Capitulo #25| Un lio tras otro

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-me adelantaré- dije al cabo de unos segundos. Mi mirada se quebranta y aprieta la mandibula. Nuestros hombros se rozan un instante cuando me hago a un lado y me alejo caminando hacia la salida. No puedo verle a los ojos, no quiero enfrentar que la realidad es siempre cruel conmigo. Siempre lo ha sido y estoy harta.

Llegue a la esquina y mire hacia atrás, tal vez, con cierta esperanza de que él me siguiera. Pero no lo hizo...

Al cabo de una hora consultando el GPS de mi movíl como una posesa, descalza y sin abrigo llegué al hotel Crowne Plaza en el centro de Manchester. Como no sabia donde quedaba exactamente, ya que esa parte le tocaba a Olivia y se habia planeado de antemano llegar juntas antes que llegarán el Sr. Grey y la Sra. Bailey a instalarse, y tampoco dispuse de un taxi porque no traigo dinero encima. Tal vez para un viaje economico de regreso a casa.

Eso te pasa por huir.

Antes de entrar me vuelvo a poner los tacones de punta de tres centimietros y me personé en recepción, pedí la llave de acceso y descubrí que Christian habia cancelado la habitación que se suponia era mia al lado de la suya y reservó expresamente la suit presidencial.

-¿cuanto cuesta la habitación más comoda?

-¿cuantas noches?-pregunta el recepcionista.

-dos- mueve los dedos en el teclado y pega los ojos en la pantalla de una computadora de ultima generación.

-una habitación estandar para dos noches cuesta cuatro mil cuatrocientos catorce dolares- exhalé frustrada y el tipo sonrie como si se estuviera burlando de mi desdicha.

-deme la tarjeta- extiendo la mano sobre el mostrario de cristal y con esa misma sonrisa atemorizante me entrega la llave. Cuando llego al cuarto nuestras maletas estan sobre una cama matrimonial e intento no ser tan curiosa con mi alrededor, pero se me escapa un silbido al observar el interior de la suit. Parece una casa en las alturas, hasta hay un segundo piso.

¡Concentraté Ana!

Voy por mi maleta y decido cambiarme por unos vaqueros, una camiseta holgada y mis converse. Al finalizar, extiendo el vestido en el enorme y espacioso armario y dejo una nota adesiva en el.

Gracias por todo. Tomaré un vuelo de regreso a Seattle y el lunes por la mañana tendrá mi carta de renuncia.

Atte. Ana

Agarré mi maleta lista para marcharme cuando escuche su voz, pero quede aún más sorprendida, al oir unas risas femeninas que le acompañaban a sus palabras. No me lo esperaba, no creia que fuera tan cinico como para hacerme esto. Tan sencillo fue que yo huyerá de él, tan sencillo fue que me reemplazará por otra en un instante.
Salgo de la habitación principal y me encuentro con una escena de pelicula de terror. Tiene a una chica pelirroja que se abraza coqueta alrededor de sus abdominales y le aplasta los pechos en los omoplatos mientras rien y ella le susurra cosas al oido.

Carraspeo para llamar su atención y unos ojos grises me miran con culpabilidad.

-la has cagado- suelto entre dientes y dispuesta a no dejar que me siga humillando agarro mi maleta y camino hacia la salida.

-Anastasia...

-Chris...- jadea la pelirroja, notablemente confundida.

-eres un hijo de puta y un mentiroso.- escupo y le regalo una mirada severa, cargada de decepción.

-lo se, pense que...

-¿Qué? Me voy y a los poco minutos te consigues otra vagina.- ladeo la cabeza y le dedico una sonrisa a la pelirroja- enterate, le gusta golpear hasta que no puedas ponerte de pie.

La chica puso una cara de espanto y agrega- mejor me iré.- coje el bolso color escarlata que tiró al suelo y se fue tan rapido como aparecio.

-Ana...

-¡vete al infierno!- le corto.

Me agarra del antebrazo.

-sueltame.

-no lo haré hasta que hablemos.

-no tenemos nada de que hablar. Ahora se que no te importan los sentimientos de los demás, ni los mios, ni los de esa chica, ni los de tu prometida-ahogue mi llanto, eleve la barbilla y respire hondo.

-¿Como?

-no me hubiera importado.- dije. Antes no me hubiera importado, ahora todo es distinto y duele. Y no se como manejar este dolor.

Mi navaja esta en la maleta...¡Ana, detente!

-¿entonces porqué te importa ahora?

-no lo se- confesé.

-permiteme explicarme. Si no puedo convencerte, dejaré que te vayas.-puntualizó.

Mr. Grey (CEO #1) ©Where stories live. Discover now