Leyendas de héroes

Conclusión

La mano de Val-Conn empezó a emitir una tenue luz, en ese momento me preocupe e intente moverme para evitar que hiciera lo que fuera que estuviera haciendo; sin embargo, mi cuerpo no reacciono, me encontraba paralizado. Al cabo de unos segundos retiro su mano y volteo a mirar a los demás miembros del consejo.

― Se los dije― afirmo el anciano Elfo con una sonrisa moderada.

― ¿Es en serio? ― pregunto Rokia con un cambio en la expresión de su rocosa tez.

Val-Conn afirmo con su cabeza.

―Ahora los dejare con el joven héroe, el solsticio de fuego y ceniza es mañana y tengo que preparar  el portal― dijo el director de la academia.

―Si tienen alguna pregunta, Jean Claude  está al tanto de todo lo relacionado con el caso― agrego levantándose y dirigiéndose a la puerta.

― ¿Y entonces como vamos a proceder? ― pregunto Ien un poco molesta, pero con sus rasgos faciales más relajados.

― ¿Cómo lo haremos? Ciertamente es una buena pregunta ― dijo Val-Conn, los Quinoid que se encontraban afuera le abrieron la puerta y el anciano desapareció caminando lentamente.

―Creo que la respuesta estaba implícita― dijo Hawk en un tono burlón.

―Perdón ¿pero que esta pasando? ― interrumpí apenas me pude mover. Todo lo que estaba sucediendo era demasiado extraño y el ambiente en la habitación cambiaba rápidamente por lo que no podía entender si lo que sucedía era bueno o malo. Por otro lado Dinamo y Shield habían quedado dormidos desde que entraron los miembros del consejo.

―Al parecer ese poder que tienes dentro del cuerpo es lo único que puede acabar con los seres oscuros y el primigenio al que llaman padre― contesto Dotar.

―Un maravilloso cambio de acontecimientos ― agrego Zise ― Y me encantaría quedarme con ustedes pero la seguridad de la academia y del campo ceremonial no se implementara por si solo.

El Slime se arrastró hasta la puerta y salió apenas los Quinoid le dieron paso.

―Esa gelatina morada me saca de quicio― gruño Ien ― Pero si Val-Conn le perdona la vida, yo también. Humano se agradecido― dijo mirándome con intensidad, se dirigió a la puerta, la abrió a la fuerza y salió levitando.

Rokia solo sonrió, salió por la puerta que se encontraba destrozada y apenas piso el pasillo se teletransportó.

―Laxus, ese poder es una enorme responsabilidad. Fortalece tu carácter para que no sea usado para los fines equivocados― dijo Alwind.

―Si de seguro viene con un enorme precio, si no lo has pagado aun con todas tus desgracias― agrego Balan.

Luego, tanto el Elfo y el Enano salieron de la habitación caminando mientras empezaban a hablar entre ellos de otros temas.

―Bueno, también los dejo. Tengo que reportar que la explosión en las cavernas de los cuatro estados del Sage no fue ni un atentado sino un accidente de uno de nuestros estudiantes― dijo Hawk dirigiéndose a la puerta.

―Ah! Y a informar que los cuatro estados del Sage son pura mentira― rio Hawk ― de seguro les encantara en el departamento de magia.

Todos los presentes rieron menos los dos Quinoid y yo, fue en ese momento que Hawk llego al pasillo y se teletransportó.

― ¡Anciano! ― exclamo Nano, agarrando a Galaces entre sus brazos para darle un fuerte abrazo.

El profesor de ya avanzada edad le devolvió el gesto.

― ¿Cómo te encuentras? ― le pregunto mirando hacia arriba, Nano era más alto que el humano promedio, por lo menos unos diez centímetros más diría.

―Increíble, la batalla con Orchid fue un tanto intensa, pero ya me encuentro listo para volver a la acción― respondió el héroe de los artilugios.

En ese momento Galaces apretó el abrazo y pude escuchar un pequeño chillido por parte de Nano.

―Bueno, bueno, tan bien como se puede estar― dijo soltándose y pasando su mano derecha por su cabello.

―La herida que me dejo en la espalda no se puede curar, aunque no se extiende por mi cuerpo si algo interactúa con la parte interna de la herida se empieza a deshacer― agrego apenado.

En el mundo de los elegidos las heridas son vistas diferente al de los militares, pues para un elegido una herida es solo muestra de algún error que cometió; mientras que para los guerreros por profesión las heridas son por lo general vistas como trofeos y marcas de enemigos supremamente fuertes contra los que se enfrentaron y sobrevivieron.

―Hola Laxus, igual de callado como siempre― sonrió Nano volteando a mirarme.

Solo pude sonreír para devolverle el saludo, pues tenía razón en lo general prefería observar y escuchar.

―Ahora tenemos que diseñar un entrenamiento personalizado, no podemos tomar ese poder tuyo a la ligera luego de lo que sucedió― dijo Nano acercándose a Dotar y saludándolo de mano.

―Y no podemos olvidar que las cosas solo empezaran a volverse más difíciles de ahora en adelante ahora que tiene a las hadas de fuego organizando como pueden matarte― agrego Galaces cambiando el tono de la conversación.

―Para eso estamos aquí los tres ¿no? ― dijo Dotar frenando el inminente pánico que casi se desata en mí.

Pero era verdad, a medida que más conozco más consiente soy de todos los peligros por los que he pasado, los que me acechan y los que tendré que afrontar en el futuro.

―Bueno, ahora tengo que preguntar― interrumpió Nano con tono jocoso.

― ¿Vas a reunirte con tus amigos envuelto en pieles y adornado en joyería?

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Los que ganen tendrán un capítulo especial para cuando termine el primer libro.