Contexto

8 0 0
                                    

Que inoportuno ha sido Bruno, justo hoy que necesito concentrarme y acabar con tantos pendientes. ¿Por qué no me viene a ayudar? ... o a repetirlo.

Mi cabeza no puede dejar de repasar una y otra vez lo que acaba de pasar, estoy por enloquecer, una parte de mi quiere correr tras él a preguntarle ¿porqué lo hizo? o ¿porqué no dijo nada? pero mi otra parte me responde como si fuera obvio.

Somos grandes amigos desde hace muchos años, pero no puedo desconocer que en las ultimas semanas hemos caído en un juego de picardía que desde mi pensar no tenía más intención que eso, un juego. Pero lo que acaba de pasar está haciendo cuestionarme sobre si de verdad ese era mi pensar... y mi sentir. Acaso ¿traíamos guardado este deseo el uno por el otro hace tiempo? o ¿hemos sido victima de nuestro propio juego?

No logro describir todo lo que estoy analizando, lo que estoy pensando, lo que estoy interpretando, lo que estoy sintiendo. Por momentos me siento tonta, precisamente por lo que conozco de Bruno, son muchos años conociendo su actuar, pero también sintiendo su cariño y protección. ¿Cómo querría jugar conmigo a ese nivel? o ¿hacerme daño? o ¿acaso es culpa mía? ¿lo habré confundido con mi actuar estas ultimas semanas? ¿actuó por impulso y se estará arrepintiendo? ¿debería arrepentirme de haberlo dejado? no puedo con tanto interrogante, le hablo como intentando conectarme a él telepáticamente para que vuelva a mi oficina y me evite salir corriendo a buscarlo por toda la empresa como una loca desesperada por respuestas. 

Otra parte de mi se pregunta porque hace tiempo no vivo este tipo de cosas, porque no conocía esta adrenalina, es como si hubiese desbloqueado un nuevo universo y me invade la curiosidad de entrar en el, pero también me satura el miedo, cierro los ojos como queriendo evitar pensar lo malo y justo allí aparecen sus recuerdos en mi piel. Repaso cada sensación paso a paso, y ahora mi mayor dilema es definir que instante me ha gustado más.

Miro el reloj y noto cuánto tiempo he perdido en este abismo de pensamientos, quiero que el reloj corra para salir a almorzar y buscarlo, confrontarlo, pero luego recuerdo todo lo que debo entregar antes de finalizar mi jornada e intento nuevamente volver a ser la chica común y corriente que se esfuerza por entregar un buen informe y tantos pendientes más. Esa chica trabajadora que nunca incumple con su deber pero que parece haberse desconectado de la realidad.

Estoy en un circulo vicioso y necesito salir de el ¡ya!

El elixir de Shaddia Cornett.Where stories live. Discover now