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Cuando KyungSoo pasó a recoger a JiSoo ese día, pudo percatarse de que había algo diferente, de que su hija tenía algo en especial que la hacía lucir un poco rara.
La pequeña que tenía apenas ocho años se subió al auto y besó la mejilla de su padre como siempre que la recogía, mientras que KyungSoo le preguntaba cómo le había ido y echaba a andar el coche.
ㅡ ¿Y bien? ㅡ preguntó KyungSoo arqueando una ceja cuando llegaron el primer semáforo que los detenía de llegar a casa.
JiSoo sabía muy bien que los grandes ojos de su padre no pasaban nada por alto, KyungSoo siempre se daba cuenta cuando intentaba justificar una travesura o cuando estaba queriendo mentir; y eran siempre sus ojos brillantes los que la hacían flaquear y sus palabras reproduciéndose en su cabeza la que le decía que no debía decir mentiras.
Así que suspiró y chasqueó la lengua, como hacía su papi Nini cada que no sabía muy bien cómo comenzar cuando su papi Soo le preguntaba algo.
ㅡ ¿Qué tal estuvo el festival? ¿Te divertiste? ㅡ KyungSoo insistió cuando pisó el acelerador una vez que la luz cambió nuevamente, poniendo su vista hacia el frente mientras se concentraba, pero siempre al pendiente de lo que JiSoo hiciera o dijera.
La pequeña asintió en silencio y se acurrucó contra el asiento que le quedaba aún bastante grande, porque al parecer había heredado la estatura de su papi Soo.
ㅡ Sí, fue divertido... ㅡ JiSoo puchereó mientras se cruzaba de brazos y observaba por la ventana.
ㅡ No pareces convencida. ¿No vas a contarme?
ㅡ Me siento triste papi...
ㅡ ¿Qué te hace sentirte así, bebé? ㅡ KyungSoo parpadeó y frenó lentamente conforme la luz cambiaba en el siguiente semáforo, un poco más cerca de estar en casa.
ㅡ Creo que Hyungsikkie me odia... ㅡ JiSoo suspiró y se talló los ojitos, porque repentinamente sentía muchas ganas de llorar, porque realmente sabía que había hecho mal.
Y es que cuando por fin todos los salones de la escuela estuvieron listos para disfrutar del festival de verano, JiSoo había salido con sus amiguitas para ir a los puestecitos de comida que estaban a cargo de los grados superiores, para atiborrarse con galletas y alguna otra cosa que se les antojara mientras conversaban.
Pero fue entonces cuando las cosas se habían salido del rumbo que ella había planeado, porque desde hacía apenas unas semanas, sus amigas le habían dicho que confesara quién de todos los niños del salón se le hacía el más guapo; por lo que ella había comentado que si realmente tuviera que elegir por alguien guapo, sería JiSung, Park JiSung.
Lo aceptaba, lo había dicho porque realmente lo pensaba, JiSung era un niño precioso, su sonrisa era bonita y sus ojitos siempre la hacían sentir que sus mejillas podrían colorearse en cualquier momento cuando se topaban. Pero jamás pensó que sus amigas iban a hablarle de ella, ni mucho menos que el niño se iba a presentar frente a ella animado por sus otros amiguitos para pedirle que lo acompañara al registro.
Oh si... el registro.
Ese que tenía planeando semanas visitar con otra persona; ese al que no se negó cuando pasó saliva y asintió completamente sonrojada, alentada por sus amigas Rosie y Lisa que estaban dándole empujoncitos para que ya se dejara de hacer la interesante y fuera, porque una oportunidad de esas no le pasaba a cualquiera.
JiSung no era el chico popular o más alegre del salón, pero era muy elogiado por las niñas y por las madres de familia que pensaban que era un chico guapo y encantador, que seguramente sería un rompecorazones cuando creciera.
Así que a final de cuentas JiSoo había tomado su mano y con el corazón dando tumbos en su interior y una sonrisa tímida en los labios de ambos, terminaron caminando hacia el puestecito del sexto grado, que ofrecía a todos los estudiantes casarse sin ningún problema. Les entregaban un papelito con sus nombres como evidencia de que estaban casados e incluso vendían anillitos de caramelo en el mismo lugar, para que pudieran comprar uno los dos y ponérselo y si querían, después comerse el diamante de dulce que traía.
JiSung era un chico muy educado también, apretó su mano hasta el final y JiSoo pensó que seguramente su corazón latía tan fuerte como el suyo, cuando le dio su anillo de diamante rosa y ella le compró uno de color azul.
El niño se había acercado para darle un besito en la mejilla y después de observarse por lo que parecieron segundos, ella parpadeó, finalmente saliendo de su trance en el que se había sumergido, mientras les aplaudían los mismos encargados del puesto y ellos se hacían a un lado para que pudieran casar a la siguiente parejita.
Fue entonces cuando lo vio, y JiSoo no sabía que podía sentirse tan feliz y al siguiente segundo tan triste, porque los ojitos de HyungSik estaba brillantes, pero estaba completamente segura de que no era porque le había dado gusto observarla.
El corazón de JiSoo se contrajo en su pecho y no pudo evitar tartamudear cuando JiSung se despidió de ella con otro besito porque quería ir a comprar galletas de chocolate con sus amiguitos que ya lo esperaban. Y ella sólo asintió y le dijo un hasta pronto sin dudarlo.
Pero HyungSikkie se giró también, dejando en la silla más próxima una cajita de cartón que ella se encargó de recoger cuando finalmente reaccionó, encontrando en sus adentros un pequeño anillo de metal que seguramente no tendría valor alguno, igual que el de los demás.
Pero ella recordaba bastante bien su conversación de hacía unas semanas, cuando sus padres los llevaron al supermercado y ella le había dicho que quería que alguna vez le saliera un anillo en el cereal, porque siempre se había quedado con las ganas ya que nunca le salía.
Y estaba segura de que HyungSik había recolectado ese anillo para ella, porque ambos habían prometido casarse el día del festival, porque se querían mucho, mucho.
KyungSoo estacionó finalmente el auto fuera de la casa y se desabrochó el cinto, acariciándole la cabecita a su hija que aunque aún fuera eso, una niña, podía darse cuenta de que había faltado a una promesa, y lo que ello conllevaba para su amistad con HyungSik.
KyungSoo no quería verla triste, así que se bajó del auto y le abrió la puerta para que se bajara, cargándola entre sus brazos pese a que cada día se le dificultaba más, llenándola de besitos en las mejillas mientras le susurraba cosas bonitas al oído.
ㅡ Todo va a estar bien bebé...
ㅡ HyungSikkie me odia... ¿Verdad?
ㅡ HyungSik te quiere, mi amor, por eso está dolido, necesitas darle un poquito de tiempo y de espacio, verás que las cosas se arreglan bebé.
La pequeña asintió mientras sollozaba, porque conocía a su amigo desde que estaba pequeño, desde que los dos eran unos bebés y siempre habían creído que estarían juntos, por eso es que ambos querían casarse ese día, para que nada los pudiera separar.
KyungSoo le preparó un vaso de leche con chocolate y le invitó a hornear galletas, para comerlas cuando JongIn llegara, pero JiSoo le hizo a KyungSoo prometer que no le diría nada a su padre.
ㅡ Papi... no le digas a papi nini que me casé, va a enojarse muchísimo conmigo ㅡ JiSoo puchereó mientras se tallaba los ojitos una vez más.
KyungSoo asintió, mientras sonreía porque ese seguramente sería el primero de los muchos secretos que tendría con su hija. Pero afortunadamente sabía que todo estaba bien, era una niña todavía, no sabía lo que significaban realmente las palabras matrimonio ni mucho menos novio, así que por eso se sentía tranquilo.
Porque aunque la situación con HyungSik si fuera a llevar algo de tiempo, para ellos todavía todo era un juego.
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Notas:
Bueno ya vengo con otra actualización ♥
Espero que les haya gustado, creo que hacía falta un poquito de interacción con JiSoo. Y bueno, ¿ustedes no fueron a algún festival escolar? Donde hacían eso de los mentados matrimonios.
Yo soy soltera hasta por esas cosas, bc nadie se quiso casar conmigo(?) okno, pero si.
A lo mejor allá no son así los festivales, lo sé, pero ¿qué importa? ;P
Por cierto, es JiSung bebé de NCT dream, leí que hay otro JiSung y no, no, no.
Pobre HyungSik </3
Nos leemos en el siguiente.
Besos posholatosos.
🌠Ary.