El brindis.

34 1 0
                                    


En medio del beso entramos a mi apartamento. Como si estuviésemos atados boca con boca, tumbamos un par de cosas que hace apenas una horas había organizado, buscando donde hacernos sin dejar de besarnos, hasta que se golpea la pantorrilla con un sillón.

"Debes venir más seguido a mi apartamento para conocer la ubicación de todo"  le dije y ambos reímos. 

Nos sentamos en mi sofá, donde acostumbro a pensar, desde allí tengo una excelente vista a la ciudad, él me toma la mano y le da un beso y me pregunta que estamos haciendo, no quiero que piense que estoy ilusionada con él después de lo que pasó, así que le respondo una locura no planeada:

"Ambos estamos solos, nos conocemos hace tiempo, al menos sabemos que somos buenos vecinos, tú me agradas, creo que igual yo a ti, podemos ser más amigos de lo que ya somos, ¿no crees?"

No sé que locura acabo de decir pero él sonríe pícaramente y su respuesta es desenfrenada. Nos empezamos a besar apasionadamente. El intenta quitar mi blusa pero yo lo detengo y le digo "aquí no."

En mi sofá y en mi cama no había estado con nadie, no quería atar un recuerdo a ellos, así que nos fuimos a su apartamento y continuamos con lo que no hicimos aquella noche:  el brindis.

En mi sofá y en mi cama no había estado con nadie, no quería atar un recuerdo a ellos, así que nos fuimos a su apartamento y continuamos con lo que no hicimos aquella noche:  el brindis

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Sin quitarme la ropa, Felipe sabía lo húmeda que estaba, así que metió su mano debajo del blusón que llevaba puesto y me tocó hasta hacerme llegar. ¡Que habilidad con esos dedos! Pero yo quería más, así que lo desnudé y besé cada parte de su cuerpo mientras iba descubriendo donde era más sensible, hice que se tirara en la cama y empecé a desnudarme frente a él, aún con mis interiores puestos me senté encima suyo y retomamos los besos que tanto me encantaban, mientras me movía sobre su miembro, lo sentía cada vez más duro, así que lo empiezo a masturbar y me dispongo a cabalgarlo, me excita mucho hacerlo así y su cara de placer me indica que a él también le gusta, es increíble la sensación, no me cambio por nadie, noto su cara de satisfacción cada vez que me muevo, él me toma por la cintura y yo ahora empiezo con movimientos semi circulares cada vez más rápido, escuchar su respiración acelerada es sin duda lo más excitante que puedo oír, sentir como aprieta mi cintura me motiva a seguir, no sé qué me place más, si sentirlo dentro de mi o ver su cara de satisfacción, poco a poco me suelta la cintura y un suspiro como de alivio indica que he logrado mi objetivo. Me pretendo acomodar y él lo evita, me deja sentada encima de él y él se sienta, quedamos más que juntos, unidos, me queda mirando y me dice mientras acomoda mi cabello: "tu y yo la vamos a pasar muy bien."

El elixir de Shaddia Cornett.Where stories live. Discover now