Leyendas de héroes

El humanoide Blanco

— ¿Cuánto más planeas caminar? — me preguntó un humanoide blanco mientras caminaba.

Por instinto lo ataque con mi espada, pero esquivo con facilidad mi golpe. Intente golpearlo con el escudo y de nuevo con la espada; sin embargo, esquivo esos y mis posteriores ataques con la misma facilidad que el primero.

— ¿Y que planeas lograr atacándome? —

El humanoide era totalmente blanco, no tenía ojos, orejas, nariz ni pelo; no vestía ropajes y carecía de sexo. Y aunque era un tanto aterrador, por ser tan neutro, no me causaba ningún sentimiento negativo.

— Quiero superar la prueba — le respondí.

— ¿Por qué quieres superar esta "prueba"?

— Para que mis Rekan eliminen su limitador y obtengan forma.

— Y la mejor forma es atacar todo lo que se te cruza — me sonrió con su tenebrosa boca.

En ese momento deje de atacarlo, respire hondo y este me ataco. Con el escudo me defendí, materialice de nuevo la pistola y le dispare.

— Bajas tu guardia muy rápido. Ya estarías muerto si te hubiera intentado matar.

—Que quieres que diga— continúe atacándole.

— ¿Por qué arriesgas tu vida en esto?

— Porque soy un héroe.

— ¿y eso que tiene que ver?

— Que tengo que entrenar.

—Te estas contradiciendo. Me acabas de decir que ya eres un héroe, no tendrías que entrenar si ya eres un héroe.

Me empecé a impacientar y comencé a atacar con mayor velocidad. De pronto, me golpeo con un puño en la cara y me lanzo varios metros hacia atrás.

— ¿Eres un héroe o estas entrenando para ser uno?

El humanoide empezó a caminar hacia mí.

—Más importante aun. ¿Quieres hacer todo esto? Por la forma en la que atacas es fácil ver que no te sientes muy a gusto.

— Y ¿Qué quieres que haga? Ya me decidí y me volveré un héroe.

Me lancé para atacar de nuevo.

― No es lo que yo quiera. No lo entiendes, esto se trata de lo que tú quieres.

Continúe atacando sin ningún éxito.

― Acaso solo haces lo que te dicen los demás. ¿Cualquier extraño te puede decir que hacer?

―Solo escucho aquellos en los que confio.

― Bonitas palabras, pero me acabaste de consultar que hacer y ni sabes que soy. Aun mas, me estas intentando matar mientras que yo pudiendo matarte y no lo hago.

― ¿Y que quieres que diga? Siento que puedo confiar en ti, o eso creo.

―Al igual que todos los desconocidos que te dicen que hacer.

―No.

―Podría hablar de tu vida en el pueblo, de los mercenarios que te trajeron a la academia, los profesores, tus compañeros. Todos extraños que intentan controlar todo lo que haces, lo que eres, lo que vas a ser.

― ¿Y eso que tiene de malo?

―Yo no se, dime tu.

Me volvió a golpear con mucha mas fuerza que la última vez.

― ¡No son extraños! ― le grite levantándome.

Pero me golpeo contra el suelo de inmediato.

― ¿Acaso te importan de verdad? ¿Sabes algo sobre ellos además de sus nombres? Además, estas incluyendo a los mercenarios y por lo que se, les tienes bastante miedo.

― ¿Y que pasa? ― se me escapo una lágrima, lo que decía empezaba a cobrar sentido.

―Eso mismo te pregunto. Desde que llegaste has estado haciendo todo lo que te dicen y ni siquiera sabes para que.

― Quiero rescatar a mi hermana.

― ¿Qué? eso ni te lo crees. No sabes donde esta, que le ha pasado o siquiera si esta viva. ¡Tu! No estas motivado por eso, no estas en esta prueba para hacerte más fuerte y poder salvar a tu hermana. ¡Tu! solo estas aquí porque te dijeron que entraras. Solo estas en la academia porque te trajeron y has estado entrenando solo porque te lo piden tus "amigos". A tus profesores y compañeros ni les importas. Solo eres una molestia.

Mi espada y escudo se desvanecieron en el aire, y el humanoide se sentó a mi lado.

― Solo te ven como una herramienta. Lo único que les interesa es ese gran poder que tienes dentro y ni hablar de eso. Ambos sabemos que no es tuyo.

― ¿Sabes sobre mis poderes? ― me senté.

―Si, pero no te lo voy a decir. Tampoco te diré que tienes que hacer en esta prueba, ni como rendirte o salir de aquí. Si lo piensas bien, a nadie le interesa contarte bien lo que te pasa. Así eres más fácil de controlar. Bueno, no digo que sea difícil, míranos.

Se señalo y me señalo. En ese momento caí en cuenta de la situación, de lo calmados que nos encontrábamos, estábamos hablando como si nada; luego de haber estado peleando.

― Ahora piensa en esto ¿Qué harás cuando te encuentres de nuevo frente al mal? ― la imagen de Orchid y la caverna de madera llego a mi mente.

― Acéptalo, no tienes madera de héroe.

Una extraña sensación incomoda me invadió y el humanoide desapareció en el aire.

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Muchas gracias por todo su apoyo, espero le haya gustado el capítulo.

¿Qué piensan que sucederá con Laxus?