Aeropuerto

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A la mañana siguiente lo sorprendo diciéndole que pedí la mañana en el trabajo para poder llevarlo al aeropuerto y no parece alegrarse mucho. Mientras se alistaba, lo llaman a su celular, y logro ver que era Margarita. Supongo que esa es la razón. Voy al baño y algo molesta, pero tratando de contenerme le pregunto si había quedado con Margarita en que ella lo llevaría al aeropuerto, Felipe me dice que ella se ofreció pero que nunca confirmaron nada. Los celos me invaden y aunque quisiera decir muchas cosas, en pocas horas este hombre tomará un vuelo y quien sabe cuando lo vuelva a ver, así que muy  calmada le digo que si el prefería que lo llevara ella, no había problema, así de paso aprovechaba y se despedía de ella, pero él me dice que prefiere que lo lleve yo, que ya de ella se había despedido.

En ese momento recuerdo todo lo que me había dicho sobre ella, se supone que ya ni hablaban, en que momento se despidieron, la sangre me empieza a hervir, ¿Cómo puedo mantener la calma después de eso? me siento engañada pero me repito mentalmente que  es nuestro último día juntos y no quiero que termine mal, así que opto por preparar café mientras respiro profundamente para tranquilizarme. Al menos prefirió que lo llevara yo.

Felipe parece no darse cuenta lo mucho que tarda alistándose, así que lo afano para llegar a tiempo y que no pierda su vuelo, aunque en el fondo yo prefería que así fuese para que se quedara, pero no puedo ser egoísta, su futuro soñado lo esperaba en la capital.

Después de largo camino al aeropuerto ahí está el tan odiado momento en el que me debo despedir del hombre con el que he compartido mis sentimientos y deseos estos últimos meses, me cuesta aceptar que se vaya, lo abrazo fuertemente como no queriéndolo dejar ir y después de oír sus palabras lo beso apasionadamente, como aquella primera noche en mi apartamento después de que tocara a mi puerta, un par de lágrimas se escapan y él muy tiernamente, con sus ojo brillantes, seca mis lágrimas y me vuelve a abrazar.

Debo dejarlo ir, ya debe abordar, aún no se ha ido y ya lo extraño, esto será muy difícil. Mientras camina, se voltea y me dice desde lejos "Vente conmigo Shaddia Cornett"

Tuve ganas de salir corriendo, comprar un tiquete allí mismo e irme con él. Pero mi corazón me detuvo y le mandé un beso a la distancia, viendo como se perdía su silueta en ese triste aeropuerto.



El elixir de Shaddia Cornett.Where stories live. Discover now