Capitulo #57| Me niego

2.4K 315 14
                                    

-dimelo de una buena vez. Empezaste a actuar extraño el dia que me llevaste a saltar en paracaiddas. Tu ofuzcada ida, cuando te la bancaste contra Jason y contra mi, esa llamada...- bajo la cabeza pensativa.- el accidente- susurre.

-¿De dónde sacaste eso?- eleva la voz.

-eso es lo que menos importa ahora.-le grito de vuelta- Estuve al filo de la muerte y quiero ser sincera contigo. Deberías serlo también, ¿algo sucedio mientras estaba en el hospital?

-sucedieron varias cosas y una de ellas es que sigas con tú dieta y tus medicamentos contra la anemia, incluyendo los analgesicos después de cada comida y por favor, no espies a la gente- espeta malhumorado.

-¿Qué pretendes?- hago una pausa y al ver que no contesta, prosigo- sientes algo por mi, te preocupas por mi bienestar y luego me corres de tu casa cuando fuiste tú quien me convencio, aún sabiendo mi trato con tus padres. ¡Me ocultas cosas!- grito desesperada por entender lo que esta ocurriendo.

Me cubro la cara con las manos y rompo en un llanto que me escuece el alma. ¡Joder, joder! No quiero que me vea asi.

-no, tanquila..., tranquila, cariño. No llores- escucho sus pasos acercarse y por inercia doy un paso en reversa.

-necesito atar cabos. Necesito saberlo aunque no me quieras volver a ver.

-estas equivocada. Si te lo digo tú no volverás- aprieta los dientes y niega con la cabeza desesperado.

Se rasca la nuca mientras camina de una esquina a otra debatiendose, al replicar algo que no pude entender, se detiene en seco y me mira.

-ese dia, mientras dormias en mis piernas, recibí una llamada de Elena. Rechace su invitación, pero dijo que tenia que saber algo de mi madre sino queria que te perjudicara.- hace una pausa analizandome- ella me contó todo. Regrese a Escala sin saber que pensar o hacer. Te hice daño porque estaba enojado contigo y me di cuenta que no te habia dado una oportunidad para explicarte. Esa misma noche decidí que sin importar lo que habias tratado con mi madre, no podia alejarte. Me doleria más si lo hiciera. Queria mimarte- su cuerpo se desplomo sobre uno de los sillones a juego que decoraba el salón- fui cruel, lo acepto. Estoy cabreado, estoy severamente molesto; pero no soy capaz de dejarte ir por más molesto que este. Y tras el accidente...sabia que no podia seguir sin ti. No queria perder a nadie más.- ahoga un gruñido quejumbroso.

-eso paso, hace cinco años atrás.

Respira hondo asintiendo metodicamente.

-su nombre era Marissa, nos habiamos conocido el primer año en Harvard. Cometimos estupideces, solo eramos unos crios, y salio embarazada.

Descolocada por la repentina revelación, de pronto, y sin saber porque, aparto las lagrimas de mi ojos y hundo mi cara en el hueco de su cuello mientras mis brazos envuelven su cuello. Me olio el pelo mientras depositaba un beso en su cuello. Gimio al contacto humedo de mis labios. Él me aparto con delicadeza y sabia, por su valia en ese intante, que se abriria totalmente a mi.

-no iba a dejarlos solos, estaba dispuesto a todo hasta que la vida me los arrebato en un accidente que yo cause.

De pronto, lo miré horrorizada.

-tenia morfina en mi sistema-explicó y mi expresión fuera de si acerto lo que temia- si, era adicto a la morfina. ¿De donde crees que salieron todos esos tatuajes? No fue facil salir adelante hasta que Elena hizo su aparición y me convertí en un sadico.

¿Esa mujer lo introdujo al mundo del BDSM?

-dos años atrás me dejo por Jack, me sumi en una depresión y de repente apareces tú sorprendiendome con tu caracter, tus mentirillas, tus distintas personalidades juguetonas, tu morbo y negaba aceptar lo que estaba surgiendo.-finalizo y hechizado por mis caricias, cierra los ojos.

-gracias por abrirte a mi.- pasa sus grandes manos por mi espalda acercandome y recostando su cabeza entre mis pechos.

-no puedo negarte que me siento como un idiota hasta la mierda.- dice- solo... no me ocultes nada más.

-lo intentaré- me mira con la frente ceñida.

-hablo en serio.-replicó.

-¿eso quiere decir que no me echas?

-eso quiere decir que debo pensarlo.

Hice un puchero en respuesta.

-bien, entonces quiero que entiendas que no voy a irme a ningún lado. Todos somos adictos a algo y cometemos errores que al final pagamos con creces. No eres un asesino, eres mi angel herido, mi error fue haberte contado una verdad a medias y no me iré hasta que me pidas que me large de tu vida, ¿comprendes?

Su respuesta fue un beso pequeño, apenas un roce de sus labios, pero aquello produjo un terromoto en mi sistema y sonrei sabiendo que me quitaba un peso de encima.

Mr. Grey (CEO #1) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora