¡ATENCIÓN!
No suelo escribir mucho lemmon, no soy buena en ello, pero este capítulo tiene un poco de ello, así que lean con cuidado.
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-Estas muy herido, espadachín.- Susurro Robin llegando hacia Zoro, él negó cruzando sus brazos y mirando de reojo a la morena, quien se acercaba hacia él.
-Estoy bien, déjame en paz.- Dijo él alejándose un poco, pero Robin tomó su brazo rebosando en sangre e hizo presión para detener un poco la hemorragia.
-Ven, Chopper esta esperándote.- del mismo brazo de donde lo sujetaba lo guió hacia chopper, Zoro mantenía el ceño muy fruncido pero caminaba con tranquilidad tras ella.
Chopper grito hacia Zoro, él pequeño reno corrió detrás de ambos y obligó al peliverde a sentarse.
-No sé cómo consigues hacerte tantas heridas.- negó el pequeño reno mirando su pecho raspado, Robin le sonrió y tomó un par de gasas y alcohol para comenzar a limpiar el brazo del peliverde.
-Simplemente sucede.- se encogió de hombros.- No necesito que me ayuden.- Robin sonrió por lo bajo y comenzó a limpiar, mirando de reojo las mejillas sonrojada del peliverde, quien intentaba evitar verla a ella fijamente.- Ustedes también están heridos.- murmuró intentado desviar la atención, pero Robin sonrió.
-Si, tenemos raspones mínimos, tú tienes heridas abiertas y sangrando.- Zoro bufo y decidió que quedarse callado era lo mejor.
Todos los mugiwara habían regresado tras el combate, Zoro era el único que no había curado sus heridas, así que era el único que requería atención médica en estos momentos, Sanji había ido a la cocina a preparar alimento para todos, seguido de Luffy y Nami.
-Quítate el abrigo.-dijo Chopper, Zoro frunció el ceño sonrojado su rostro a más no poder, pero hizo lo que el pequeño reno le pidió, descubriendo su torso raspado, Robin se entretenía con el brazo, incluso lo ayudó a quitar la manga descuidadamente, se encargaba de limpiar con detenimiento las heridas.
Robin sonrió terminando con el brazo y luego noto un raspón debajo del ojo sano del peliverde, así que se acercó con cuidado y comenzó a limpiar, Zoro mordió su labio con pena y luego miró a Robin, quien estaba sumamente cerca de su rostro, ella le dio una gran sonrisa y le guiño un ojo.
-No muerdo, tranquilo.- él volvió a desviar la mirada y se topo con la espalda de la morena.
La falda estaba un poco más abajo de lo que normalmente estaba, se encontraba en sus caderas y se resbalaba un poco hacia abajo, dejando a la luz el inicio del trasero de Robin, Zoro suspiro dándose cuenta de a donde iban sus pensamientos y miro a chopper, el reno limpiaba sus heridas con el ceño fruncido.
-Debes comenzar a preocuparte más por ti.- Susurro chopper terminando de vendar su brazo.
-¡Oh! ¡Hermosa Robin!- Sanji correteo alrededor de la morena y Zoro gruñó llevando una mano hacia la falda de Robin y subiendola, Robin se giro un poco apenada hacia el peliverde.- Te he traído un poco de té helado para que descanses un poco ¡has estado trabajando todo el día!- Robin le sonrió aceptando la bebida y dando un profundo trago.
Una pequeña gota del líquido se deslizó por su cuello, Zoro siguió el movimiento del líquido y lo vio perderse en el escote de la blusa de la morena, lamio sus labios pensando en retirar el helado líquido con su lengua, pero enfoco luego su mirada al frente.
-¿Que ha sido eso?- preguntó Robin hacia el peliverde mientras se acomodaba en el suelo y acomodaba la falda ella misma.- zoro se encogió de hombros y se puso de pie, haciendo que chopper se molestara.
-Nada.- gruñó caminando hacia la torre de vigilancia, Robin elevo la ceja muy confundida, miró al peliverde alejarse y sonrió mirando como desaparecía de su vista.
-Vamos a averiguarlo.- Susurro ella tomando un segundo trago de su bebida hasta terminarla.- Voy a ver que pasa.- Susurro caminando con calma y subiendo a la torre, Chopper asintió mirándola desaparecer.
Robin subió en silencio y abrió con cuidado la escotilla, descubriendo al peliverde dándole la espalda, ambas manos en la cadera y alargando un suspiro de derrota.
El pantalón caía descuidadamente sobre su cadera, parecía que estaba a punto de rodar por sus piernas y terminar en el suelo, él se giro un poco y Robin inhalo con profundidad mirando como el pantalón se encontraba sumamente abultado, escondiendo lo que parecía ser una ereccion.
