Mr. Grey (CEO #1) ©

Capitulo #69| ¿Terapia? ¿nosotros? [+18]

Christian Grey

Miré por detrás de mi, su pelo caía en cascada sobre su cuello desnudo, sobre su cara mientras dormía plácida. Su respiración, lo hermosa que es. Todo me enternece. Me recuerda de cierta forma ese día en que Marissa me dijo que me quería, por un breve momento, su sonrisa me apantallo y luego recuerdo como destroce su frágil corazón y le dije que jamás podria sentir lo que ella por mi.
Luego llego Elena llevandome a una oscuridad que no conocia y logre adueñarme de eso una vez que me destrozó. Le llaman karma, creo. Y una vez más, rompiendo todos mis esquemas. Anastasia Steele, mi empleada. Se adueñó de mis dias, mis sueños y todo lo que represento. Ahora solo pienso en ella, pienso en ella cuando la domino. Eso cambió. Antes, cuando era el amo de una mujer, me imaginaba a Elena tomando su lugar.

Ahora me hace feliz solo ver a Ana y a mi haciendo las locuras que hacemos.

-yo...-vacile y ella se removió en su sitio. Ana...mi secretaria, la mujer que al principio pensé habia jugado conmigo. Tal vez lo hizo en su momento, pero todo esta en el pasado y aunque quiera enfadarme no puedo culparla. Me ama, lo se, pero no entiendo porque aún no la he alejado. Estuve a punto de hacerlo en Manchester dos veces y mientras huía yo corría tras ella.

Resople...¿estaré bien de la cabeza?

Estira sus extremidades y de a poco abre los ojos. Retira su cabello y me sonríe.

¿Qué clase de hermoso ángel es? La clase de angel que podría lograr salvarme, solo que a estas alturas, aún no lo se y llevo acumulando una rabia que me carcome por dentro por lo incierto, por lo que pueda hacer mi madre, por lo que pueda hacer yo para alejarla de mi simplemente porque no podré aceptar otra desilusión más.

-¿estas bien?

-¿eh?- despavilo.

-te quedaste pensativo.

-no es nada- sonrío- es que eres tan hermosa, nena.

El rojo tiñe sus mejillas y me levanto de la cama.

-¿a dónde vas?

-¿a dónde más? Tenemos una cita con tu amiguito- se pega la palma en la frente.

-trae mi bolso, creo que lo deje en el mueble.- sale disparada hacia al baño- ¡llegaremos tarde!

Negué mientras me reía y fui en busca de su bolso. Fuera de la recámara, sobre el sofa mas grande, encontre su bolso junto al obsequio de Kate. Miré con curiosidad el interior. Habia un sobre manila, dos pulseras con extrañas y graciosas frases y un paquete con un cojunto de lenceria. Ladeo la cabeza confundido hasta que, como una ocurrencia tardia, viene a mi la actitud de Taylor con Kate. Ciertamente este no creo que sea el momento para eso, pero, incluso antes de que Ana fuera atacada se palpaba la tensión sexual que habia entre ellos. Se llevaran una sorpresa.

Tome ambas cosas y me dirigí al cuarto. Deje sus cosas en la cama y me sente junto a ellas sopesando el sentimiento idiota que me embarga al escuchar su voz desde la regadera y automáticamente volví mi mirada al sobre.

¿Qué será?

Lo saqué de la bolsa de regalo, pero con un movimiento diestro y rapido lo devolví al interior antes de que me viera.

-sigues.-se enrolla la toalla alrededor de su esculpido cuerpo.

-acompañame.-replique.

Rueda los ojos al cielo- mis manos se veran como pasas, además la sensación post-sexo debe desaparecer. Necesito tener clara mi mente.

Suelto una carcajada por su ocurrencia. Avanzo hacia ella y de un arrebato le quito la toalla, la dejo en el suelo y poseo su cintura con fuerza hasta pegarla a mi pelvis y frotar su coño rosado contra mi polla.