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Cuando JongIn abrió los ojos esa mañana, respiró profundamente y sus manos se estiraron lo suficiente como para alcanzar la cintura de su marido, su espalda perfecta que estaba frente a él como casi siempre que despertaba.
Lo acarició con la punta de sus dedos desde la base de su cuello y siguió el caminillo de la columna vertebral hasta la parte baja de su cintura, donde la curva prominente se unía a sus perfectas caderas, esas de las que estaba enamorado aunque ya hubieran pasado muchos años desde la primera vez que las tocó a sus anchas y las desnudó con besos y suaves caricias.
KyungSoo se removió con el mero contacto, soltando un largo suspiro que hizo que JongIn se estremeciera. El moreno lo tomó por las caderas y lo arrastró hacia él, para tenerlo un poco más cerca, para poder degustar de esa esencia corporal que tanto amaba.
JongIn hundió su nariz entre su cuello y su hombro y dejó pequeños besitos sobre la piel expuesta de la vieja camiseta con la que su marido dormía, KyungSoo se estremeció una vez más y se mordió los labios mientras sentía el cosquilleo bajando por su vientre bajo.
Las maneras de despertarlo de JongIn como aquella mañana eran algo por lo que valía la pena ser sorprendido y abrir los ojos con la sensación de que sería un excelente día.
ㅡ Jagi-yah... buenos días.
JongIn no respondió, se dedicó a dejar que sus manos acariciaran cada pequeño centímetro de la cintura de KyungSoo, pasando directamente a su estómago para acariciar sus cicatrices, las pequeñas estrías que ambos embarazos le habían dejado y que lo hacían para él más perfecto si es que era posible. Porque había cargado dentro al fruto de su amor, y lo había hecho condenadamente bien.
KyungSoo se removió entre sus brazos, listo para moverse, para girarse sin que JongIn lo soltara, y con dificultad lo hizo, con las manos de JongIn firmes a su cuerpo y sin muchas ganas de alejarse ni un poquito.
ㅡ Amaneciste hambriento... ㅡ KyungSoo exclamó con una sonrisa, aún acostumbrándose a la luz que se colaba por las ventanas cerradas en la habitación, observando con sus ojos grandes los cerrados de JongIn, que respiraba acompasadamente.
KyungSoo le acarició los cabellos y se los revolvió un poco más, descubriendo uno que otro cabello pintado de blanco, indicios de que la edad los comenzaría a alcanzar lentamente. Y así justamente, lentamente se acercó a él para besarlo, cerrando sus ojos con cautela para exponer sus labios a los suyos, mientras JongIn lo atraía un poco más hacia él, mientras se pegaba más a su cuerpo para hacerlo sentir un poco de todo aquel calor que le provocaba a tan temprana hora.
ㅡ Siempre estoy hambriento de ti, Jagi ㅡ JongIn musitó en voz demasiado baja, pero perfectamente audible para él, que estaba tan cerca, con el corazón latiendo apresurado por cada una de las sensaciones que le provocaba.
KyungSoo dibujó una bonita sonrisa para él, haciendo imposible que JongIn se resistiera a sus labios, lo besó en cuanto lo observó sonreír y se apoderó de sus labios de manera pausada, lenta, demasiado sensual para ser un miércoles por la mañana.
Pero sus hijos estaban ausentes, JongSoo se había quedado a dormir en casa de los otros Kim, porque JongSuk había acordado ayudarle en matemáticas a JongSoo, que aunque no se le daba demasiado mal, se le dificultaban algunos temas de la materia. Así que JongIn accedió a que se quedara a dormir allá cuando JongSoo llamó para avisar que era un poco tarde y que aún tenía unas cuantas dudas.
A JongIn le pareció bien, habían tenido la casa sola para un poco de romance nocturno, porque JiSoo había salido en un viaje escolar organizado por su facultad. JiSoo había entrado a la universidad el semestre pasado y hasta el momento se le veía absolutamente feliz, casi tanto como cuando se había graduado de la preparatoria, sin arrepentimiento alguno.
Así que con esmero y después de no estar tanto tiempo a solas, pese a que les era extraño y la casa se sentía un poco rara por la ausencia de sus dos hijos, JongIn terminó preparándole una cena deliciosa a su marido, se habían acurrucado en la cama para ver películas un rato, antes de que las manos impacientes de JongIn se apoderaran de las piernas de su marido, expuestas siempre para él a la hora de dormir.
Por lo que no pudo resistirse cuando KyungSoo le anunció que lo dejara en paz porque iba a tomar un baño y JongIn terminó dentro de la tina a su lado, haciendo de todo menos bañándose en realidad.
Aquellos momentos inesperados hacían de su relación algo un poco más llevable, ninguno se cansaba de las ocurrencias del otro y siempre estaban aprovechando algún momento oportuno para subir su temperatura corporal y terminar haciendo el amor a escondidas, para que ninguno de sus hijos los sorprendiera en ello.
A KyungSoo le había parecido bastante gracioso observar a JongIn internarse en páginas web que hablaban sobre el sexo silencioso y sus maravillas hacía un par de años, haciéndolo sonrojarse cuando le dio mil y un ideas para ponerlo en práctica, porque no podían no disfrutarse y hacer más amena su relación íntima.
KyungSoo se removió contra él y se sintió morir cuando las manos de JongIn se desviaron un poco más abajo, cuando sus labios dejaron los suyos hambrientos y se dirigieron por un sendero conocido hacia el resto de su cuerpo.
ㅡ Esto es como el paraíso... tus hijos no están y tu aprovechas al máximo. ㅡ KyungSoo sonrió ante el cosquilleo producido por los besos y las suaves caricias en puntos específicos que lo hacían estremecer.
Su marido era un experto después de todo, podía trazar el mapa de su cuerpo con sus labios y sus manos sin equivocarse, JongIn había memorizado cada lunar que se dedicaba a besar cuando estaban en la intimidad, se empeñaba en hacer que todo fuera especial, en hacerlo ver chispas de luces coloridas tras sus párpados cerrados, en que las sensaciones se expandieran por todo su cuerpo mientras lo adoraba, mientras se dedicaba a complacerlo de pies a cabeza.
ㅡ No me recuerdes esas cosas ㅡ JongIn se irguió lo suficiente para observarlo directo a los ojos, recorriéndose un poco para estar a la altura de su rostro y comenzar otra vez torturando sus labios con lentitud. ㅡ No quiero recordar que mi hija está durmiendo en otro lado que no es su casa.
ㅡ Tú hija está bien, va con algunas compañeras de confianza y puede cuidarse sola. ㅡ KyungSoo le acarició los labios que hicieron un bonito puchero y dejó que las puntas de sus dedos se escurrieran por su mentón y su cuello.
Se giró entonces lo suficiente como para ser él quien tomara el control de la situación, dejando que JongIn se acomodara sobre las almohadas mientras él se inclinaba sobre su cuerpo de chocolate y dejaba que sus manos se encargaran de recorrer su pecho de inicio a fin, KyungSoo sonrió de manera provocativa.
Amaba el sabor que JongIn dejaba sobre sus labios de corazón, se deleitaba viéndolo cerrar los ojos y haciendo con sus manos, con su cuerpo y con su boca, que JongIn sintiera lo que él lo hacía sentir a él cuando estaban en momentos tan cálidos y emocionales como ese.
JongIn lo había despertado con mimos y caricias y él se encargaría de que ese viaje escolar valiera la pena, iba a hacer que JongIn se olvidara de todo por esa mañana, por ese día completo, porque estaba tan hambiento como él, hambriento del dulce chocolate de su piel morena.
De sus suaves contoneos de caderas y de sus jadeos constantes, haciéndolo sentir afortunado y orgulloso de ser él quien lo provocaba todo. De ser el amor eterno de Kim JongIn.
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Notas:
Cuando los niños no están se tiene que aprovechar :v
Seguimos avanzando en la línea del tiempo, y les digo que ya nos quedan muy poquitos capítulos, el noventa y seis y noventa y siete son sumamente importantes y quiero hacer por publicarlos juntos aunque a lo mejor y no lo hago xD -nadie la entiende-
Bueno, muchas gracias por todos sus votos, lecturas y comentarios :P son un amor de lectores, estoy muy agradecida de tener tanta suerte. Espero les haya gustado el capítulo ♥
Besos posholatosos
🌠Ary.