De nuevo en la enfermería

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Me desperté en la enfermería, uno de los lugares que más frecuentaba dentro de la academia. Los diferentes tipos de Ent pasaban de un lugar a otro ajetreados con pacientes de todo tipo de razas, si algo había aprendido es que los accidentes aquí eran algo muy común.

La sala era blanca, con plantas y enredaderas en uno que otro lugar. En mi cabezal había una gran ventana que dejaba que la luz del sol iluminara toda la habitación. La camilla era más cómoda que de costumbre y la verdad es que me sentía bastante agotado. Tenía tubos de distintos tamaños inyectados en mi cuerpo y cuando intente levantar mi cabeza para poder averiguar que se suponía que hacían. Un dolor frio recorrió todo mi cuerpo, no me pude mover.

— Laxus, quédate quieto — dijo Sora un tanto preocupada.

No me había dado cuenta de que estaba sentada al lado de mi camilla.

— El golpe de Daith te rompió la columna

Mi mente quedo en blanco luego de ese comentario ¿Qué significaba eso? ¿Qué iba a ser de mi ahora? Justo cuando me había decidido a recorrer mi camino como héroe sucedía algo como esto.

Una risa se escuchó al otro lado de mi cama.

— ¿Por qué te preocupas? Si el que se ha llevado la peor parte fue Daithlian — dijo Yaboth.

Se encontraba sentado en la camilla de al lado, tenía un balde de pollo y comía con la máxima tranquilidad.

— Deberías mas bien disculparte por ser tan OP — dijo señalándome con una pata de pollo donde se encontraba Sora.

Siguiendo sus señas voltee la cabeza y pude ver que detrás de sora se encontraba el Elfo con el que había tenido el accidente, Daithlian. Era alto y pálido, no tanto como los vampiros pero bastante. Su cabellera era larga, lisa y rubia. Sus orejas puntiagudas estaban decoradas por aretes con runas y sus facciones faciales eran delicadas y masculinas al mismo tiempo. En pocas palabras, era un elfo de alta casta.

Se encontraba en la camilla de mi derecha, sora estaba sentada a su lado y sujetaba su mano izquierda con sus manos. Ambos brazos de Daithlian estaban cubiertos por un vendaje blanco que emitía pulsaciones electromagnéticas.

— Fue mi error el haber atacado de forma tan descuidad, la responsabilidad recae sobre mí — replico el elfo mirando sus manos.

—Pues que me importa, yo solo quería hacer sentir mal a Laxus— le respondió Yaboth.

Se formó un silencio incomodo, durante el cual un Ent-duur (Arbusto) paso por entre nosotros, me desconecto los tubos del cuerpo y le cambio los vendajes a Daithlian.

—Humano, fue mi culpa. Asumo toda la responsabilidad — rompió el silencio Daithlian.

—Daith, se llama Laxus — le dijo Sora.

— Laxus, no te guardo ningún rencor — volvió a decir con su gran orgullo.

Seguimos hablando durante la tarde y para mi sorpresa ya llevábamos dos noches y un día en la enfermería, distintos estudiantes habían pasado a visitarnos mientras yo estaba inconsciente. Mañana al anochecer aparecerán las Banshee. 

Nano paso por la enfermería nos explicó la situación a Daithlian y a mí, no sin antes prohibirnos salir del hospital durante el ataque de las banshee. Por otro lado, me aterrorice al escuchar lo que le había pasado a Daithlian. Al momento en que me golpeo en la columna emití una onda eléctrica que le quemo las manos y los brazos hasta los codos. Fue tal el choque que se generó una estática que evito que le separaran los brazos de mi espalda por unos 30 minutos. Pero no fue esto lo que me causo miedo de mi propio poder, fue que a pesar de toda la tecnología o magia curativa que se tiene en la academia, nada parece funcionar en la curación de sus manos.

Un peso enorme de culpa recayó sobre mí.

—Que no te culpes!!!  ,   El elfito sabe que fue su culpa — grito Yaboth golpeándome el hombro.

Un increíble dolor helado recorrió mi cuerpo y entre en mis sentidos.

— Es verdad Laxus, Daithlian sabe que te pudo haber matado si no tuvieras ese poder — agrego Sora.

— Ya lo dije una vez, entiéndelo Laxus. Asumo la responsabilidad de mis acciones— interrumpió Daithlian mirando hacia el piso.

— ¿Por lo menos un perdón? — le replico Yaboth.

—Yaboth! No ves cómo le quedaron las manos — le contesto Sora.

— Y su orgullo — rio Yaboth levantándose.

—Perdón!!! — grite sin poder contener el sentimiento de culpa que me causaba saber que no le podían curar las manos.

—Aunque asumas la responsabilidad, yo también soy culpable por no poder controlar este poder— agregue mirando mis manos, en las cuales podía ver como circulaba energía azul.

—No hay necesidad de disculpas, fue la voluntad de los dioses... — Alcanzo a decir Daithlian.

En ese momento mi camilla exploto. Dinamo y Shield aparecieron con la entrada más estruendosa que pudiera haber.


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Hola espero les haya gustado este capítulo, voy a intentar subir tan seguido como pueda para compensar el tiempo que no pude escribir.

Leyendas de héroesWhere stories live. Discover now