El elixir de Shaddia Cornett.

Más que un postre.

Luego de esa cena tan intensa, nos dirigimos al coche y Stev comenzó a manejar sin decirme a donde iríamos. Se estaciona en un mirador, es un sitio muy hermoso, al mirar hacia abajo podía ver las luces de toda la ciudad y al mirar hacia arriba podía observar todas las estrellas. Estábamos solos y yo estaba muy caliente después de la cena; los besos y las caricias se dieron de forma natural, eran como el postre perfecto. Me siento sobre el auto mientras Stev sube mi vestido y me practica sexo oral, el placer es tanto que dejo caer mi cuerpo sobre el capó del carro y siento como su lengua juega conmigo, abro los ojos y veas las estrellas, no quiero que pare. El placer es intenso pero de pronto como una cachetada, llega el recuerdo de Bruno a mi mente y no puedo continuar, así que de un salto le pido a Stev que pare. No puedo creer que le esté diciendo esto.

Stev no lo toma muy bien, me pregunta si ha hecho algo mal y yo solo puedo repetirle que pare, no me pregunta nada más, solo respeta mi decisión y me lleva de regreso al hotel.

Llego a mi habitación y me pregunto porque lo hice. ¿Por qué no pude estar con Stev? Mi mente está llena de inseguridades y Bruno es el responsable.

De pronto tocan a la puerta de la habitación y corro para abrir pensando que Stev había regresado, quería intentar explicarle, pero para mi sorpresa no era él, era Bruno, de pie frente a mi puerta con una rosa en su mano y una botella de vino en la otra. Extiende su brazo para entregarme la rosa y me dice suavemente "hola Shaddia."

Yo sigo sin creer que sea él quien esté ahí, en mi puerta, estoy en shock, casi tartamudeando y sin tomar la rosa le pregunto qué estaba haciendo allí.

Él da un paso hacia adelante y yo uno hacia atrás. Yo estoy muda, me parece increíble. Se inclina un poco hacia mí y me da un beso muy suave cerca de la boca y me dice "no puedo perderte."
Mi corazón se detiene, este hombre está aquí por mí. Sin pensarlo lo beso con mucha pasión, me abraza y me lanza sobre la cama.

Rápidamente nos despojamos de la ropa y quedamos desnudos.

De pronto Bruno se detiene y comienza a besar mis labios con mucha suavidad como si quisiera detener el tiempo y disfrutar de mis labios lo máximo posible. Me dice que estoy muy sonrojada y yo solo sonrío. Mi cuerpo siempre me delata, pero le muestra el camino que debe seguir con su boca.

El entiende las señales de mi cuerpo y sigue besando cada zona que se sonroja. Pasando por mis senos donde puedo sentir como su lengua juega con mis pezones y los disfruta de una manera que me excita mucho, no puedo dejar de sentir como devora mi cuerpo con sus labios. Sigue bajando con sus caricias por mi cintura, no puedo evitar retorcerme al sentir que me besa en esa zona. Soy muy sensible allí. Dándome suaves mordiscos desde mi cintura hasta mis muslos, va llegando poco a poco a mi zona de mayor placer. Ya deseo desesperadamente sentir su boca allí. Cuando por fin acerca su rostro muy cerca, me estremezco solo con sentir su respiración. Comienza a tocar poco a poco con su lengua la superficie y no puedo evitar gemir. Por fin me toma con sus manos por mi cintura y me jala hacia él y me toca con toda su boca; siento una explosión de placer al sentir sus labios y su lengua jugando. Estoy tan mojada que está haciendo que llegue con su boca. Jamás había sentido tanto placer.

Se detiene y le pido a gritos que no pare, coloco mis piernas alrededor de su cintura y me impulso hacia su miembro que me penetra sin complicación por lo mojada y excitada que estoy. Quiero que se quede dentro de mí y que no desaparezca esta sensación.

Bruno comienza a moverse y cada vez que lo hace gimo del placer. De pronto se detiene dentro de mí, mira mis ojos y me dice: "no sabes lo importante que eres para mí Shaddia y lo mucho que te amo."