Los cuatro estados del Sage [X]

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Por instinto me agaché, pero no sin antes blandir mi arma, con la cual corté uno de los tentáculos de la quimera. Sonó un rugido que nunca antes había escuchado, no parecía el sonido que haría un animal o ni siquiera una criatura viva. Apenas cayó en suelo la extremidad de la criatura uno de sus puños me golpeo en el costado. El golpe fue supremamente fuerte, me quede sin aire y salí volando varios metros.

Caí a pocos centímetros del borde de la isla, me levanté lo más rápido que pude, con el dolor en el vientre aun agudo. Y para mi sorpresa la Quimera ya estaba sobre mí, me tuve que lanzar hacia la derecha para esquivar cuatro puñetazos que parecían látigos con mazos en sus puntas. La combinación de tentáculos y brazos musculosos era intimidante, no solo por la fuerza del golpe sino por el sonido que producía al lanzar el ataque. Era un chasquido que provocaba terror.

En ese momento se me ocurrió una idea, y antes de que la quimera me pudiera atacar de nuevo, cerré los ojos, me concentré y moví un enorme pilar de tierra para lanzarla volando de la isla flotante en la que nos encontrábamos.

Abrí los ojos expectante, acababa de vencer a un ser monstruoso o eso pensé. La quimera se había agarrado del pilar y se sostenía en el aire entrelazando varios de sus tentáculos. Enseguida empezó a desenrollarse. Lo entendí de inmediato, apenas terminar me volvería a atacar pero tenía unos segundos para pensar en la mejor solución.

Mire a la criatura a los ojos, eran totalmente negros, pero no se veían muertos, había un brillo en estos que mostraba una pupila que los cubría casi por completo. Caminé hacia el pilar y entendiendo por completo lo que estaba a punto de hacer suspiré y extendí mi mano hacia el pilar. Acto seguido, se cubrió de llamas.

La quimera gimió, las llamas la envolvieron de inmediato. Era horrible ver como sufría, y yo ya lo había vivido en carne propia. Era algo que no le desearía a nadie; sin embargo, era yo o la criatura. Tal vez algún mejor héroe sabría cómo solucionar un problema como este sin asesinar, por lo que supe que aún estaba mentalmente muy lejos de mi meta. Luego de unos segundos la criatura rompió el pilar desesperada por las llamas y cayó en el abismo aun soltando gritos de dolor.

Y aun así, no cerré los ojos. Yo lo había causado y tenía que verlo de frente, sin dar la espalda y afrontando la responsabilidad que significaba quitar una vida. Un sentimiento extraño me inundo, esto había sido diferente a cuando pescaba o cazaba por alimento...

Dejé las emociones del momento pasar y me dispuse a hablar con el hada de fuego para saber a dónde ir. Pero cuando fui a hablar no pude, un inmenso dolor me atravesó del vientre hasta el pecho. Miré por reacción hacia el lugar del dolor y me asuste al ver una herida que cubría todo mi costado. El golpe de la quimera me había roto algunas costillas o eso estimé, el área golpeada estaba hundida, y un color negro y morado oscuro la cubría. El dolor se agudizo y no pude evitar vomitar. En medio de estornudos logré articular unas palabras.

― ¿Dón...de?

El hada de fuego me sonrió, sin mostrar preocupación alguna por mi estado y sin pronunciar palabra alguna me señalo una isla que se encontraba llena de rocas y arboles con enredaderas. Miré la isla y me dispuse a volar hasta el lugar, apenas despegue me dio un ataque de tos y caí al suelo estornudando sangre.

La herida no dolía tanto, pero me empezaba a sentir mal y eso era preocupante. Miré mi costado y pude ver como mis venas empezaban a resaltar hinchadas. Me mordí el labio causándome una herida para distraerme del dolor de mi costado y lancé una ráfaga de aire y fuego hacia abajo. Salí disparado hacia la isla y sin fuerzas para poder controlar la dirección o la fuerza me termine estrellando contra uno de los árboles de la nueva isla flotante, y termine cayendo sobre una gran roca.

Me levante aún más débil que antes y volví a estornudar sangre. Mire hacia mi mano y el hada de fuego señalo ahora una isla que se encontraba al otro lado de esta, en la siguiente isla estaba nevando. Me levanté y empecé a caminar tambaleándome intentando atravesar la isla de árboles de enredaderas y rocas. A mitad de camino volví a caer por falta de fuerzas y el extremo dolor que sentía, por lo que solté un gemido que a su vez me causo mucho más dolor.

Volví a mirar hacia mi costado y me horrorice, la zona morada y negra seguía igual pero las venas de mi cuerpo que se encontraban hinchadas se habían extendido alrededor de la herida. Fuera lo que fuera que estuviera pasándome, se estaba extendiendo. Me levante en medio de una fuerte tos, me limpie la sangre de la boca y continúe caminando entre las rocas. Me toco escalar unas cuantas rocas con las que me tarde varios minutos pero al final logre llegar hasta el otro extremo de esta isla.

Mire a la isla que señalaba el hada de fuego, estaba llena de nieve y pequeños copos caían desde ningún lugar visible. Me maraville ante el espectáculo, nunca en mi vida había visto la nieve. Pero un fuerte ataque de tos me saco del asombro que me provoco ver la nieve. Me prepare para repetir lo que había hecho para llegar a esta isla y me lancé hacia la de nieve.

Al momento de salir disparado hacia la nueva isla, me dio un nuevo ataque de tos por lo que perdí la poca concentración que me quedaba y termine cayendo de forma violenta contra la isla flotante de nieve. El dolor ahora si era fuerte y no pude evitar desesperarme y soltar lágrimas, empezaba a arder. Más aun, el contacto de mi piel con la nieve empezaba a quemarme del frio, era demasiado frio y mi cuerpo no estaba acostumbrado.

Intente levantarme para separarme de la nieve pero me fue imposible, ya no me respondía mis extremidades del lado derecho. Por lo que pude ver, las venas de mi brazo y pierna ahora también se encontraban hinchadas con un tono morado.

Temblando, y sufriendo del dolor solté un grito desesperado. Luego pasaron los minutos más lentos y tortuosos que pude experimentar. El dolor solo aumentaba gradualmente y con mucha lentitud. El frio congelaba mis extremidades y cada vez las sentía menos, mi cuerpo se estaba entumeciendo. Además, sentía como las venas de mi cuerpo se empezaban a hinchar a medida que mi sangre las recorría. Era extraño y se sentía supremamente incómodo. Para empeorar todo, el hada de fuego que me había estado ayudando a mantener calor al inicio había vuelto al anillo de un momento a otro sin decir nada.

Fue entonces cuando mi vista se empezaba a nublar que vi una sombra acercarse, cada vez era más grande y cuando noté que había un par de botas de cuero frente a mi cara me desmallé. 


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Hola espero les haya gustado este capítulo. Este fin de semana voy a intentar crear una pagina de facebook de Leyendas de Héroes para subir todos los dibujos que me han mandado y poder también poder subir por ahí archivos multimedia. ¿No se que les parezca esta idea?

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now