-Joder.- Susurró él pasando ambas manos por su cabello.- Estoy muerto.
-¿Por qué estas muerto?- preguntó Robin relamiendo sus labios, Zoro maldijo tomando el pantalón y metiendo ambas manos a sus bolsillos para disimular el gran problema en sus pantalones, Robin no paso desapercibido el gesto, pero sonrió fingiendo no haberlo notado.
-Demonios, ¿que haces tú aquí?- preguntó alejándose un poco de ella, quien se encogió de hombros.
-Has salido muy apresurado de cubierta, ¿todo bien?- preguntó acercándose un poco, Zoro asiento sentándose en la pequeña banca y cruzando las piernas, dejando el abrigo sobre las mismas.
-Estoy curado, no necesitaba estar ahí viendo al estúpido cocinero con sus aires de galán.- murmuró cruzando sus brazos, Robin sonrió acercándose un poco más a él.
-¿Y que dices del movimiento de subir mi falda?- preguntó mirando directamente a los labios del peliverde, quien no pasó desapercibida la acción, luego sintió la delicada mano de la chica sobre su pierna.
-Estaba el maldito rubio pervertido ahí, sólo pensé que te haría un favor.- Susurró con la voz un poco ronca, Robin sonrió jugando un poco con el cierre de su chaqueta, claramente Zoro no perdió detalle en esa acción.- ¿Puedes dejar de hacer eso?- preguntó molesto, Robin mordió su labio y se puso de pie.
-Está bien, parece que mejor debería irme.- Dijo ella dando un par de pasos, el nudo de su falda estaba holgado y caía descuidadamente mostrando un poco más de lo normal, incluso la chaqueta estaba un poco más abierta, Zoro se puso de pie y se acercó peligrosamente a la morena.
-No te vas a ir así, me has estado provocando todo el rato.- le dijo tomando ambas manos de la chica y poniéndolas por encima de su cabeza, Robin observo el gesto y luego sonrió como la estampó contra la pared, llevando la otra mano a su cintura.- Y no me gusta que me provoquen.- Acercó su rostro al cuello de Robin y pasó su lengua por la piel expuesta.
La morena cerró los ojos por unos segundos y cuando los abrió se topó de frente con el rostro de Zoro, quien la veía con intensidad mientras liberaba sus manos.
Mala idea.
Las manos de Robin rápidamente subieron al cuello de Zoro mientras él se aferraba a su cintura, golpeándola nuevamente contra la pared y besándola con desenfreno, Robin gimió por lo bajo sintiendo como el pantalón de Zoro volvía a ajustarse rápidamente.
Las palabras sobraron cuando los besos comenzaron, húmedos, dispersos y ansiosos por más, Robin estaba comenzando a sentir cosas que no recordaba haber sentido antes, las pequeñas mordidas en su cuello y las manos ansiosas subiendo por sus piernas la estaban volviendo loca.
La chaqueta de Robin desaparecio de su cuerpo y Zoro inhalo profundamente mientras se deleitaba con la vista, Robin retiro el cabello de su rostro y con las manos en el cuello del peliverde lo incito a acercarse a ella, pero él se desvío directo hacia su pecho desnudo.
Con una pierna medio inclinada sostenía a Robin, apoyando de una mano en la cintura de ella, la otra se deleitaba junto a su boca con sus senos al descubierto, desencadenando una serie de gemidos y súplicas por parte de Robin, quien cerraba los ojos y le jalaba el cabello en cada oportunidad.
-No creo que sea una buena idea.- Susurró ella arqueado un poco la espalda mientras sentía a Zoro deshacer el nudo de su falda y lanzandola lejos, dejándola únicamente con unas bragas negras, Zoro comenzó a bajar sus besos ignorandola, solo cuando llegó por debajo de su ombligo y mordió la tela con sus dientes elevo la mirada.
-¿que cosa crees que no es buena idea?- Susurro en voz baja mientras uno de sus dedos de escabullia dentro de la ropa interior, generando una sonrisa arrogante en el peliverde.- ¿El hecho de que estés tan mojada?- Robin mordió su labio sintiendo los movimientos de la mano del peliverde, en donde poco a poco se unió otro dedo y comenzó a agilizar movimientos.
La otra mano bajo la ropa interior y una de las rodillas de Robin terminó en el hombro del peliverde, quien sonrió con malicia y comenzó a usar su lengua para acompañar el movimiento de sus dedos, haciendo que los pequeños gemidos de Robin se transformarán en gritos de placer, mismos que tenia que callar para que no se enterase toda la tripulación.
Tras varios minutos una de las manos de Robin comenzó a enredarse en el cabello de Zoro, quien sonreía con malicia deteniendo sus movimientos y dejando húmedos besos por todo el lugar, Robin suspiro.
-No te detengas, por favor.- murmuró sintiendo la mirada del peliverde, bajo la mirada y se encontró con él sonriendo, mirandola fijamente mientras poco a poco reanudaba sus movimientos y acercaba nuevamente su boca a la zona tan sensible del cuerpo de la morena.
Tras pocos segundos de retomar sus movimientos Robin comenzó a moverse un poco ansiososa y un grito de placer hizo que Zoro sintiera satisfecho de haberla hecho terminar.
Pero ahora faltaba él.
Desabrocho su pantalón nada más ponerse de pie, hizo a Robin girarse y colocar ambas manos contra la pared, le abrió un poco las piernas y sin previo aviso entró en ella, haciéndola gemir con fuerza.
Robin estaba lo suficientemente mojada como para que los movimientos no fueran nada dolorosos, si no placenteros, aún cuando Zoro estaba dando fuertes estocadas.
Una mano del peliverde se encontraba en la cadera de Robin mientras otra se entretenía con sus grandes pechos, Robin intentaba mantenerse, pero las piernas le temblaban.
Zoro sonrió y la tomó entre sus brazos, la lanzó a la pequeña banca y la hizo enganchar una pierna en su cadera para entrar en ella de golpe nuevamente, ahora la ventaja era que los gritos de placer eran callados con húmedos besos de lengua que la hacían encajar las unas en su espalda, y cuando la morena estaba demasiado concentrada en el placer como para gritar, Zoro aprovechaba para juguetear con sus pechos y saborearlos con detalle, pasando su lengua por alrededor de sus pezones para luego hacerlos perderse entre sus labios, succionandolos y chupandolos en cada oportunidad.
Robin sonrió jalando el cabello del peliverde para besarlo y aprovechar la distracción mientras la sujetaba de la cintura para cambiar posiciones, terminando ella arriba.
Rodeo con sus delicadas manos el cuello del peliverde, quien a su vez la sujetaba de la cintura y la ayudaba a que sus movimientos fueran más feroces para deleitarse con el brusco movimiento de sus pechos en cada senton.
Robin lideró todo el movimiento hasta que el orgasmo la comenzó a golpear, así que Zoro volvió a cambiar posiciones, dejándola caer a cuatro patas en el banco y sujetándola de la cintura para volver a penetrarla, Robin mordió su labio sintiendo como los escalofríos recorrían todo su cuerpo, Zoro no perdió detalle en eso.
Una de las manos se colo entre sus piernas y comenzó a acelerar el orgasmo de ella haciendo pequeños movimientos circulares sobre su clitoris, Robin gimió aún más fuerte, cubriendo ahora sus labios con una de sus manos para evitar gritar.
Varios segundos después un segundo orgasmo la golpeaba, haciéndola perder un poco las fuerzas, pero Zoro la sujeto con más fuerza aún, dando estocadas sumamente fuertes y duras para llegar a su propio orgasmo, llenando a Robin por completo y haciendola suspirar.
Salió de ella con cuidado, mirando el líquido correr entre las piernas de la morena y sonriendo victorioso, Robin se giro y se dejó caer en el sofá, el peliverde le pasó una toalla blanca y limpia, Robin se limpio rápidamente y Zoro se sentó a su lado.
-¿Eso es lo que gano por provocarte?- preguntó ella y Zoro asintió pasando una mano por la cintura de Robin, acercandola a él y besando su cuello poco a poco.- Para seguir haciéndolo todos los días.
Zoro comenzó a reír y asintió mordiendo un poco su cuello, Robin se puso de pie y tomó su ropa.
-Debo irme, no tardan en buscarnos para ir a comer y primero quiero darme un baño.- Zoro asintió viéndola ponerse su ropa, ella le lanzó su pantalón.- deberías vestirte también.
-O acompañarte al baño para volver a hacerte gritar.- Susurró él, haciendo sonrojar a Robin, quien le guiño un ojo.
-Me encantaría eso.- Susurro ella colocándose toda la ropa y viendo al peliverde colocarse solamente el pantalón y seguirla.
Así ambos bajaron a cubierta ignorando a todos mirando curiosos que habían bajado juntos, sonrojados y despeinados.
Cruzaron al baño para comenzar otra fiesta de gemidos y gritos.
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Bien, debo admitir que soy realmente mala en el lemmon, pero quiero practicar, así que ¿que les pareció?