Capitulo #79| Medidas desesperadas

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-¡¿Qué mamá?!- insistí, con el corazón desbocado y severamente ansiosa.

Dudó un momento, no estando segura de haber abierto la caja de pandora, pero no ahora, no después de haberse atrevido a confesar algo que no solo me conviene, sino, como ella ha dicho, también le compete a mi novio.

-hace unos días escuche una conversación por teléfono. Estaba hablando con una mujer- frunce el entrecejo y yo, por sobre todas las cosas, se a quien se refiere y agradezco que no la nombre en voz alta, no delante de Christian.

-¿cómo sabe eso?- es la primera vez que Christian habla desde el trayecto del parking al apartamento y después solo se sento a mi lado colocando su brazo derecho en mi espalda y dandome apretones cada vez que me sentía desvanecer.

-es su socia. No se su nombre-miente y me observa con reticencia- pero supe que era ella. Dijo que tenía un plan para hacer caer a la empresa de Christian Grey.- temerosa, fija sus ojos azulados como los mios en él- desde ese momento lo investigue, vi su foto en internet y lo recorde inmediatamente. Usted estaba con mi hija aquel día y la salvo de mi estupidez.

-mamá- replique con dureza.

-me alegra escuchar que esta arrepentida de su error, pero no será suficiente para recuperar el cariño, que en efecto, aún siente su hija por usted- dijo, imprimiendo un tono ácido en su voz.

Sus palabras se asentaron en ella y quise protestar ante su frialdad. Por un momento habia olvidado lo malvado y razonativo que suele ser.

-tiene razón. Me he engañado a mi misma.- se reprocha así misma y me duele verla en ese estado sombrío en el que a sumido.- y quiero remediarlo- alza la cabeza.

-¿Qué más sabe?

-solo sé que hay una mujer de nombre Elena implicada- Christian reclina la espalda apoyando los codos en los muslos.

Con aire serio y semblande añade- ¿Elena Lincoln?

-si, si...ese es su nombre completo. ¿La conocen?

Nos miramos de hito en hito. Y se, en este momento, que él no puede creerlo. Amandola como lo hizo se que necesita tiempo para digerirlo.

-si, ella es madura, alta y rubia- todo el peso de la verdad se asentó en sus hombros que bajaron con un golpe seco y oculto su rostro entre sus manos pequeñas y anchas.- lo siento mamá.

-no lo sientas, yo me merezco esto. A pesar de saber que era una relación toxica pensé que me amaba de verdad.

-eso te pasa por romantica empedernida- ríe-entre el mar de lágrimas-aceptando mi chiste mejor de lo que espere. Agradecí ese instante, esa imagen que quedaría clavada en mi memoria por el resto de mis días y represente que aún, debajo de todo lo malo, mi mamá sigue allí.

Otro apretón de su parte me hace elevar la mirada y consederme esa media sonrisa que me envuelve de una ilusión que juraba no sentir ya.

-si Elena esta implicada, lograr que me revoquen el puesto de presidente fue su primera advertencia.- resoluciona-pero ella sabía que no lo iba a lograr. Todos los accionistas confian plenamente en mi y algunos de ellos me deben favores por callar los amorios con sus propias secretarias.

De mis labios brotó un gesto de incredulidad.

-¿Qué? Él setenta y cinco porciento de los hombres tienen amorios con sus secretarias.- informa como el hombre de negocios que es.

-¿yo estoy dentro de ese sententa y cinco porciento?- abre la boca para hablar pero le corto a mitad de la primera sílaba-no digas más.- culmino, entre la molestia y un paso a la burla.

-jamás- tira de esa línea fina y me toma de la cintura para afianzar su respuesta.

-prosigue- declino, no voy a discutir enfrente de Jason y mi madre. No señor.

-bien. Debido a que he llegado a agotar su paciencia haciendole saber que oficialmente ella esta distituida de su cargo en la empresa y que la mayoría voto para obligarla a vender sus acciones, tomará represalias.

-¿eso es posible?

-lo es. Legal y sucio pero efectivo.

-por eso se casa con Jack.

-por eso y más. Quiere tener poder y con el apellido que le esta ofreciendo mi madre es sencillo- explica.- debemos decirle-se pone de pie con premura.

-¡no!- grita mi madre poniendose a su altura.

-¿porqué no?

-Christian...

Me mira y de el brota una risa sin humor.

-no creen que...- mi silencio lo lleva a esa resolución que me ha estado atormentando desde que supe la verdad.-no.

Mi madre estaba a punto de hablar cuando me interpuse entre sus palabras y mi media verdad.

-solo piensalo por un momento. No podemos fiarnos- dije con toda la delicadeza que puedo imprimir.

-ella sería incapaz. Puede ser manipuladora y se de lo que es capaz pero a ser parte de una organización que trafica con jóvenes para prostituirlas es infame. Es...-se detiene, respira hondo y deja escapar un ruido que indica exasperación- es imposible y abominable.

-solo es una sospecha.-dije, arrepentida de abrir mi bocota.

-solo para- espeta y su tono receloso y repentino provoca un dolor en mi pecho.- no voy a permitir esto. Ella lucho a mi lado para que mi empresa prosperara. Ella y Elena.

-¿y Elena?- pregunté con la ironía escapandose en mi voz- ¿porqué es diferente?

-porque se de lo que es capaz y me lo demostró. Es mi madre Anastasia, escuchate- tense los labios y me dejo sin ceremonia en el sofá con el frio viento asolandome el rostro y la culpabilidad haciendo trizas mi cabeza.

Sabía lo que tenía que hacer y era...enseñarle las pruebas que mantenía oculta en el despacho.

-necesita un momento, eso es todo- lo excuce.

-él debe saberlo.-añadió Jason con pesar.

-se lo diré ahora. ¿Cómo lo supiste?- quise saber.

-una corazonada.

-lleva a mi madre al cuarto de invitados mientras hablo con él.-pedí.

-Ana...

-espero que estes diciendo la verdad.-inqueri, furiosa, sorprendida, inquieta, acongojada y nerviosa. Todo a la misma vez como un remolino que me guía a un abismo de oscuridad.

-era ella. Grace- dice con determinación y yo asiento.

Una vez que ellos desaparecen por el pasillo que lleva a la alcoba, echo andar en dirección opuesta hacia el despacho. Él esta allí. Solo me da tiempo de tocar una vez cuando escucho un estruendo seguido del sonido del vidrio impactando contra la pared o el suelo y por ultimo un estallido, un grito que me doblega y aterra en partes iguales. En ese instante, bajo la fuerte impresión, jalan la puerta y el pomo se aleja de mi mano. Su imponente altura y descolocada expresión me abruma pero logra sacarme de mi trance.

-Christian, amor que ha....

-¡CÁLLATE!- escupe con ferocidad- no...ni siquera me dirijas la palabra.

Con su brazo me hace un lado y trota hasta perderse de mi vista, en ese momento sentí que todo habia acabado y la bella ilusión del amor se opaco al caminar al interior del despacho y ver lo que habia en la pantalla rota, pero aún funcional, de la laptop en el suelo.

Estamos cerca del final, pero aún no del todo. Pronto habrán actualizaciones diarias, así que pendientes de sus moviles o tablets. Que ese tono o vibración podría ser yo. 😂❤😉

Mr. Grey (CEO #1) ©Där berättelser lever. Upptäck nu