Capitulo #5| Probar un trozo

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Una gran satisfacción, eso fue lo que senti cuando su mano presiono con fuerza alrededor de mi antebrazo.

Me solto de inmediato cuando más asediada me sentia y él enarco las cejas en confunción. Mi cabeza daba vueltas y no podia concentrarme en un punto definido.

No ahora, no ahora- me decia internamente cada vez que tenia la necesidad irrevocable de experimentar más dolor del que ya obtuve. Fue una gran revelación cuando mi psiquiatra me dijo que era adicta a las endorfinas, jamás pense que esto fuera una adicción, si no algo como una liberación por la vida de mierda que tuve que atravesar a lo largo de los años. Mamá alcoholica, sus novios abusivos, los maltratos que me llevaban directo a un hospital, cada vez que tenia que mentir y reprimir todo el dolor que llevaba acumulando bajo mi piel fueron el desencadenante de mi problema. Porque eso es lo que es, un problema que he superado y seis meses con siete dias de perserverancia no se iran abajo por las inexplicables emociones que un hombre me hace sentir.

-la veré esta noche en mi casa- cuando mencionó "casa" me sorprendio a sobremanera. La idea de llevarme a su casa no estaba en mis planes tan rapido.- haré unos cambios. Estará antes de las seis de la mañana en mi oficina, pero antes necesitos que llamé a Fiona.

Afirme con un movimiento lento de cabeza y salí disparada de su oficina. Andrea intenta preguntarme algo, pero aceleré el paso hasta el ascensor y cuando estuve lo suficientemente alejada de ella y de él conseguí respirar. Troté hasta la cafeteria y en el proceso casí tropiezo con un tio que tiene mal gusto por las corbatas, este me enjuicio con la mirada, pero no quise prestarle ni la más minima atención. Cruce el umbral de la doble puerta de la cafeteria por segunda vez en el dia y la chica de nombre Fiona se encontraba concentrada en la limpieza de unas mesas, mientras contorneaba la cintura de un lado al otro.

Aquello me saco una sonrisa y a la vez un desazon amargo en la boca, me sentia pesima porque sabria lo que vendria. Ella iba hacer despedida por mi culpa y eso pasa cuando no piensas en las repercusiones que tus actos provocan.

-¿Fiona?- ella me vio llegar y se saco uno de los auriculares del oido.

-oh, eres la nueva secretaria del Sr. Grey

-¿como lo sabes?

-las noticias vuelan por aquí. Te irás acostumbrando- metio el desinfectante en el bolsillo de su delantal en color azul oscuro que lleva las iniciales de la empresa en la esquina superior con su primer nombre y apellido bordado encima.

Fiona Grey

Espera...un momento.

-¿eres...?- señale el nombre impreso, ella bajo la mirada y sonrio despreocupada.

-si, el ogro que controla estas mazmorras es mi tio. Él me puso aquí porque dijo que debia ser responsable de mis actos.

¿va a despedir a su sobrina por mi culpa?

-espera un momento. Acabas de...eres fan de...- madre mia sigo atontada. ¿Que te ocurré Anastasia?

-¿Mazmorras y Dragones?

Asiento. La unica actividad que me ha mantenido serena los ultimos meses ha sido mi segunda e inevitable obsesión por la cultura pop de los ochenta, mi irremediable lado geek acerca de los juegos arcade/made, peliculas y series de esa epoca. Soy una sabionda anti social cuando llego a mi apartamento después del trabajo.

-¿tú tambien?

-se puede decir.

-bueno, no se lo digas a nadie o mi tio me degolla- vuelvo asentir. Deja lo que esta haciendo y me inclino para que pueda susurrarmelo al oido- el Sr. Grey tiene un secreto...él es un obsesivo compulsivo que colecciona todo lo referente a la cultura de los ochenta.

-no puede ser. ¿él?- apunte hacia el techo. Eso es imposible, no tiene nada geek o mucho menos rastros de haber sido un nerd de joven.

-¡porque siempre tarda tanto!- escuche cuando venia caminando y a su vez riñiendole a la nada. Para cuando me vio se aproximo a ambas con la frente ceñida.

-hola tio

-sabes que no tienes permitido dirigirte a mi de esa forma cuando estamos en horas de trabajo- Fiona rueda los ojos.

-y tú- me señala con el dedo- tú preparás mi cafe de ahora en adelante. Enseñale como se hace-su sobrina asintio- y lo quiero en mi escritorio cada mañana antes de llegar.-replico finalizando con una mirada de advertencia.

Fui detrás de él cuando la ultima gota de paciencia dejo mi cuerpo. Sin pensarlo y con la mente nublada por la rabia lo detuve enfrente de las puertas del elevador. En ese momento  se abrio el ascensor, lo empuje hacia el interior y cuando se cerraron las puertas precione el botón de emergencia para que se detuviera.

Él me miro impresionado y sorprendido a partes iguales por mi intrepida hazaña.

-¿¡Qué cojones crees que haces?!

Me arrepentí en ese intante. Me aleje de él y camine de un lado a otro para encontrarme aún más frustrada.

De repente sentí su mano rodear mi muñeca, jarlarme hasta que mis pechos rebotarón sobre su torso. Impresionada por el intenso plateado de sus ojos comenzo a acariciar mi mejilla a mi cien en repetidas ocasiones.

-quisiera probar un trozo-no sabia que significaba aquello hasta que sentí su lengua en mis labios y trague duro. Mi pulso se acelero y hacia más calor de lo habitual- una excentrica pieza.- dijo, finalizando todo contacto. Me separa de él, presiona el botón y cuando se abren las puertas sale de allí ignorando el estado de shock en el que me dejo y durante de lo que resta del dia, mientras Andrea me capacita para tomar su puesto, el Sr. Grey mantiene su distancia, puedo jurar que me evade y lo compruebo por medio de Andrea al hacerme saber que queda cancelada nuestra cita en su casa.

Él es el ser más raro que he conocido en mi vida y pensar que me concebía ese puesto a mi.

Al termino del dia más mentalmente agotador de mi existencia me quede dormida en el momento en que mi cuerpo tuvo contacto con la mullida cama y soñe irremediablemente con él, repitiendo una y otra vez la escena del elevador.

¡Bastardo!

No me ganará. No señor.

Mr. Grey (CEO #1) ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat