El primer beso.

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Traté de entretenerme durante el día, me duché, organice mi apartamento y por más ocupada que traté de mantenerme no dejaba de pensar en cómo le estaría yendo a Felipe; cualquier ruido que escuchaba fuera del apartamento me hacía mirar por el visor de mi puerta para ver si ya había llegado.


Pasaron horas y era cada vez más lo que alcanzaba a imaginar.

Definitivamente necesitaba desconectarme, pero ¿Qué hacía? ¿a quien buscaba en un momento así? No es que tuviera opciones por cierto: Bruno estaba totalmente descartado, con Stev después de aquella noche las conversaciones cambiaron, ya nada era igual, Pedro era quien podría escucharme y darme un consejo, él es hombre y puede ser muy acertada su apreciación, pero en el fondo no quiero contarle, no me siento muy orgullosa de mis actos, últimamente he hecho muchas locuras como si estuviese vengando tantos años de monotonía, de una vida sin emociones, sin adrenalina, después de tanto empezaba a sentirme viva; pero enamorarme de alguien no me era permitido en estos momentos, estaba vulnerable después de lo de Bruno así que dejo de pensar ridiculeces. Nadie alcanza a imaginar lo duro que fue pasar por la pérdida de dos grandes amores: mi hermano Nicolás y mi ex prometido Arthur, nadie sabe que soy una romántica empedernida y tampoco que desde ese entonces endurecí mi corazón, así que nadie me entendería.

Me pongo un poco nostálgica al recordar esa parte de mi vida que he pretendido enterrar en mis recuerdos, así que definitivamente desisto de llamar a alguien y como helado para pasar la tristeza.

Escucho el ascensor, me asomo una vez más y esta vez sí era Felipe, no dudo en salir como si se tratara de otra casualidad, pero ésta vez su cara es muy diferente, le pregunto cómo le fue y con sus manos me indica que regular, lo miro queriéndole dar un abrazo, él se queda en la puerta como si lo estuviera esperando, pero yo solo perdí tiempo pensando en si dárselo o no, y en la espera él entra a su apartamento y yo me quedo allí, regañándome por no haberlo hecho.

Soy una tonta, ¿Por qué no lo hice?
Se trataba de un abrazo, ¿Por qué me sentía tan nerviosa? ¡Que rayos! No podré dormir si no se lo doy, así que me decido y toco a su puerta, pero cuando él abre, mis impulsos me llevan a hacer otra cosa: me lanzo sobre él y le doy un beso, nuestro primer beso, ésta vez lo recordaría con detalle así que eso será para mí siempre, nuestro primer beso. Él suavemente me toma por la cintura y me corresponde el beso por un largo minuto. Cuando lo suelto, sólo sonrío y me voy a mi apartamento, esperando no haberme equivocado.

 Cuando lo suelto, sólo sonrío y me voy a mi apartamento, esperando no haberme equivocado

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Cierro la puerta y descargo mi cuerpo en ella emitiendo un suspiro, fue un buen beso, definitivamente estoy loca. El timbre suena y yo miro por el visor de la puerta y era él, seguramente me venía a preguntar porque lo besé y ¿Qué le iba a decir? Yo fui a darle un abrazo y mis impulsos me llevaron a besarlo, ni yo misma se la respuesta así que doy muchas vueltas antes de abrir, que explicación iba a darle, miro nuevamente y él sigue ahí como si supiera que lo observaba, ¿Qué pasó con mi valentía? ¿Lo pensaba dejar ahí esperando? Cuando miro que piensa irse, le abro. Él me dice hola y yo apenada le sonrío... para mi sorpresa, es ahora él quien me besa.

El elixir de Shaddia Cornett.Where stories live. Discover now