Capitulo #52| Nuestra canción

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Subimos a su apartamento y constaté que estaba malhumorado, pensativo, incluso no a dejado de apretarme los dedos de la mano y sobarlos como si estuviera untando mantequilla en ellos.

Aún era temprano y pronto almorzariamos, pero Christian se dirigio a su habitación y no tuve más remedio que seguir sus pasos. Su silencio me incomoda a sobremanera y no quiero pensar que fui demasiado insistente con el temita de Elena, sin embargo quiero saberlo todo. La madre de Simone es hermosa, incluso, a pesar de la edad que imagino tiene. Cuando le conocí la noche de la cena que no se llevó a cabo, sabia que era ese tipo de mujer que no tiene limite de diversión, que conquista a hombres de todas las edades y sabe exactamente lo que quiere por su experiencia y no imagino a Christian teniendo una relacion con la amiga madurita de su madre, ¿o sí?

-no quiero saber- digo de repente y se detiene en el umbral de la puerta a medio abrir.- confio en ti y se que no tengo derecho a preguntarte cuando se que tú no sientes lo mismo por mi.

Hizo una mueca de dolor o creí imaginarlo ya que rapidamente se recompone y me suelta la mano.
Abre la boca para decir algo, pero la cierra de golpe y entra al cuarto, desaparece de mi vista y unos segundos después aparece con una cazadora puesta.

-¿a dónde vas?-pregunte en parte asombrada por su gesto relajado y otra por la actitud que ha tomado respecto a mi respuesta de hace un instante.

-recorde que tengo un pendiente, llegaré a cenar. No salgas sin avisar y Taylor estará al pendiente de ti.- se acerca para besarme, pero aparta mis labios cuando toma mi rostro con firmeza y deposita un beso en la cien.- lo siento- se va dejandome, de pie en el pasillo, con miles de dudas oscilando mi cabeza como una corona de estrellas. Totalmente confundida.

No quise darle muchas vueltas al asunto. Dije que confiaba en él y eso haré.

Durante el almuerzo le sugerí a Taylor que subiera y comiera conmigo. Negó en varias ocasiones pero al final desistió de esa idea absurda de que yo soy novia de su jefe y debia tratarlo como tal. Como un empleado a mi cargo, pero no soy ese tipo de persona que hace sentir a los demás inferiores y sobre todo prefiero cuidar mis necesidades sola. Aprendí por mi misma y eso bastó para independizarme cuando era una niña.

-digame Taylor, ¿cuál es tú nombre de pila?- le pase el plato de la encelada y lo acepto con una sonrisa.

-Jason, señorita-prueba un bocado de mi lasaña.

-bien Jason, como nos estamos conociendo deberias llamarme Ana.

-¿solo...Ana?- cuestiona.

-Ana a secas-afirmo con una sonrisa y Jason casi se atraganta con la comida.-¿estas bien?

-si seño...Ana.- le paso una servilleta y se limpia- solo que nunca habia conocido a alguien tan amable y noble.

Ahora era mi turno de sonrojarme.

-no es para tanto.- sacudo la mano restandole importancia a sus palabras.

-¿y de donde conoces a Gideon?- respiro hondo mientras cambio de tema.

-ambos somos ex-militares. Estuvimos en es mismo escuadrón- bebe de la limonada que le serví y yo le doy unos cuantas mordidas a mi pan francés. Unos minutos después continúa-Gideon ya conocia al Señor Grey, gracias a él conseguí el trabajo después de dejar el ejercito. Aunque cuando me contrato habia sufrido un accidente y tenia esa mirada rota...- Jason calló de inmediato cuando su mirada voló de mi hacia Christian, quien salia del elevador en ese momento. Levanto la vista y fruncio el ceño con severidad al ver a Jason comiendo conmigo.

-Señor- Taylor se pone de pie rapidamente con la espalda erguida hacia atrás y el pecho alzado.

-vete- escupió y sin vacilar, Jason, camino hacia la salida y antes de desaparecer por las puertas del ascensor agradecio la lasaña. Vi su plato y me di cuenta que solo habia comido un pequeño trozo y algo de ensalda.

Mr. Grey (CEO #1) ©Where stories live. Discover now