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ㅡ ¡Papi papi papi!
La dulce voz de su princesa le hizo colocar la mejor de sus sonrisas, la más amplia también. JongIn recibió a JiSoo entre sus brazos cuando finalmente llegó corriendo entre la multitud, con su loncherita de osito donde solía llevar su almuerzo cada día.
Pese a que KyungSoo o JongIn podían pagar perfectamente al almuerzo que les proporcionaban en el preescolar, ambos habían llegado al mutuo acuerdo de que no estaba demás el comprar fruta para que su preciosa siempre llevara un aperitivo.
Gracias a todos los cielos, JiSoo se había acoplado poco a poco a su nueva rutina, ya no iba a casa de sus abuelas tan seguido y aunque había sido valiente el primer día y se había contenido las ganas de llorar, con el paso de los días dejó de sentir ese pequeño apretoncito en su corazoncito cuando alguno de sus papis se despedía de ella en la puerta de su salón.
Era una niña muy reservada, le gustaba mantener sus crayolas en orden y hacer todo lo que Miss Tiffany le indicara, era obediente como su papi Soo le había dicho que tenía que ser si quería ser una buena niña.
Y JiSoo lo que más quería en el mundo era ser la mejor niña para sus papis. Por supuesto que tenía sus ataques de rebeldía, como cuando su compañerita SeungWan le había dicho que seguro no se atrevía a comer del pegamiento líquido.
Y JiSoo había aceptado gustosa el reto, en un descuido de Miss Tiffany había lamido un poquito de ese líquido viscoso y había hecho muchos pucheros con su carita porque sabía muy feo. Pero al final de cuentas se había atrevido a hacerlo y eso se suponía que lo hacía una mejor niña entre sus compañeritas.
A la pequeña Kim se le dificultaba un poco hablar con las personas, porque no estaba muy acostumbrada a observar a tanta gente extraña en un solo lugar; su papi nini le había dicho que no se preocupara, que era tan bonita persona que seguramente cuando comenzaran a conocerla todos querrían ser sus amiguitos, y JiSoo quería tener amiguitos porque algunas veces quedarse en uno de los rincones de la mesa a la hora del almuerzo no era para nada divertido.
Sin embargo no fue sino hasta que un par de semanas después de que diera inicio el curso escolar, JiSoo encontrara finalmente alguien con quien sentirse un poquito más cómoda. La pequeña había vivido en el extranjero con sus padres y al parecer había nacido allá, aunque JiSoo no entendía muy bien que significaba todo aquello, simplemente estaba contenta de que su amiga Rosie fuera su amiga y que comieran juntas a la hora del almuerzo.
JongIn se dedicó a darle un fuerte abrazo a su pequeña mientras la levantaba hasta acomodarla entre sus brazos, dándole un montón de besitos en sus cachetitos gorditos, haciendo con ella su nuevo ritual, el ritual de la batalla de las narices, que consistía en que ambos chocaban sus narices de un lado a otro en pequeñas caricias mientras se hacían pucheritos.
ㅡ ¿Cómo le fue a mi princesa el día de hoy? ㅡ Preguntó JongIn con el corazón acelerado y después se giró hacia el coche, para poder abrir la puerta de la parte trasera y meter la lonchera de su bebé, bajándola para que se acomodara en el asiento y él pudiera colocarle el cinturón como la damita que era.
Le encantaba tratarla como a la realeza porque lo era, era la princesa de su corazón y se merecía lo mejor de lo mejor, el moreno pudo notar que su bebé estaba de muy buen humor ese día, así que cuando entró en el asiento del piloto y la observó detenidamente en el retrovisor, JongIn se quedó pensando en qué tenía de diferente aquel día.
ㅡ ¿Tienes algo que contarme? ¿Cómo te fue hoy, mi amor?
JiSoo asintió mientras inflaba sus mejillas gorditas y suspiraba, observando a su papi con cara divertida a la par que se decidía a ponerle fin a sus sospechas.
La pequeña se llevó la diestra a la frente y se levantó el copete que se dejaba en todos sus peinados, mostrándole a JongIn una calcomanía brillante de estrellita pegada en su frente morenita.
JongIn abrió la boca, soñado porque su princesa tenía otra de esas estrellitas que la profesora les daba a sus alumnos cuando destacaban en algo, y se moría de ternura de solo pensar que su hija era efectivamente la mejor.
ㅡ Miss Tiffany me dio una estellita ㅡ exclamó JiSoo con mucha alegría en sus ojitos brillantes a la par que ensanchaba su sonrisa en sus bonitos labios acorazonados.
Y el corazón de JongIn se aceleró porque la vida era maravillosa cuando de esos momentos tan bonitos se trataban.
Mientras conducía a casa, JiSoo le contó sobre cómo Rosie casi se había atragantado con el pan mojadito con el chocolatito que les daban de desayunar, y que todos se habían reído de ella, pero no JiSoo, quien se había preocupado por su amiguita y le había dado palmaditas en la espalda como hacía su abuelita YooNa cada que su abuelito SeungHyun se ponía a toser de aquella manera.
Rosie le había agradecido con la mirada y le había regalado una calcomanía de una lunita brillante que tenía pegada en una de sus libretas, a manera de regalo de amistad. Y JiSoo se sentía muy feliz de que alguien le hubiese regalado aunque fuera un dibujito con pegamento como eso.
Le contó que Miss Tiffany les había puesto a colorear muchas muchas letras A, y les había hecho repetirlas constantemente para que aprendieran a vocalizar, así como se habían dormido un ratito después del almuerzo y después habían coloreado algunos dibujitos.
