Capitulo #48| No estas sola

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-nada, ¿me das un momento?- dije en voz cantarina. Christian arqueo una ceja incredulo, pero terminó encogiendose de hombros anunciando que iria a darse un baño y prometí que estaria alli en cuanto terminará la llamada con mi "amiga".

Una vez que repase con la vista el culo y el cuerpo tatuado de mi guaperas contesté la llamada pensando en él. Solo él me daba las fuerzas que necesitaba en este momento.

-¿Que quiere?- sabia que no debia dejarme amedrentar. Esta era mi oportunidad para finalizar nuestro trato. Quiero acabar con esto ya. No voy a seguir engañando a Christian.

-que rapido se le olvido nuestro trato srita. Steele, todo por un capricho con mi hijo- escupio y solto una carcajada cargada de ironia.

-no es capricho- dije con firmeza- amo a Christian y el trato se acabo.

Iba a colgar cuando ella carcajeo sin apise de humor.

-se suponia que era una mujer que anteponia su labor antes que el placer. Que decepción, bien. Bien, el trato se cancela, pero le aconsejo que se aleje de mi hijo o si no...- deja las palabras en el aire, pero como las ganas de fastidiarla y ponerla a prueba me ganan termino por ella preguntando:

-¿o si no que?

-o si no se las verá conmigo. No voy a permitir que mi hijo se relacione con una prostituta.- anuncia con asco.

-prostituta o no, usted me contrato y ahora estoy renunciando y punto. Estoy preparada para lo que venga.- castañe y colge la llamada tirando el movil a la cama. Es una vil...¡demonios! ¿De verdad he dicho todo eso? ¡Joder! ¿Seré capaz de defenderme de una mujer que lo tiene todo? Por él, lo intentaré.

-¡Señorita Steele.. Señorita Steele!- la voz de Christian, adoptando un tono sureño y femenino, me devuelve a la realidad, riendo me dirijo al baño y gritiando:

-mira que eres payaso- cuando llego me estampo con una de sus sonrisas y alarga el brazo para invitarme a la ducha. Otra gloriosa sesión de sexo bajo el agua y se queda a dormir en mi apartamento.

°~°

Salté de la cama a la mañana siguiente y me encontre con Christian desayunando una tostada media carbonizada.

-te dije que no volvieras cocinar.

-¿sabe una cosa señorita Steele?- pregunta levantandose de su asiento y robandome un beso en cuanto se acerca por detrás.

-¿Qué?- la curiosidad siempre me gana.

-nunca le hago caso a una mujer, ni a mi madre- aquel comentario me hizo entornar una sonrisa y a la vez un gesto de disgusto al recordar lo que ella me dijo. Me senté sobre la mesa colocando las piernas sobre la silla.

-ten- Christian regreso de la cocina con una taza de café y me la entrega.

-gracias.- melosa viendo su musculatura al descubierto y sin censura disfrute de mi cafe mañanero. Una vez que acabé con una tostada un poco salada recorde que debia sacar la basura. Así que tras un beso fogozo y un azote en mis gluteos baje con una bolsa negra llena de basura hasta el tope. Corrí por las escaleras para llegar deprisa a la entrada y dejar la basura en el contenedor cuando mi madre se aparecio saliendo de un coche negro. Un auto que para mi es demasiado lujoso que alguien como ella estuviera usando, pero no me sorprende ver a Sthepen saliendo del lado del piloto con una sonrisa maliciosa al saber que disfrutará ver el lio que se armara entre mi madre y yo.

-mamá, ¿Qué haces aqui?- ella camina hacia mi severemante molesta y cuando unos poco centimetros nos separa su palma raspa contra mi mejilla con tanta violencia que logra hacerme tambalear y caer al suelo. Mi culo impacta contra el concreto y mis manos arden. Gruño por el dolor que se expande por todo mi cuerpo.

-¿dónde esta mi dinero?-cisañea y me apunta con el dedo; supe en ese momento que habia olvidado por completo su llamada de ayer por la mañana.

-sabes que no tengo y es culpa de tu maldita adicción- explote cabreada, más que eso, indignada por su falta de amor. Otro golpe impacto en mi mejilla, esta vez, logro aturdirme como para que Sthepen logrará acercarse y me levantará del piso. Quise protestar, pero todo me daba vueltas. Pensé que perderia el sentido hasta que escuche su voz.

¡Christian!

-¡sueltenla!- rapidamente Gideon se personó en el sitio como por arte de magia y le apunto con su arma a Sthepen. Mi madre alzo los brazos en derrota.

El amante de mi madre me dejo caer sobre el pavimento y ambos, él y mi madre, corrieron al coche y huyeron despavoridos.

Christian llego hasta mi abrazandome por la espalda con tanta fuerza que sentí que me ahogaba. Su cuerpo temblaba debajo del mio y al observar mi rostro sus ojos se agrandaron y maldijo en voz alta.

Cuando subimos de nuevo a mi apartamento le dije que buscará a mi vecina, Kate, quien es enfermera para que me ayude.

Al estar sola me vi en el espejo del baño y me deje llevar por las lagrimas, que para ese momento, me dije que era un milagro haber aguantado tanto. Tenia un corte en el labio inferior y el ojo izquierdo morado. Habia soportado cosas peores cuando vivia con ella, pero ya estaba harta y acepte que me encerraran. Sabia que iba a estar a salvo allí dentro.

Christian entro con Kate después de unos minutos en los que pase lamentandome de la vida. Ambos sabian perfectamente que estaba llorando, pero sin preguntarme nada, Kate me desinfecto, me entregó un antiinflamatorio y otra pastilla para el dolor, que ya tenia tieza mi cara.

-nos vemos, mas tarde hablamos- acaricio mi pomulo sano y beso mi frente-cuidala- le dijo a Christian antes de marcharse de mi apartamento.

Nos quedamos solos. No era capaz de verle directo a los ojos.

-estoy echa un asco.

-lo estas- bufá y ahueca mi rostro- pero sigues siendo hermosa- la intensidad de su mirada me afirma que lo dice en serio.- y quiero saber quienes eran esas personas y porque querian llevarte con ellos.

Resople. No tenia más remedio, sabia de la adiccion de mi madre y en aquel momento, cuando pense que estaba perdida, escuche su voz decirme que nadie tenia el derecho de entristecerme, que solo yo podia hacerlo si dejaba que los demás me afectarán. En ese momento lo necesitaba a él, necesitaba que me abrazara, que me escuchará y que sobre todo me entendiera.

-esa era mi madre y su novio, Sthepen, quien es un tipo peligroso.

-¡peligroso soy yo!- alzo la voz en un arranque de rabia e impotencia- le arrancará las pelotas si te vuelve a poner las manos encima.

Su comentario me saco una sonrisa, pero la realidad era otra y ese tipo es peligroso. Yo mas que nadie lo sabe.

-no hagas nada tonto- suplique.

-no estas sola. Ahora me tienes a mi- afirma- no dejaré que se te vuelvan a acercar. Me tienes contigo- reafirma- más de lo que puedas imaginar. Ahora quiero apacharte y este fin de semana saldremos.- confiesa risueño.

-¿saldremos? ¿Como una cita?- no podia simplemente ocultar la emocion que para ese momento acelero mi corazón. Aunque expresarlo resultaba tedioso por el dolor que sufria en ese instante.

-asi es, nuestra segunda cita- confirma.

Nuestra segunda cita cuando todo a nuestro alrededor es lio tras otro.

Mr. Grey (CEO #1) ©Where stories live. Discover now