Capitulo #39| Traspies

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Esa mañana salí de la cama con un maldito dolor en mi espalda baja y como pude eche a andar a la cocina, pero al abrir la puerta del dormitorio una densa capa de humo invadio el techo del cuarto y vi a un Christian intentando apagar una sarten llena de fuego. Corrí a él y llené una fridera con agua para lanzarla encima. Christian abrio las ventanas y enseguida el humo se disperso.

-¿Qué ocurrio?- tocí.-¿estás bien?

Ambos, como si supieramos que tocarian, dirigimos la mirada hacia la puerta. Me alarmé cuando oí dos golpes consecutivos provenir del exterior.

-servicio del hotel. Se encendio la alarma, ¿se encuentran bien?- preguntó una voz amortiguada y femenina.

-esta todo bien- dice Christian en tono firme como si no hubiera pasado nada, como si no tuviera rastros de hollin en la cara y en la camiseta. Viendolo de esa forma tan varonil; con una capa de sudor cubriendo sus facciones, sucio y con shorts puede ser capaz de descontrolar mis ovarios. Si, puede ser capaz de eso y más.

Cuando desperté no lo vi a mi lado y la alarma en mi cabeza se encendio al recordar que me habia desmayado después de haber escuchado que Christian me invitaba a cenar en la casa de sus padres.

-¿estas bien?

-no te robes mi pregunta.- bufé un poco cabreada por este incidente y por lo de anoche. Tocí de nuevo mezclando una risilla que he soltado sin poder evitarlo.

¿porqué no pregunta que es lo que yo pienso? Y pienso no ir, para ello debo inventarme una excusa sencilla pero convincente como...

Nunca habia utilizado mis neuronas para tanto. Obviamente, siempre habia alguien que tomaba las decisiones por mi en aquel sitio y se supone que estoy intentando recaudar algo para estudiar en alguna universidad.
¿y pensabas irte hace unos dias y dejar este trabajo por culpa del tio más sexy de este mundo? Posiblemente, no lo habia pensado bien. Recuerdo cuando Andrea me recogio el dia en que salí del psiquiatrico y me consiguio aquel apartamento junto a mi loca vecina Kate. En una platica de chicas y en medio de frituras y alcohol ellas me dieron esa "idea" y como Andrea tenia contactos en las grandes ligas crei que seria más facil entrar de lleno que trabajar como camarera en algun sitio de mala muerte. En ese entonces me propuse que cuando consiguiera el dinero suficiente entraria a la universidad, conseguiria una beca y buscaria un trabajo decente cerca o en el campus de la misma, pero mis sueños se verian truncados por los errores de mamá. Yo iba un paso adelante acercandome a mi sueño y ella con sus estupidas borracheras me hacia dar veinte pasos hacia atras. Sin embargo, llego Christian Grey y esos sueños parecen difuminarse en un tunel oscuro que lleva a dar cincuenta pasos en retroceso.

Suspire, ¿en serio me estaba dando por vencida? Recordé mi primer dia en la empresa cuando Andrea empezo a explicarme las funciones que debia realizar y tambien me dio una advertencia: debes tener cuidado con él. No es facil de roer y le gusta controlarlo todo. No cometas una torpeza o me vere avergonzada cuando le supliqué que te diera una oportunidad.

Aquella advertencia la habia tomado con calma. Demasiada calma. Volví a suspirar.

-estoy bien, corderito- resopló

-nunca volveras a poner un pie en una cocina. Toda la humanidad estará en peligro si lo haces- repliqué y creo lo volví a repetir unas cuantas veces más hasta que tomamos el avión.
Antes de despegar y pasar de nuevo por todo ese rollo de volar que me pone los pelos de puntas convencí a Christian de llamar a Ella para despedirme y así conseguí su número. Me quede mal por no hacerlo de frente porque cierta persona casi quema un hotel entero. Sin embargo, omitiendo los traspies de su hijo, le conté lo fabuloso que es y que estamos tratando de entablar una buena relación.

-debes tenerle paciencia. Es muy terco- reimos. Estoy de acuerdo- si te contará, paso pegada a mi cuando decidí iniciarme  en narcoticos anonimos.

-¿como?

-¿no te lo ha contado?- resopla y sus dientes provocan un chasquido evidenciando una negativa- abandone a mi hijo por las drogas.

Me quedé en silencio y Ella rie aligerando la incomodidad de la situación, pero familiar a la vez.

-no te preocupes Ana. Aquello quedo en el pasado.- confiesa.

-¿como lo lograste?

-mi hijo fue la motivación, ¿Qué más podia ser?

Si yo fuera la motivación de mi madre. Si ella voluntariamente deseara entrar a alcoholicos anonimos.

-¿Ana, querida?-salgo de mi retalia de imagenes acerca del pasado.

-si, eres una mujer valiente. Nos vemos pronto.

-eso espero. No dejes de llamarme para saber como estan, que el ogro de mi hijo casi no me llama.- termino la llamada con una afirmación y varias risas de por medio.

-¿todo bien?- Christian se sienta junto a mi tras aparecer  de la cabina del piloto.

-si- miré en dirección a la puerta por donde salio.-¿y Brandy?

-¿la extrañas?

-¡Que va!- me cruzo de brazos.

- Srita. Steele, ¿acaso le van las mujeres?- bromea.

-No, lamentablemente me van togloditas como tú.

-que suerte la mia.

Ni tanta. Hago un puchero.

-ella no estará con nosotros.

Ya, adios azafata que intentaba colarse en las piernas de mi Mr. Ardiente dominate. Ahora puedo respirar tranquila durante el vuelo.

En todo el viaje de regreso me quedé dormida en la cama donde empezo este juego sexual del amo y la sumisa, y que tras estar en Manchester acabé siendo su novia a que le encanta su extravagante forma de demostrarme que soy su mundo, como él dice.

Una vez de regreso intente volver a traer el tema de "tenemos que hablar de algo importante" de la otra noche, pero tras bajar del avión la maldición llamada "Olivia" esperaba al Sr. Grey con una sonrisa tierna de doble filo, un vestido por encima de las rodillas y pegado al cuerpo. Es inevitable prestarle más atención de la que deberia, pero para mi placer personal Christian solo tenia ojos para mi.

-Sr. Grey

-Olivia, ¿y Ross?- se arregla el saco y ella ronronea. O maldita, si supieras. Si no fuera en estos momentos la secretaria te verias con la fiereza de la novia.

-en una reunión de ultimo minuto. Vine en su lugar.- se acerca a él incinuandose-¿tomo su maleta?

-si y la de Anastasia. Gracias Olivia- no la miró directamente y solo le palmea el hombro en agradecimiento mientras agarra mi mano y me dirigé al auto que nos espera. Allí tienes perra.

Del coche sale Gideon, lo que me toma por sorpresa y me abalanzo para darle un abrazo.

-¿Señori...Ana?

-que bueno es verte Gideon.

-lo mismo digo- al observar a su jefe se vuelve a colocar firme. Con la espalda recta y el pecho alzado.- Señor.

-tranquilo Gideon, llevanos a mi casa.

-¿no vamos directo a la empresa?

Y me quejaba de que trabajaba mucho.

-quiero mostrarte algo que se que te gustara.

Tal vez es la oportunidad perfecta de estar solos y hablar tranquilamente. Así que acepto.

Iremos a su casa!!! Bueno, ella irá. Suertuda.

Mr. Grey (CEO #1) ©Where stories live. Discover now