Detrás de las Cámaras | Caché | TERMINADA

Capítulo 52 - Puntos de vista

Yo seguía sin poder articular, se paró en frente de mí y mis ojos vagaron lentamente de arriba abajo captando cada maravillosa parte de su cuerpo.

—No te imaginas lo cerca que estuve de dejarte plantada –añadió —es lo mínimo que te mereces después de tú actitud tan inmadura. A veces no puedo creer que seas tú, la misma Daniela Calle que sale tan fría y segura de sí misma en las entrevistas –me armé de valor y tragando todas las babas que me encontraba derramando por ella le contesté.

— La Daniela Calle fría y segura de sí misma que ves en esas entrevistas o en la oficina es ésta misma que se debilita con tu sola presencia. Es ésta que le da pavor volver a perderte –la agarré por la cintura obligándola a sentarse en mi regazo —es ésta que cuando te ve a los ojos automáticamente se vuelve tan pequeña que puedes fácilmente pisarla y hacer lo que quieras. –murmuré cerca de sus labios —soy una celosa, una egoísta, una idiota y todo lo que quieras pero además de todo eso, soy una mujer perdida y locamente enamorada de ti. Estoy enamorada de ti desde que te vi –mi mano fue a su nuca y la atraje hacia mí para impactar sus labios contra los míos.

Sus besos eran definitivamente mi perdición, en ese punto había olvidado por completo todo los reproches que le iba a hacer, solo la besé con ganas y pasión.

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Pov Alexa

Tenía que enfocarme en mi música, tenía que hacerlo para dejar de pensar en Calle. Me duele que todo haya terminado así, realmente desde que la vi aquel día en su casa me sentí tremendamente atraída por ella. Nunca pensé que las cosas se darían como se dieron, reconozco que hice un par de cosas de las cuales no me siento orgullosa pero si pudiesen sentir la paz que me daba Daniela, entenderían porque me aferraba tanto a ella.

Mi historia es jodida. Punto.

Viví toda mi infancia envuelta en abusos físicos y mentales por parte de mi padre, mi mamá murió cuando yo tenía cinco años a causa de uno de los turbios negocios de mi papá, él no pagó una deuda y se la cobraron con la vida de mi mamá.

Eso apenas era el principio para toda la mierda que se me venía encima, la forma de mirarme y de tocarme que tenía mi propio padre no era normal, incluso siendo una niña de ocho años podía entenderlo.

Pero nunca pude tener una escapatoria, salvo mis propios pensamientos, cuando la oscuridad llegaba, él hacía presencia colándose en mi cama.

Intenté suicidarme muchísimas veces, quería acabar con aquel dolor, queria dejar de existir, quería irme donde sea que estuviese mi mamá.

Pero nunca lograba mi objetivo.

Crecí y con eso aumentaron los niveles de perversión de él sobre mí.

A los quince, harta de todo, me fui de la casa con un poco de dinero en mi bolsillo y con una guitarra que me había regalado mi profesor de música de la secundaria, según él, yo era muy talentosa. Y realmente eso me ayudaba a sobrellevar todo aquello, escribía y escribía acerca de mi vida, era una forma de desahogarme.

Como no tenía donde ir fui a donde mi único amigo, Camilo, él vivía con una tía que casi nunca se la pasaba en casa por trabajo. Hablé con ambos y les explique medianamente mi situación, aceptaron que me quedara.

Empecé a hacer "música" con Camilo, cantábamos cover en parques y buses, hasta que poco a poco fui conociendo personas y una cosa llevo a la otra.

Fue extremadamente difícil, no contaré detalles porque ¡joder! Me duele el alma cuando recuerdo mi pasado.

Calle fue como un salvavidas para mí, su amabilidad y su ternura me atraparon y me obsesione tanto con tenerla que tuve que meterme en la relación que tenía.