Los humanoides de báculo

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No sé cuánto tiempo paso, pero luego de un rato abrí mis ojos con las pocas fuerzas que me quedaban. Trozard se encontraba cargándome, Zhao y Sora nos protegían de los humanoides blancos. Se encontraban escapando de un grupo de humanoides de tamaño normal, y por lo que note ya llevamos bastante tiempo en la misma situación, la respiración de Trozard denotaba su desgaste. Así, mientras entrecerraba y abría mis ojos para ver lo que acontecía a mi alrededor; un humanoide alto y delgado salió de la nada, y con un báculo enorme arremetió contra nosotros.

Zhao salto el báculo, Sora se agacho y paso por debajo; pero Trozard no alcanzó a reaccionar a tiempo, mi peso y el cansancio acumulado le costaron un golpe en la espalda. El impacto fue duro, nos lanzó varios metros por el aire. Caí al suelo y Trozard cayó unos metros detrás de mí; en ese instante el humanoide que nos golpeó ya se encontraba frente a mí. Sora y Zhao intentaron llegar hasta nosotros para ayudarnos, pero los demás humanoides les cortaron el paso.

En ese momento empecé a ver todo en cámara lenta, como el humanoide delgado preparaba su golpe, mandando su báculo hacia atrás; como Sora y Zhao peleaban con todas sus fuerzas contra los demás humanoides. En ese breve momento de lucidez, hice lo único que se me ocurrió para no terminar aplastado por el gran báculo del humanoide. Absorbí toda la energía que pude, con cada parte de mi cuerpo, y materialicé un sable. Apenas termine de materializarlo, el humanoide lanzo su golpe; pude escuchar como el báculo cortaba el aire, el zumbido me erizo la piel, y sin previo aviso golpeo contra mi sable. Apenas sentí el impacto liberé toda mi energía por el sable, a duras penas pude detener al humanoide y cuando se disponía a golpearme con una patada; los rayos azules que últimamente aparecían alrededor de mi cuerpo, volvieron.

En ese momento me sentí repleto de energía, con fuerza y mucha adrenalina. Lo suficiente como para devolver el golpe y hacer retroceder al humanoide del báculo. El extraño ser retrocedió contra su voluntad y su apariencia delgada y larga le dio un toque sombrío. En ese momento me levanté, corrí hacia donde estaba Trozard y le compartí de mi energía. Sus ojos se tornaron azules y se levantó a mi derecha. Quedamos los dos de frente al humanoide del báculo.

Trozard materializo su Forthanima, yo por mi parte cambie el sable por dos dagas Drathon unidas por una cadena. Volteé mi cabeza y me encontré con los ojos de Trozard, noté la confianza que se tenía, asentimos al tiempo y empezamos a correr hacia el humanoide delgado; el cual, se lanzó hacia nosotros con todas sus fuerzas. Trozard choco su Forthanima contra el báculo del humanoide, la onda expansiva del impacto me hiso tambalear un poco, pero continúe corriendo. Pase por el lado del humanoide, lance una de las dagas a uno de los costados del humanoide, en ese instante, cuando el humanoide se retorció de dolor; Trozard aprovecho para hacer retroceder al humanoide, haciéndolo también girar un poco hacia la derecha. Y antes de que el humanoide lo notara, ya me encontraba al lado de Trozard. Pase por debajo de su Forthanima y continúe corriendo; el humanoide lo comprendió en el instante en que me vio, pero ya era demasiado tarde. Trozard volvió a golpear su báculo y al hacerlo girar hacia la derecha, aproveche para jalar la cadena. Me costó bastante esfuerzo, pero al cabo de unos segundos y con la ayuda de los golpes de Trozard logramos tumbar al humanoide. Y no dudamos en terminarlo, Trozard se lanzó a golpear su torso y yo salte contra su cuello.

Apenas desapareció el humanoide, el efecto de los truenos azules se disipo. Volví a sentir mis energías ser drenadas y los ojos de Trozard volvieron a la normalidad. Apenas sucedió eso coloqué mis manos en el piso tan rápido como pude y empecé a absorber energía; mientras que lo hacia mi vista se tornaba borrosa.

— Recárgate tranquilo, yo los ayuda — dijo Trozard colocando una de sus manos sobre mi hombro.

Luego de decir eso empezó a caminar hacia donde se encontraban Sora y Zhao; sin embargo, a los pocos pasos cayó de rodillas al suelo y vomito sangre. Un poco extrañado desmaterializo su armadura en la parte del vientre y levanto su uniforme. Una enorme marca roja se extendía desde su costado y subía por su espalda. El golpe del báculo debió de haberle provocado daño a sus órganos internos. En ese momento volteo su cabeza y me sonrió.

— Creo que te toca ayudarlos a ti — y cayó de cara contra el piso.

Me alarmé, cerré mis ojos y comprobé que ya no me faltara energía. Corrí hacia Trozard le transferí energía hasta que volvió a respirar, vomito un poco de sangre en ese momento. Miré hacia Sora y Zhao y noté que ya estaban terminando con los humanoides que quedaban. Entonces decidí materializar un pequeño cuchillo y hacer lo mismo que con Sora. Corte por el lado de la marca del golpe, una acción bastante incomoda sobretodo porque Trozard grito al comienzo; y apenas termine materialice un poco de agua en mis manos y empecé a curar sus órganos.

Durante ese tiempo, Sora y Zhao terminaron con los humanoides que le quedaban y empezaron a caminar hacia donde nos encontrábamos, en sus rostros se notaba que se encontraban cansados. Cuando llegaron, no tuvieron tiempo para hablar, de la nada, aparecieron varios humanoides delgados con báculos y empezaron a atacar sin discreción alguna.

Al comienzo, Sora y Zhao repelieron la primera oleada de ataques, pero a la segunda oleada de golpes tuve que detener la curación, materializar una espada y ayudarlos a repeler los golpes. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, aparecían más de estos humanoides, hasta que llegó un momento en el que no pudimos más.

Uno golpeo a Zhao por la espalda, levantándolo por el aire y otro en ese instante lo remato contra el piso; pude escuchar el gemido de dolor de Zhao cuando impacto el suelo. A mí, uno me golpeo en el costado lanzándome contra el cuerpo de Trozard; y a Sora la golpearon en los pies, escuche el crujido de sus huesos y su grito de dolor.

No había nada que pudiéramos hacer, estos humanoides nos acababan de superar en números, se acercaron a nosotros y levantaron sus báculos para terminarnos. En ese momento agarré el brazo de Trozard con mucha fuerza y cerré los ojos. Pude sentir el silbido del viento que provocaban los báculos por su gran velocidad. Me invadió el miedo, la sonrisa de siempre apareció y no pude evitar abrir los ojos.

A pocos centímetros de que nos golpearan los báculos, varios proyectiles les impactaron y los desviaron, quede anonadado, voltee mi cabeza para ver quién nos cavaba de salvar. Y para mi sorpresa, se encontraban a varios metros de distancia Dalana y Corvinus.

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Hola, Muchas gracias por seguir conmigo en esta gran aventura.

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now