El comedor

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Empecé a mirar a mí alrededor intentando encontrar a Dinamo y a Shield, algo les pasaba y tenía que saber que era pero por más que buscaba no lograba encontrarlos. Intente moverme pero mi cuerpo no respondía, todos se movían lento. Gorko se encontraba asombrado pero no por mi victoria, había sucedido algo más ¿Qué me estaba perdiendo? Los demás héroes estaban entre atónitos y sorprendidos. Incluso Nazli, quien empezaba a mover su brazo derecho hacia mí se encontraba con una expresión de asombro.

 La extraña escena continúo por unos segundos hasta que una extraña onda, que no pude ver pero que sentí salió de mi cuerpo. En ese instante el coliseo se lleno de rayos eléctricos, las pantallas se empezaron a reventar y los ojos de todos los héroes se tornaron de color azul.

Todo esto sucedió en pocos segundos y cuando termino, me sentí sin fuerza, sin energía y caí de rodillas al suelo. Yaboth de pronto apareció a mi lado y me sostuvo, la velocidad de todos volvía  a la normalidad pero sus ojos continuaban azules.

― ¡Succión! ―

Grito el profesor cuando una extraña aura eléctrica de color azul empezaba a emanar de todos los héroes. Acto seguido la totalidad de los héroes, entre estos Gorko, se encontraban tirados en el suelo e inconscientes. No sentí nada, incluso con Yaboth tirado ante mí, pero yo solo podía pensar en mis Rekans ¿Qué había pasado? ¿Los había matado? No podía dejar de pensar en los peores escenarios ¿Por qué había tenido que meter mi espada en medio del combate? Me lamentaba.

De pronto, empecé a escuchar aplausos lentos y rítmicos. Me llamaron la atención, dirigí mi mirada hacia el lugar de donde venían y pude ver a Gorko levantándose con ayuda de su Rekan ―Eres un Xilium niño, un puto Xilium― Tartamudeo con dificultad ―El primer héroe Xilium ― exclamo aun sin creer sus propias palabras, y mientras se acercaba a donde me encontraba mire a mi alrededor y me preocupe, nadie más se movía ¿Qué le había pasado a los demás héroes?

― Tranquilo niño, se despertaran dentro de una hora o algo más. Más bien vamos a comer algo que ya es hora del almuerzo.

― ¿y mis Rekans? ¿Qué paso con ellos? Los puedo sentir pero hay algo mal―  pregunte preocupado.

―Aparecerán en pocos minutos, no sabes manejarlos todavía. Pero ese es otro tema, vamos que tengo hambre ― contesto con más energía y menos asombro que al inicio.

No quise seguirlo, después de lo que había sucedido no confiaba para nada en el, su carácter era extraño y violento por lo que estar a solas con el me parecía la peor decisión que podía tomar en ese momento. Sin embargo, no importo mi decisión. Bronco, el Rekan del profesor me agarro contra mi voluntad y me saco del coliseo. El musculoso Rekan camino junto a su héroe hasta una de las estructuras aledañas. Cuando nos acercamos note que era el prisma alargado que vi en la maqueta que había hecho la profesora Relat en la terraza.

El cambio fue brusco, pasamos de un espacio abierto y vacío en donde se respiraba aire fresco a uno cerrado, lleno de criaturas extrañas comiendo toda clase de cosas. El olor a comida era fuerte, pero no era solo uno: algunas veces olía algo delicioso, en otros momentos algo asquerosos; olía a sangre, a frutas, a metales, a peces y demás cosas, por lo general era una combinación de todas. En resumen, el lugar tenía un ambiente pesado en el que no se notaba orden aparente.

Nos dirigimos hasta el fondo del lugar, Gorko se abrió paso entre las criaturas esquivándolas o corriéndolas a la fuerza hasta que llegamos a una gran ventanilla. La atendían criaturas de color rojizo, ojos alargados y bocas con quijada saliente. Diferían en tamaño y numero de brazos, llevaban el mismo uniforme blanco metálico con líneas negras.

Luego de pedir el mismo plato para los dos Gorko se sentó en una de las mesas que se encontraban vacías.  Lo cual imito su Rekan para luego soltarme sobre una de las sillas. Esta se adapto a mi cuerpo y me posicionó frente a uno de los platos que había pedido Gorko.

 ― Vamos a ganar los juegos del fin de semana ― sonrió mientras le daba un gran mordico a la pierna de ave que tenia como plato principal.

Fue entonces cuando me di cuenta que tenia de nuevo un banquete frente a mi. Intente controlarme pero tenia tanta hambre que se me olvido por completo lo que había sucedido la primera vez que vi tanta comida. Me lancé sobre esta, y cuando iba a darle el primer mordisco sentí gran tristeza pero esta desapareció al instante.

― ¡Sorpresa! ―

Me caí de para atrás, Dinamo había aparecido frente a mi.

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