Nadando en lagunas.

43 2 0
                                    


Me cuesta creer que haya hecho algo con Felipe, lo busco con la mirada y no lo veo en la habitación, aprovecho para levantarme y vestirme rápidamente mientras me pregunto una y otra vez que hice. No recuerdo absolutamente nada y eso me abruma más.

Tengo un poco de mareo, eso me dificulta hacer cosas con la agilidad suficiente para irme antes de que Felipe aparezca, no quiero verlo a la cara, ni hacerle preguntas absurdas, quiero primero recordar lo que pasó. Se que puedo, ¡tengo que recordar! Escucho la ducha abierta así que supongo que se está bañando, tomo mis cosas y me voy en cuclillas a mi apartamento. Al llegar, me ducho y me tomo un café bien cargado, no hago más que intentar acordarme de lo que pasó anoche y empieza poco a poco a llegar imágenes a mi mente.

Tomamos mucho, definitivamente demasiado, lloramos mucho también, nos abrazamos, empezamos a bailar y nos besamos muchísimo, lo cual explica la sensación de mis labios algo agotados.

Pero no logro recordar lo que más me interesa, me desespera no recordar si pasó algo más allá que besos, estaba desnuda en su cama, lo más probable es que sí, pero no logro recordar nada, tomo el celular con una ganas inmensas de llamarlo, y justo en ese momento entra un mensaje de él, preguntándome si estaba bien.. no sé qué contestarle, es incómodo, sé que lo besé y todo indicaba que habíamos estado juntos, él no recordarlo me dejaba sin argumentos ante él, cada cosa que dijera podría ser desacertado.

Me acuesto en mi cama, me arropo y cierro mis ojos tratando de relajarme un poco para recordar, pero en mi mente solo se repite una y otra vez las mismas imágenes de Felipe y yo abrazados, besándonos intensamente, ya hasta me empiezan a causar algo de gracia los recuerdos, bailamos de todo y los besos no estuvieron nada mal.

Felipe es un buen chico, simpático y muy inteligente; no estaría nada mal si pasara algo con él, pero mis sentimientos existen solamente por Bruno en estos momentos y se supone que estaba intentando algo con Stev, así que dejo de pensar ridiculeces, me lleno de valor y le escribo para aclarar las cosas.

Me pide que llegue a su apartamento y yo dudo en hacerlo después de lo que pasó, pero me urge aclarar mi mente así que me alisto y voy al encuentro, tardo un par de segundos en su puerta antes de decidirme a tocar, pero era lo mejor, así que toco y el me abre casi que de inmediato, nos miramos y sonreímos tímidamente, me hace señas para que pase y yo me siento en la primera silla que encuentro, como si fuera primera vez que entrara a su apartamento. Un silencio incómodo se apodera de la sala, hasta que el vuelve a preguntarme como estoy, yo soy honesta con él y le digo que muy apenada, que definitivamente tomé mucho anoche y que quizá hice cosas que no debí hacer. El baja la cabeza y me dice que no se arrepiente de nada de lo que pasó, pero que si había hecho algo mal me ofrecía sus disculpas. Por dentro me gritaba tonta por haber dicho eso, no sabía que decir ahora sin hacerlo sentir mal, pero tampoco podía aceptar el error que claramente habíamos cometido.

Él me dijo "¿Sabes lo que más me gustó?"

¡Por Dios! No es eso lo que quiero saber precisamente, quise decirle que no me dijera, imaginé por un momento que diría alguna posición o extravagancia, pero sonrió tan tiernamente que no me nació interrumpirlo y dijo: "me gustó haber podido ayudarnos a olvidar así sea por un instante nuestras desdichas."

Me causó gracia, así que ambos reímos hasta que él, en medio de la risa me dice "me duelen los labios. " 

De inmediato dejé de reír y lo miré detenidamente, él se incomoda y me pide que lo disculpe, yo le digo que no se preocupe, que no fue el comentario, todo lo contrario, que me disculpara él por lo que le iba a pedir, pero necesitaba que me dijera todo lo que había pasado pues no recordaba todo con precisión...

Él se levanta algo inquieto con mi petición, busca un vaso de agua, se vuelve a sentar y me pregunta si es en serio que no recordaba nada, le aclaro que si recuerdo muchas cosas pero que tengo lagunas que quiero él me ayude a aclarar, así que inició diciéndome que se sintió muy apenado con que yo lo viera llorar, pero que se sintió en confianza cuando yo también empecé a hacerlo, yo le pedía más trago y en ese ton nos consumimos un poco más de dos botellas. Durante nuestro despecho sonó una canción que él había bailado con la causante de su tristeza, me sacó a bailar y no nos volvimos a sentar, reíamos como dos niños, durante los reggae teníamos acercamientos sensuales y eso poco a poco fue propiciando que nos miráramos muy de cerca hasta que nos besáramos, discutimos sobre quien había besado a quien mientras yo sonrojada me cubría el rostro, el continuó diciendo que después no solo eran besos, sino caricias y que yo empecé desabrochando su pantalón, supone que ya había sentido que él estaba erecto mientras bailábamos... Mientras lo escucho no soy capaz de mirarlo, pero sonrío mientras habla. Él me empieza a describir paso a paso lo que sucedió y en mi mente automáticamente comienzan a secarse mis lagunas.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


El elixir de Shaddia Cornett.Where stories live. Discover now