A JiSoo le encantaba esa parte de la clase, cuando su profesora le decía que dibujaran tal cosa en específico y les mostraba un ejemplo en la pizarra para que ellos pudieran desenvolver sus habilidades con sus manitas.
JongIn escuchó todo maravillado y con el corazón saltándole de alegría, porque no podía esperar a llegar a la casa para que KyungSoo escuchara todo lo que su bebé hizo en el día.
KyungSoo había heredado finalmente la compañía de su padre, y ahora pasaba mucho más tiempo en casa, iba a revisiones y a juntas directivas pero lo cierto es que estaba bastante satisfecho puesto que tenía más tiempo de calidad con su familia, sin contar con que el estrés había disminuido considerablemente.
No era que solo se quedaba en casa, ocupaba sus tiempos libres revisando sobre la misma compañía y se entretenía cocinando recetas nuevas que encontraba en internet y que siempre le gustaba experimentar. También se turnaba con JongIn para ir por JiSoo a la escuela y de ahí algunas veces salían a comer o incluso llegaba al consultorio para robarle a JongIn algunos minutos u horas.
JongIn se sentía un poco más tranquilo ahora que su esposo tenía un poco más de tiempo libre y que pese a ello seguía al tanto de lo que tanto le había gustado hacer.
Cuando finalmente llegaron a la casa, JiSoo no se movió y esperó hasta que su papi apagó el coche y salió del auto, rodeándolo para finalmente abrir su puerta y desabrocharle el cinto. Era algo que podía hacer por ella misma, pero su papi nini era un consentidor y a ella le encantaba ser tratada así, con todo el amor de su padre.
JiSoo le dio un besito más en la mejilla y después salió corriendo hacia la puerta de la casa, abriéndola con cuidado y dejándola así, porque sabía que JongIn venía justo tras de ella. Mientras que ella se encontraba con KyungSoo que se agachó de inmediato para recibirla entre sus brazos y besarla como era bien justo y necesario.
ㅡ ¡Papi, papi Soo! ㅡ la pequeña besó la nariz de su papi y esperó para recibir su beso en la frente, cerrando sus ojitos mientras sonreía de oreja a oreja porque en el proceso, KyungSoo descubrió la estrellita brillante en su frente.
ㅡ ¡JiSoo tiene otra estrellita! ㅡ Murmuró KyungSoo mientras la levantaba y daba unas cuantas vueltas con ella entre sus brazos. - Mi bebé es inteligente.
ㅡ Miss Tiffany me la lio ㅡ enunció JiSoo aún con su mala pronunciación que mejoraba día con día.
ㅡ ¡Estoy muy orgulloso de mi pequeña!
ㅡ Papi Soo, papi nini, JiSoo bujó uno bujo de muestra familia.
KyungSoo parpadeó al escucharla, a la par que JongIn se aproximaba con mucho interés, mientras que JiSoo dejaba su loncherita en el sillón y se apresuraba a sacar una hoja doblada con mucho cuidado, entregándoselo a KyungSoo con las mejillas coloreadas de un bonito rosa.
KyungSoo abrió la hoja y JongIn se aproximó desde atrás, colocando su mentón sobre su hombro solo para deleitarse de los garabatos de su hija, donde la pequeña JiSoo había plasmado con muchos colores su primer retrato de familia.
Era un dibujo hecho de bolitas y palitos, rellenado con colores y unas pequeñas características que a sus ojitos los representaba. Era un bonito paisaje con tonos verdes o al menos eso debía ser, pero en primer plano estaban tres monitos, uno más alto que el otro y una chiquitita, que la representaba a ella.
Eran JongIn y KyungSoo tomados de la mano, tomándola a ella de las manos porque ella permanecía en medio, con unas caras medio extrañas pero con una sonrisa en lo que debían ser sus rostros.
El corazón de los dos se estremeció al ver el dibujo, KyungSoo sintió que podía echarse a llorar en ese preciso momento de lo bonito que le parecía todo, mientras que JongIn se apresuró a abrazar a JiSoo para traerla con ellos.
Era uno de sus primeros dibujos y sin embargo, era digno de enmarcarse. Iría a parar a un lugar en la pared del cuarto de JiSoo donde coleccionaba sus estrellitas brillantes dadas en clase, así como alguna que otra fotografía de sus papis que había tomado de los álbumes que tanto le encantaba ver.
JiSoo los hacía sentir orgullosos, los llenaba de dicha ver cómo su pequeña se desenvolvía fuera de casa y cómo se acoplaba en clase, cómo cada día aprendía cosas nuevas y las practicaba con sus papis en sus ratos libres.
JongIn se aproximó a KyungSoo y lo abrazó, dándole un beso en los labios porque no podía contenerse, mientras que JiSoo aplaudió para ellos y después besó las mejillas de los dos. Eran sus padres, lo que más amaba en el mundo y a quien quería ver sonreír por siempre.
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Notas:
Tenemos un capítulo un poquito más desde la perspectiva de JiSoo, que pues creo que es necesario para la historia conocerla un poquito más que cómo la ven sus papis. No sabía a quien poner de amiga y al final elegí a Rosé xD... para no variar. No conozco muchos grupos de chicas ;__;Uu
Espero que les haya gustado, si mal no estoy, el siguiente capítulo es un poquito especial, no esperan nada super, pero ya les diré por qué.
Gracias por el apoyo a la historia, en verdad los quiero un montón, son maravillosas personas.
No ha sido un muy buen día para mi emocionalmente, pero confío en que mañana sea mejor.
Besos posholatosos.
🌠ary.