Abrazo fuertemente a mi prima Ligia por un largo minuto y de inmediato ella me explica:
- Apenas le dije que me vería contigo, insistió en acompañarme y ¡no se me quitó de encima!
Yo siento sonrojarme y él también un poco, pero argumenta:
- Quería saber como seguía mi paciente, srta Cornett.
- Gracias, que lindo gesto. No me ha vuelto a dar los dolores, no me siento óptima pero nada de que preocuparse. Espero no tener que ir al hospital de nuevo.
- Ojalá sea otra razón la que te lleve de nuevo al hospital ¿cierto Jerónimo? - interrumpe Ligia
Todos sonreímos, yo no dejo de sentirme apenada. Ligia es bastante indiscreta y alcanzo a ver la confianza que se tienen. Jerónimo extiende su mano hacia mi, a modo para despedida y dice:
- Se que tienen mucho para hablar así que me retiro, fue un placer saludarla Srta Cornett.
- ¿Vas a dejar que se vaya tan rápido? - insinúa Ligia - Jerónimo no seas tan aburrido, Shaddia dile algo por favor.
- Tendremos mucho tiempo para hablar largo y tendido no te preocupes, - intento ser cortes, atendiendo la petición de Ligia - por favor quédese a tomar algo con nosotras.
- Opción errada querida. Mi Doctorcito no toma - afirma Ligia
- Es cierto. Esto del alcohol no se me da - confirma Jerónimo
- Vaya que es raro un hombre así en pleno siglo XXI, ¡ojo, no es critica! - aclaro - aunque debo admitir que dificulta mis opciones para hacerlo quedar así sea un rato en un sitio como este.
- ¡Ya se! Voy a llamar a otros amigos y aprovechamos el sitio que buena música si tiene. Porque Jerónimo no toma, pero baila divinamente.
- Exageras Ligia. Solo me defiendo un poco.
- Bueno, ya lo probaremos en la pista y tu me dirás primita si exagero o no. Siéntate y esperemos a mis amigos. Pidamos algo de tomar, ¿alguna preferencia primita?
Yo no venía a rumbear, venía a hablar, a lo mucho por un coctel, pero como la conozco me la ingenio para negociar con ella:
- Prima, la verdad yo no venía por trago, tu sabes, los medicamentos... - me excuso
- Mmm otra aburrida - refunfuña Ligia - Cada vez les veo más cosas en común. Pidamos 2 cócteles entonces mientras llegan mis amigos y ya después veo que resuelvo con ellos.
Al cabo de 20 minutos llegan sus amigos y no esperan llegar para disfrutar la buena música. Piden una botella y se estrenan la pista, mientras tanto, Jerónimo y yo sentados tratando de hablar en medio del ruido, hasta que suena una canción que él dice gustarle mucho y me saca a bailar. No lo hace nada mal, soy yo la que me siento algo perdida y no soy la única en notarlo. Ligia se acerca y pese a mi negativa, me ofrece un trago al cual me niego. De repente empiezo a sentir mareo, solo me he tomado un coctel y Jerónimo se da cuenta, así que muy sutilmente me sujeta para no dejarme caer.
YOU ARE READING
El elixir de Shaddia Cornett.
RomantikusElegir la monotonía puede darle tanto simplicidad como paz a tu vida. Pero amar, caer, levantarte, aprender, dudar, decidir... sentir, eso es vivir. Acompaña a Shaddía a recorrer un camino lleno de vivencias impensables para una mujer que se escondi...