El elixir de Shaddia Cornett.

Echada la verdad.

Es un nuevo día y debo cumplir con un itinerario; mientras tomo una ducha, Bruno fue en búsqueda de algo para desayunar. Salgo de la ducha y veo se ha tardado más de lo esperado, así que lo llamo y escucho su celular en la habitación, lo había dejado. En ese instante, pensé rápidamente en mirar si había algo que pudiera aclarar todas las dudas que me invadían, me sentía atrevida e incapaz, pero luego de varios minutos pensándolo me decido, tomo su celular, me encuentro con varias notificaciones de mensajes de alguien guardado como "la flaca" y muchas llamadas perdidas de ella misma. Me prohíbo leer los mensajes aunque me muero por saber por qué tanta insistencia de esa tal flaca, ¿Qué relación sostiene con ella? No quiero dañar todo lo que habíamos vivido esa noche, en caso de no significar nada, me delataría ante Bruno y seguramente se molestaría. No sé qué hacer, no quiero quedarme con la zozobra, así que sigo mirando su celular y accedo a su galería. Mi alma se desprendió de mi cuerpo en ese instante.

Anabell estaba por doquier, fotos de ella desnuda y otras con él, clickeo en una de ellas y miro la fecha. Al parecer esa noche no le bastó con lo que sucedió en el estacionamiento. Mi corazón se encoje, siento dificultad para respirar. ¡Es un imbécil!

Me siento tan tonta, tengo muchas ganas de llorar, de gritar, me insulto a mi misma por sorprenderme si yo misma los había visto con mis propios ojos. De repente pienso en que pronto llegará y no quiero que me vea mal por él, no le daré ese gusto, así que rápidamente me visto para irme antes de que él llegue y le dejo una nota junto a su celular.

"Bruno, lo que vivimos anoche fue increíble, por un momento pensé en que lo que sentí y lo que me dijiste sentir era real para siempre, pero en definitiva tú tienes asuntos por atender que no me dejaran tranquila, gracias por venir, pero te agradeceré más que te vayas"

Me voy y trato de contener todo el dolor que me ha causado el haber visto todo lo que vi, una vez más me enfrente a la triste realidad de Bruno y Anabell, pero tengo muchas cosas por hacer así que como si se tratase de un chip, cambio mi actitud y me dispongo a cumplir con los deberes por lo que fui a la capital. 

Bruno ha pasado todo el día llamándome y enviándome mensajes que no he querido leer. Me siento muy agobiada y solo se que no quiero estar frente a él porque probablemente cedería. Pero no se que hacer, todas mis cosas están en el apartamento, me pregunto si Stev aún sigue en la capital, tengo mucha vergüenza con él pero es la única persona que conozco en esos momentos en la capital. Por fortuna, viajaba al día siguiente así que aún seguía en la capital. A decir verdad esperaba el rechazo de Stev después de lo que pasó, pero contrario a eso fue muy especial, me recibió en su apartamento, pidió algo de cenar y se dedicó a preguntarme por mi día laboral. Supongo que notó mi tristeza y no hablamos nada sobre nosotros.

No lograba conciliar el sueño, así que siendo la medianoche me decido a leer el ultimo mensaje de Bruno que decía:

"ven a descansar a tu apartamento, no quiero causarte molestias y menos de este tipo, me iré, pero por favor dame la oportunidad de explicarte. Te amo Shaddia, por favor no dudes de eso"

Me dio tanta ira su cinismo, trato de entender como alguien es capaz de jugar con un sentimiento así, al tiempo que hace tantas cosas con otra mujer. Comienzo a llorar tanto como para no llorar más nunca, me cuestionaba una y otra vez haber permitido que pasara todo, fui tan tonta, y encima de todo dejé escapar la oportunidad de iniciar de cero con Stev. 

Al amanecer me ducho y noto que mis ojos delatan que no tuve una buena noche, así que me maquillo antes de que Stev me vea. Para mi sorpresa, se había ido dejando desayuno y una nota junto a el:

"Quiero evitarte la incomodidad de explicarme porque de tu llanto toda la noche, sea lo que sea que haya pasado, estaré siempre para ti, así sea en la distancia, un beso"