Capitulo #83| Declaración

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Anastasia

Fui aceptada y me gané una beca completa para estudiar enfermería y después de dos meses en lista de espera estoy dispuesta a celebrarlo con un poco de chocolate caliente junto a los mimos de Ella y por la ocasión cerraremos el buffet antes de la hora asignada, pero debo complacer a la clientela que ha descubierto mi talento para el canto.

Ella mandó a crear un escenario pequeño e improvisado, con luces led, cortinas de colores carnavaleros y micrófono. Me senté en una silla alta y se le designa a un cliente que escoja una canción de la lista que se prepara con antemano.

-elijo Hurts lovers de Blue.- escoge y la joven que llamó mi atención musita algo más que no logro escuchar.

Trago duro. Esa canción...

Cuando empieza solo fluyen las imágenes de nosotros dos. Cuando la cante en la oficina y él me sonrío por primera vez, cuando la bailamos a luz de las velas en el ático y confesó que no podía perdeme. Desde entonces a pasado tanto y tras nuestro último contacto no he sabido nada a excepción de mis amigos. Kate y Jason empezaron a recorrer el mundo hace un mes desde el merecido final de Cesar quien realmente se llamaba Elias Shaw, un médico que habia perdido su licencia por robo de drogas en California, Gideon renunció a su trabajo y ahora se encuentra en unas largas vacaciones junto a las costas pescando, mamá sigue en prisión pero la llamó una vez a la semana y por lo que he sabido es voluntaria en un grupo interno hospiciado por una iglesia para adictos al alcohol y es Carrick quien se ha convertido en el guardián de mi madre y su abogado. Algo que agradezco plenamente y se que esta en buenas manos.

Aliviada y un poco decepciona, me pierdo en mis pensamientos, en los eventos recientes, en la letra de la canción que significa tanto para mí y elevo la vista al público. Me quede muda.

Ella al darse cuenta que su hijo estaba justamente de pie en la entrada intervino rapidamente, cogió el micrófono de mi mano y se disculpó con los espectadores que comenzaron a preguntarse cual fue la razón de que me detuviera.

La razón estaba a casi dos metros de distancia y usaba unos jeans, una camiseta de Riddick oscura y cazadora.

-lo lamento damas y caballeros, les presento a mi hijo, de pié por allá, que ha venido desde Seattle a visitar a su vieja madre- todas las miradas y risas se dirigieron hacia Christian. Él saludo con la mano extendida y se acercó al escenario improvisado.

-Hola- carraspea y hunde las manos en los bolsillos de su cazadora. Ella depositó un beso en su frente y lo abrazó. El momento significativo se rompió al separarse.-me permites si robo a Ana un momento.

Le dedique un gesto para que dijera que no.

-por supuesto. Llevatela a celebrar, le dieron una beca-me contradijo con el orgullo destellando en sus ojos.

-¿Encerio? Eso es increíble- dijo y su voz me abruma. Hace tres meses que no escuchaba esa voz.

Yo seguía completamente muda y no queria amargar la sonrisa de Ella así que con reprobación me adelante a la salida y Christian me siguió. Caminamos hasta un pequeño parque de niños al frente del edificio. Estaba desolado a causa de la hora y nos sentamos en una banca, cerca de una farola que nos daba de lleno. No nos hablamos por lo que parecio una enternidad hasta que saco las manos de los bolsillos y formó un puño. Se notaba su nerviosismo.

-habias olvidado esto en el ático.- saco de su cazadora mi diario y al mismo tiempo me preguntaba donde lo había dejado. Debo tomar en cuenta que creí jamás volver a verlo, pero de un objeto preciado como este pensé que era mejor desprenderme de él porque era una huella de mi pasado.

Mr. Grey (CEO #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora