Capitulo #51| Inseguridades

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Christian

Cuando aquellas palabras salieron de su boca no sabia como reaccionar. Me dije a mi mismo que lo eche a perder todo y me maldije internamente por no haber tenido la delicadeza de preguntarle si le temia a las alturas.

No puedo culparla, es la primera mujer en mi vida que me mantiene al filo del dia. No se que le gusta, no se que esperar en cuanto sus reacciones, nisiquiera sabia que llegaria hasta este punto con mi empleada. Llevarla a comer, protegerla, dajar que se instale en mi apartamento y sin lugar a dudas que no sea mi sumisa. Sino mi novia. Mi primera novia oficial que acepta mi caracter, mi disfuncional famila y mis practicas sexuales.

-nooo- arruga la nariz- vamos

Corre al interior del establecimiento y tengo un pequeño problema en seguirle el ritmo. Su emoción es palpable.

En cuanto nos hicieron saber sobre la cita que reserve para dos, nos ayudaron a prepararnos y ordene, explicitamente, que yo seria el encargado de colocarle el arnés a mi novia y no cualquiera de esos tios que de vez en cuando les gusta aprovechar la situacion, después subimos a la avioneta y cogimos vuelo.

-estamos a 5000 pies de altura Sr. Grey. Cuando guste- avisa el piloto y ajuste otro arnés en su cintura y sobre los hombros a la mia para mantenerla muy cerca de mi.

-¿ya lo has hecho antes?- deslizo la compuerta y el viento nos azota el rostro.

-un par de veces- levanto la voz- esta altura nos dara un minuto y quince segundos antes de llegar a tierra, al abrir el paracaidas nos dará diez minutos más en el aire. ¿Lista?

Sus dedos se entierran en mi espalda, puedo leer su inseguiridad en sus ojos así como su emoción.

-lista- se inclina hacia atrás para susurra cerca de mis labios y balanceo nuestros cuerpos que salen despedidos de la avioneta. Anastasia grita, carcajea y cierra los ojos con fuerza.

-abre los ojos preciosa. Observa el maravilloso paisaje-estiro las piernas para tomar velocidad, momento en que abre los ojos y su azulada mirada como el cielo que nos rodeaba me miran y sin haberlo previsto estampa sus labios en los mios provocando que unas chispas hagan cortocircuieto por todo mi cuerpo.

-¡estamos volando!- retira las manos de mi espalda y alza los brazos hacia los lados.

-¡sujetate!- coloco su cuerpo debajo del mio y flexiono las extremidades para disminuir la velocidad. Cuando creo que estamos a una altura correcta le hago saber a Ana que estoy a punto de liberar el paracaidas. Ella dibuja un ok con la mano y jalo la anilla de liberacion situado sobre el hombro derecho de mi arnés.
Una vez es liberado el paracaidas nuestros cuerpos frenan de un golpe suave y sutil. Agarro los mandos a cada lado a la altura de mi cabeza y manejo lentamente hasta llegar a la pista de aterrizaje.

-preciosa, flexiona un poco las rodillas cuando aterrices-ella asiente.

-¡somos dueños del mundo Christian!-grita sacudiendo los brazos.- ¡nadie puede contra nosostros!

-¡esto es más!-alzo la voz junto a ella.

-¡mucho más!- la siento sonrojarse- ¡te amo! Y quiero que todo el mundo lo sepa- grita entrecortadamente y a mi solo me queda más que reirme de sus ocurrencias y ser feliz con su sonrisa de oreja a oreja aunque hay algo que quisiera decirle pero las palabras no salen con facilidad, no me atrevo a pronunciarlas por temer que no haya un futuro para nosotros, por temer que vea cuan vulnerable me hace sentir su cercania y cuan vivo me siento después de casi tres años bajo una sombra que aún suele perturbarme en mis sueños.

Una vez que aterrizamos y el recorrido termino, Anastasia impulso su cuerpo y agarrandola en el aire de las caderas, rodea mi cintura con sus piernas y deposita un beso en mi nariz.

-esto ha sido la mejor cita de mi vida.-dice risueña.

-me alegra que te haya gustado corderito.- retiro varios mechones de cabello de su frente por detras del lóbulo.

-amo a las personas detallistas- con el pulgar acaricia mi labio inferior- no de los que compran regalos, sino de regalar momentos como este.

-¿¡Christian!?

Bajo a Ana y giro sobre mis talones al ver a mi madre salir de un coche y caminar hacia nosotros con una mirada foribunda dirigida a Ana.

¿Que hace aqui? Su imprudencia acaba de arruinar el momento. Era de esperarse.

-¿volviste a seguirme?- exclamé cuando estuvo lo suficientemente cerca- pensé que ya habias superado esa faceta.

Pero al ver quien más salia del coche sabia que ella le ha estado metiendo unas cuantas ideas absurdas en la cabeza.

-no seas irrespetuoso.

-no lo soy, solo quiero lo mejor para ti- tomo la mano de Anastasia- nosotros nos vamos.

-me dejas por esa prostituta.

Frunzo el ceño acortando la distancia entre mi madre y yo.

-no permito que le hables así. ¿Ella no esta altura?- hago una pausa y escupo- como yo, que jamás estaré a tu altura. Y si esta es la vida que tendria, prefiero no estar en tus zapatos, madre- camino de vuelta al auto donde Ana me esta esperando, pero me detengo en seco al observar fugazmente a Elena y luego dirigir la vista a mi madre- y dile a Simone que no se presente en mi oficina solo para crear un escandalo. Aborrezco la inmadurez.

Entro al coche y cierro de un portazo.

-esa mujer...siempre esta con tu madre.- sigue a Elena con la mirada desde su ventana.

-Elena no es nadie.- dije tanjante.

-¿entonces porqué te afecta tanto?

La miro descolocado.

-¿creiste que no me habia dado cuenta cuanto te afecta su presencia?- se cruza de brazos. El calor de su intensa mirada me hacen querer ocultar la cabeza debajo de la tierra.

¿Como es que de un dia para otro dejo que una mujer me intimide?

-¿la amas?- sigue interrogandome y no se exactamente que contestarle.-la amas- termina aceptandolo a causa de mi silencio.

-no te precipites Anastasia. No he dicho eso.

-no has dicho lo contrario.- masculle.

-Elena es tema complicado. Vamos a casa y nos relajamos con una ducha. Solo dame tiempo, así como yo te he dado tiempo para que me expliques que es lo que exactamente querian ese hombre y tu madre.

Hace un puchero, resopla y al fin se rinde en mis piernas durante el viaje de regreso.

-Gideon

-¿señor?

-pon Mozart.

-¿réquiem?

Niego con la cabeza.

-sonata para piano

-¿número?

-11

La melodia inicio segundos después y recoste la cabeza en el asiento mientras peinaba su cabello castaño.

¿Ella seguira aceptandome después de saber lo de Elena o algo incluso peor...?




Mr. Grey (CEO #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora