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Hacía tiempo desde la última vez que habían estado así, completamente solos.
La mano de JongIn seguía siendo firme a pesar del paso del tiempo, KyungSoo pensaba que incluso era más fuerte el enlace entre las mismas, que su marido definitivamente sostenía su mano con determinación.
Ambos caminaron despacio, observando sus reflejos en los brillantes escaparates de las tiendas de la avenida por la cual caminaban. Desde que eran jóvenes, a los dos les gustaba salir a caminar tomados de la mano, difrutando del tiempo que podían compartir, aunque algunas personas aún se les quedaran viendo con curiosidad.
Pero ver su reflejo maduro sobre los vidrios adornados por la temporada que se avecinaba, los hacía regresar en el tiempo a ese entonces, donde caminar de la mano hasta el parque y darse un montón de besos mientras observaban la vida pasar era uno de sus pasatiempos favoritos.
JongIn sonrió deteniéndose, haciendo que KyungSoo se detuviera a su lado para poder girarse frente a él y acomodarle con parsimonia el gorro que le había puesto antes de salir de casa. JongIn era detallista hasta la médula con él, era algo que le fascinaba de su marido y que lo enamoraba cada día más.
Kim JongIn nunca se perdía fechas especiales pese a su mala memoria, siempre tenía la delicadeza de llegar con una flor de vez en cuando para él y lo mimaba lo más que podía, adorándolo por completo.
KyungSoo sentía que en realidad se había sacado la lotería aunque JongIn dijera que era al revés. Cuando lo veía a los ojos, cuando le decía que lo amaba en esa voz baja y seductora, con el brillo en sus ojos que iluminaba absolutamente todo a su alrededor, KyungSoo se recordaba a sí mismo que no podía haber elegido mejor.
Ahora, con treinta y cinco años de edad cumplidos y dos hijos que amaba con locura, KyungSoo sentía que la plenitud de su vida estaba al alcance de sus dedos. Cuando JongIn le besaba la punta de la nariz, inclinándose lo suficiente, cuando él lo retenía agarrándolo del abrigo para que no se alejara de su rostro, para ponerse de puntitas y besarle los labios con propiedad, con suavidad.
El corazón de KyungSoo martilleaba en su pecho y no necesitaban ir a un restaurante caro ni salir a bailar para celebrar que estaban juntos. Tampoco era necesario esperar a su aniversario. JongIn sabía que el simple hecho de sentirse así, maravillado por una persona después de tanto tiempo, era lo único que necesitaban para amarse hasta el final.
ㅡ Hoy te ves especialmente guapo ㅡ murmuró KyungSoo con las mejillas arreboladas, batiendo sus largas pestañas para su marido en un intento de coqueteo.
JongIn se pasó las manos por los cabellos y los despeinó en un intento de coquetería que le funcionaba muy bien. La mano de KyungSoo encajaba perfectamente con la suya, y se echaron a caminar después de un par de besos más, después de un par de insistentes miradas más.
ㅡ Que bueno que JongSoo se quedó quieto cuando lo dejamos con mi madre... ㅡ comentó JongIn mientras caminaban hacia una vieja cafetería a la que asistían cuando podían.
KyungSoo asintió mientras entraban al establecimiento, siendo recibidos por el calor del recinto y la esencia del café inundando sus fosas nasales.
JiSoo y JongSoo se habían quedado en casa de sus abuelos paternos para que ellos pudieran tener una cita decente, como JongIn le había dicho a YooNa con gestos de súplica, como un bebé grandote y llorón, para convencerla de que los niños pasaran la noche en aquella casa.
Y KyungSoo se había mofado de él mientras decidían a dónde ir, porque no querían quedarse en casa a pesar de que sus manos se volvían traviesas cuando el cuerpo de alguno pasaba cerca del otro.
JongIn quería tener un poco de tiempo de calidad con KyungSoo, salir como en los viejos tiempos en una cita romántica, llevarlo a tomar café, ir al cine o ir a cenar, caminar en el parque y observar alguna presentación musical que estuviera dándose en el lugar. Ir directo a casa y acurrucarse contra el sillón, hacer el amor hasta cansarse, amanecer con Kyungsoo entre sus brazos mientras sonreía y se sentía afortunado.
Los labios de JongIn se veían especialmente esponjosos esa noche, había algo en ellos que hacía que KyungSoo no pudiera dejar de verlos, se sentía hipnotizado por su marido.
Caminaron después de disfrutar de un delicioso chocolate caliente por insistencia de JongIn que seguía sin sucumbir completamente al café, y KyungSoo se había encargado de limpiar con sus propios labios en pequeños besos la espuma que había quedado sobre la parte superior de la boca de JongIn.
Con una sonrisa el dentista le había regresado el beso y se habían tomado de las manos antes de despedirse del dueño del local y salir al frío viento de Noviembre. Caminaron sin prisa, decidiendo posponer la película para cuando estuvieran en casa, a JongIn le gustaba complacer a KyungSoo con alguna película en específico que deseara ver, pero a final de cuentas era KyungSoo quien se rendía ante las películas viejas que JongIn terminaba eligiendo.
Se detuvieron un rato en el parque, sentándose en una de las bancas cerca a un pequeño círculo de gente que estaban tocando algunos instrumentos, KyungSoo se acurrucó contra el brazo de JongIn, que lo pasó por sus hombros para que se sintiera más cómodo.
KyungSoo canturreó para él en voz baja algunas canciones que reconocían mientras se reían.
ㅡ ¿Recuerdas cuando te dije que bailaramos en medio de una multitud? Te negaste rotundamente pero al final accediste. ㅡ La voz de JongIn era melosa y lo hizo reír.
ㅡ Como siempre termino cediendo a tus peticiones, Jagi-yah...
ㅡ ¿En serio siempre lo haces? ㅡ JongIn arqueó una ceja y después besó su mejilla, sonriendo contra ella.
KyungSoo le dio un manotazo de manera juguetona y se echó a reír ㅡ Por supuesto que sí.
ㅡ Entonces... si te digo que quiero cargarte a casa y jugar algo interesante ㅡ JongIn propuso con voz pícara, levantando las cejas una y otra vez.
ㅡ ¿Monopoli? ㅡ KyungSoo le propuso a sabiendas de que no era para nada la clase de juegos que JongIn quería jugar.
ㅡ Jagi por favor, mejor juguemos a que te quito la ropa y te doy... muchos besitos hasta mañana. ㅡ La nariz de JongIn acarició la parte trasera de su oído y respiró profundamente para embriagarse del aroma fresco que su marido desprendía.
ㅡ Ahh mira que juegos tan raros los tuyos ㅡ KyungSoo se alejó un poco de él, pero JongIn lo apresó con sus brazos fuertes para que no huyera.
Y entonces se puso de pie, jalando al bajito consigo para abrazarlo y apresarlo, amenazando con cargarlo mientras avanzaban y KyungSoo se rehusaba.
JongIn lo llenó de besos en el cuello, le mordió el lóbulo del oído y lo sintió temblar cuando finalmente se aproximaron al auto, mientras JongIn lo arrinconaba contra la puerta como todo un colegial.
ㅡ JongIn, estamos en la calle, intenta controlarte ㅡ KyungSoo le dio otro par de manotazos para intentar alejarlo entre risas.
ㅡ Entonces vamos a apresurarnos bebé, porque estoy ansioso así...
ㅡ Tú siempre estás ansioso JongIn... calenturiento.
JongIn hizo un puchero para él y dejó que KyungSoo se metiera al coche, mientras que él rodeaba el auto para dejarse caer en su asiento y conducir a casa. La noche iba a ser larga y bella para los dos, JongIn estaba realmente ansioso por llegar y disfrutar de ese tiempo con su marido.
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Notas:
Creo que ya hacía falta que estos dos tuvieran tiempo a solas, siempre es necesario ;P
Les fallé con el lemon super meloso y fluff, pero el Kinktober se lleva todos mis pensamientos sexosos y no quise hacer algo que no xD
Muchas gracias en verdad por todo el apoyo, son ustedes bellas personas agafssd.
Nos vemos en el siguiente
Besos posholatosos.
🌠Ary.