Elegir la monotonía puede darle tanto simplicidad como paz a tu vida.
Pero amar, caer, levantarte, aprender, dudar, decidir... sentir, eso es vivir.
Acompaña a Shaddía a recorrer un camino lleno de vivencias impensables para una mujer que se escondi...
De regreso a casa en mi cabeza se repetía una y otra vez lo que me había dicho Anabell, porque no lo supe antes, han pasado varios meses y me desentendí tanto de Bruno que al parecer me he perdido un episodio importante, ¿que habrá pasado exactamente? Me pregunto una y otra vez. Entra una llamada de Felipe, no he hablado con él en toda la tarde y ya es de noche, así que supongo que está preocupado, le contesto y me reclama por mi ausencia, me pregunta donde estoy y yo solo le pido que me espere unos veinte minutos, voy camino al apartamento y tengo un nudo en mi garganta que necesito sacar, picaramente el me dice que tiene algo para mi garganta pero yo no pienso en sexo, solo pienso en lo que acabo de enterarme.
Al llegar al apartamento Felipe me saluda deseoso, pero mi cara le muestra que no tengo la misma emoción, me pregunta que me pasa y yo le comento que me encontré a Anabell y lo que me dijo. Hace mucho tiempo Bruno no era mencionado entre nosotros, así que fue algo incómodo pero necesitaba desahogarme y tratar de entender lo que me acababan de decir, pero la cara de Felipe me hizo entender que no fue la mejor elección.
Así que traté de cambiar el tema y retomar la picardía para encontrarme con Felipe pero el cambió drásticamente y me dijo que se sentía cansado, que quería dormir. Yo entendí y no insistí, pero antes de irme a mi apartamento Felipe me dice que vayamos por unos hotdogs, yo acepto y vamos de inmediato. Comemos casi que en silencio; de regreso tomo su mano y sin mediar palabra le pido disculpas y el me sonríe. De regreso al apartamento él opta por no tomar el ascensor y me lleva hacía las escaleras; mientras subíamos me nalguea, yo me sorprendo y me causa mucha gracia así que lo miro y él solo me pide que me quede quieta, estoy unos escalones más arriba de él, él se baja unos tantos más y me sube el blusón que llevaba puesto, echa a un lado mi ropa interior y yo quedo inmóvil ante su iniciativa, ¡me encanta que le encante lo que a mi me encanta!, esto no lo veía venir así que más que excitada, estoy sorprendida y asustada, en cualquier momento alguien podría bajar o subir por las escaleras y vernos, el me dice descaradamente "tranquila, acá viven puros perezosos", yo acepto su argumento y me acomodo para que el siga haciendo su tarea, definitivamente sabe muy bien que hacer con su lengua, pero me sorprende nuevamente cuando para y me dice, "hoy te mereces irte a dormir así," se levanta y me da señas para que yo vuelva en mi y seguir caminando hacia el apartamento.
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Yo estoy consternada, supongo que lo merezco, pero no pensé que pudiera hacerme algo así... llegamos al apartamento y yo no puedo hablar, apenas está volviendo el aliento a mi y él me dice, "mañana quiero que estés lista temprano, quiero que me acompañes a un evento familiar". Me da un beso en la frente y entra a su apartamento...
