuraba incoherencias, Robin se acercó a él y lo hizo girar, para encontrarse con un pequeño charco de sangre.
Llevó las manos al rostro del peliverde y se sorprendió al sentirlo hirviendo en fiebre, maldijo por lo bajo y cuando iba a hablarle a chopper, él la detuvo sosteniendola con firmeza.
-Olvida a Chopper.- gruñó y se sentó con dificultad, Robin lo miró con algo de preocupación.- Sólo necesito un baño y estaré bien... Puedes irte.
Robin negó de inmediato.
-Claro que no te dejaré aquí solo.- Susurro ella ayudándolo a ponerse de pie.- Vamos a darte una ducha.
Zoro gruño poniendose de pie, y dando pasos lentos seguido de Robin, quien vigilaba que nadie estuviera viendo al peliverde en esas condiciones.
Llegaron al baño y se encerraron juntos, Robin se encargo de preparar la bañera mientras zoro se quitaba la ropa y los vendajes, se dejó solamente un bóxer color rojo, bastante llamativo a decir verdad, Robin sonrió por lo bajo y lo ayudó a meterse a la fría tina con agua.
Zoro logró relajarse un poco, Robin se encargo de colocar trapos helados en su frente y de pasar la esponja por su torso y las zonas heridas con mucha delicadeza.
Zoro logró relajarse lo suficiente durante los largos minutos en donde Robin se encargaba de cuidarlo y de mantenerlo con el agua empapando su cuerpo, él abrió su único ojo y alargo un suspiro.
-Creo que estoy mejor.- Susurro mirándola, Robin le sonrió volviendo a mojar su cabello y luego mojó su pecho.
-¿Quieres salir ya?- preguntó ella y él asintió.
Con tranquilidad se levantó y salió de ahí, una copia de Robin trajo un bóxer y una bata de baño para él, con una toalla lo ayudo a secar su cabello y luego se dio la vuelta para dejarlo cambiarse.
Una vez cambiado y con el cabello seco se dirigieron a la habitación del peliverde, Robin lo dejo ahí y ella fue a enfermería por las cosas necesarias para curar nuevamente sus heridas.
Cuando regreso en peliverde estaba profundamente dormido, pero ella sabía que no podía dejarlo así, así que con mucho cuidado comenzó a limpiar y curar cada una de sus heridas, colocando vendas y gasas para evitar que se dañaran.
Estuvo un par de horas en eso y cuando terminó el sudor corría por su nariz, no era un calor endemoniado el que hacía, sin embargo se encontraba presente, por lo que Zoro había dormido solamente en un bóxer que se veía bastante tentador.
Robin era una mujer centrada, madura y muy responsable, entonces ¿por que comenzaba a tener pensamientos extraños sobre su compañero que claramente era menor que ella?
Suspiro pasando ambas manos por el cabello del chico y luego sonrió un poco, pero él parecía reaccionar y frunció el ceño, de inmediato y sin previo aviso la tomó de las muñecas y apretó con fuerza, Robin maldijo y cuando intento hablar él movio las manos y la hizo caer sobre la cama, a un costado para tenerlo en pocos segundos sobre ella.
Pero luego abrió su ojo y comprendió todo, Robin sonrió con algo de pena y las mejillas de él se encendieron antes de soltarla sentarse en la cama.
-Lo siento, tal vez debí advertirte que si me tocas mucho al dormir suele pasar eso.- Susurro mirando sus vendajes y sonrió.- Gracias por esto.- Robin asintió sonriendo y ella también se sentó en la cama, lo miró y luego acaricio sus vendajes.
-Deberías cuidarlos más, Chopper te va a matar si te ve lleno de sangre en las vendas.
Zoro se encogió de hombros y luego se recargo en la cama.
-Me toca dormir, dormido no suelo hacer mucho movimiento, así que trataré de hacerlo para no abrir las heridas.- Se acomodo en la cama con cuidado y luego miró a la morena, subió ambos brazos a su cabeza y los uso de almohada, Robin le dio una pequeña sonrisa.
-Espero que te mejores pronto.- Susurro ella poniéndose de pie y mirando al peliverde con una extraña esperanza.- Procura no moverte mucho de noche.
Él asintió y Robin camino hacia la salida, una vez fuera se recargo en la puerta y suspiro mirando a su alrededor, no había nadie así que se encontraba a salvo.
Dio un par de pasos y la puerta se abrió, Zoro la miraba con las pupilas dilatadas, la respiración algo irregular y la analizo de pies a cabeza antes de jalarla hacia adentro y cerrar la puerta tras de ambos.
Robin se encontraba un poco confundida, pero sonrió cuando él la abrazo de la cintura y la pego con fuerza a él, levantandola del suelo y obligándola a enredar sus piernas en la cadera del chico, quien gruñó por lo bajo y busco removerse contra ella.
Vaya noche, ¿no?, Robin correspondió de inmediato y se dejo llevar por las sensaciones y la explosión que se comenzó a formar dentro de ella.
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Siete de la mañana, Robin salía de darse una ducha escondiendo un poco ciertas marcas que se habían formado, camino con precaución hacia cubierta y miró a chopper correr emocionado hacia ella, quien le sonrió.
-¡Robin! ¡Zoro me ha dicho que tú le has obligado a dejarse los vendajes!- dio varios saltos emocionado y luego miro al peliverde caminar hacia ellos.- ¡Zoro! ¿Como te sientes?- le pregunto y el peliverde le dio una diminuta sonrisa.
-Mucho mejor, gracias chopper, te veo en la cocina.
Robin sonrió viendo al pequeño reno alejarse y dio un pequeño salto al sentir la mano del peliverde contra su trasero, sosteniendolo con fuerza y luego apretarlo acercando su rostro al cuello de robin.
-Paso más noche por tu habitación.- gruñó y robin asintió buscando los labios del peliverde.
El miró a su alrededor en cubierta y tomando el rostro de Robin y besándola con intensidad antes de dejarla sola, derretida como gelatina mientras la veia de reojo lamiendo su labio inferio y ansioso por que el sol cayera.