Capitulo #37| Metida de pata

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Christian

Si no era amor, era vicio. Porque jamás una boca me hizo regresar tantas veces por un beso. La necesito como si fuera aire para mis pulmones y este...cosquilleo molesto en mi estomago. ¿Qué coño es eso? La ultima vez que le dije a alguien esas palabras...¡ah! Las que no he vuelto a pronunciar hasta ahora, hasta que le propuse que ella podria lograrlo. Tal vez lo haga y no debí darle tantas esperanzas. Pero ese "te amo" salio de mis labios sin proponerme nada, sin razón y no se si algún dia tendrán peso.

Te amo.

Rio internamente. Eso dije cuando me enamoré por primera vez y no me habia dado cuenta que solo era un perro para esa mujer. Esa maldita mujer que fue a caer a los brazos de Jack. Él se convirtio en su mascota. Han pasado dos años ya y no he vuelto a cruzarme con esa mujer y si llegará el momento lo evitaria a toda costa.

Pero ahora tengo a Ana y quiero seguir con esto, pero tengo miedo de fallarle, de fallarme. No me interesa que haya estado en un psiquiatrico por sus problemas. Ambos estamos heridos, hechos pedazos y podemos ayudarnos mutuamente. Ese era mi fin dejando implicito mi deseo por ella cuando la conocí. Ahora no solo quiero ayudarla, quiero que se quede a mi lado.

Regresamos al hotel durante la noche y le obligué a que se lavara los dientes y se diera una ducha larga. Le dije que me haria cargo de las maletas y que estarian listas para nuestro viaje de regreso en cuanto saliera de la ducha y para cuando guardaba sus cosmeticos su movil empezo a vibrar sobre la cama y en la pantalla decia: mamá.

Esa mujer...

Frunciendo el ceño tome el movil y conteste. Lo primero que oí fue el susurro de un hombre y segundos depués una voz ronca y femenina que decia cosas sin ningún sentido. Estaba borracha.

-eres...¡una perra!- hipea- por eso te encanta acostarte con todos tus clientes.- erupta y alejo el movil de mi oreja.

¿cliente? ¿de qué habla?

Corto la llamada al ver no vale la pena aconsejarla para tratar bien a su unica hija. Los borrachos solo hablan incoherencias y no me gusta tratar con ellos. Sin embargo, se lo que se siente. Le pedí a Ella que fuera a narcoticos anonimos por su adicción al crack, la adicción que la separo de mi. Ahora puedo orgullecerme por su fuerza, ya que lleva varios años limpia.
Me gustan las personas que tienen que luchar por obtener algo. Los que teniéndolo todo en contra, salen adelante. Esa es la gente que me fascina. La gente fuerte. Como Ella y Anastasia.

De echo, creo que haré algo estupido para dejar que su madre le siga haciendo daño.

-eh, ¿Qué hace con mi movil?

Sale del baño y con una toalla extra exprime las puntas de su cabellera.

-nah, solo queria ponerlo sobre la butaca.- lo hice y ella enarcó una ceja.

-espero que no espies mis cosas.- dice con ironia.

-no lo haria- ya lo hice.-¿Quiero preguntarte algo?

Aunque dificilmente puedo encontrar lo que estaba por decirle si no fuera porque esta desnuda.

-¿Quieres...- vas bien Grey.- quieres mudarte conmigo?

El breve momento en el que se cae la toalla que cubre su cuerpo y sin importarle que estuviera desnuda ante mi me observa con detenimiento, asombro y se que hay una sonrisa que intenta colarse en su rostro. Por favor, dime que si. Desde allí puedo protegerla y tener control de esta situación.

¿Qué paso con lo de ir despacio?
¿Qué paso con la regla de no acostarse con las empleadas?
¿Que paso con tu cordura y autocontrol Grey?

¿Qué paso? Paso Anastasia Steele.

¿Anastasia aceptará?


Mr. Grey (CEO #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora