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Cuando JongIn abrió los ojos no pudo evitar que el corazón le recordara que no estaba en su hogar, se había golpeado un poco a la hora de caer y se sentía verdaderamente apenado. Con las mejillas arreboladas parpadeó para que sus ojos se acostumbraran a la luz artificial y observó con curiosidad las paredes recubiertas de un blanco que lo hacía estremecer.
Se llevó una mano a la cabeza y presionó con suavidad mientras comenzaba a erguirse lentamente hasta quedar sentado sobre la camilla en la que se encontraba. Fue entonces cuando una enfermera se aproximó a él con una bola de algodón llena de alcohol en sus manos finas.
ㅡ ¿Se encuentra mejor, Señor Kim? ㅡ murmuró la muchacha de largos cabellos castaños y él solo pudo asentir. ㅡ Su esposo lo está esperando en el cuarto doce.
La muchacha le sonrió con cierta amabilidad y JongIn suspiró, sintiendo el cosquilleo en su estómago crecer conforme los recuerdos se colaban a su memoria nuevamente, armando el rompecabezas que se había desmoronado desde que se había caído.
Tragó saliva y se apresuró a levantarse para comenzar a caminar, con las entrañas retorciéndosele de emoción.
Recordaba con claridad el momento de la noche en que KyungSoo se había quejado por primera vez y cómo le había demandado que le dolía demasiado el estómago y las caderas, al escucharlo quejarse como si se le estuviera resquebrajando algo ahí dentro, JongIn no dudó en tomar la maleta que KyungSoo había preparado desde hacía un par de semanas para cuando el momento llegara, como pudo lo ayudó a llegar al coche y él se aferró al volante demasiado tembloroso.
Porque no era lo mismo practicar su recorrido hasta el hospital un día normal a cuando KyungSoo parecía que moriría de dolor en cualquier momento. Se había saltado incluso un semáforo en rojo y agradeció que no hubiese ningún tránsito cerca que lo hubiese detenido, porque estaba que echaba chispas de nervios en ese instante.
JongIn sufrió dentro de sí al ver a su esposo intentar respirar profundamente como el Doctor le había reiterado en muchas ocasiones y cuando finalmente aparcó en la puerta del hospital, se sintió un poco más aliviado de saber que ya estaba en manos expertas. Lo recibieron con una silla de ruedas, mientras que él tenía que llenar el papeleo que un par de enfermeras le indicaron varias veces que debía llenar.
Se llevaron a KyungSoo con el Dr. Wu que los recibió amablemente y un cirujano que estaba de turno y al que le tocaría hacer los honores. JongIn recordaba cómo sus ojos brillaron suplicantes a YiFan para que hiciera lo posible para que todo saliera bien.
ㅡ Sr. Kim, no se preocupe, el Dr. Lee es muy bueno en su trabajo, KyungSoo está en buenas manos.
JongIn simplemente había asentido cuando el más alto le dio un par de palmadas en los hombros para reconfortarlo un poco. Y no fue sino hasta que la enfermera que había visto antes se le acercó con un atuendo azul cielo, que se enteró de que podría presenciar cómo su bebé nacía.
El moreno se cambió apropiadamente y con agilidad, las manos le temblaban y sentía que se iba a desmoronar por el revoltijo de sensaciones que le inundaban, estaba emocionado y preocupado al mismo tiempo. Sentía que se iba a morir de felicidad y también de la incertidumbre.
Respiró profundamente, como la enfermera Choi le dijo e incluso cerró los ojos, pensando en todos los bonitos momentos que había vivido con KyungSoo desde que se enteró de que iba a ser padre. Salió del pequeño cuarto donde le permitieron colocarse el atuendo encima y la enfermera lo guio hasta la sala donde KyungSoo ya estaba recostado y sedado.
ㅡ Será algo rápido ㅡ murmuró el Dr. Lee con una sonrisa encantadora, como si operar a la gente fuera un asunto cotidiano para él, aunque si lo pensaba eso era algo obvio.
Decidió simplemente asentir y respiró a través de la máscara que recubría la mayor parte de su rostro. Se aproximó hasta donde estaba KyungSoo y lo observó con los ojos somnolientos, con la mascarilla de respiración conectada al oxígeno o quizá a algo más, JongIn no lo sabía todo y eso lo hacía sentir demasiado ignorante en ese momento. Porque ser Dentista distaba mucho de ser Médico.
KyungSoo apenas pudo esbozar una sonrisa en sus labios acorazonados y él se inclinó para besar su frente y tomar una de sus manos, apretándola con fuerza mientras el corazón le latía frenético por los nervios. Su amor estaba tranquilo, sin embargo, observándolo a él que le regresaba la mirada llena de amor.
ㅡ Jagi... todo va a estar bien. ㅡ articuló JongIn en voz baja, más para él que para KyungSoo, para contenerse y tranquilizarse.
KyungSoo cerró los ojos un momento y JongIn decidió echar un vistazo a lo que hacían los médicos detrás de la cortina que habían puesto como muro para que KyungSoo no observara hacia aquella zona.
Los pies le temblaron cuando observó la sangre fluir con libertad cuando el cirujano se dedicó a abrir el vientre bajo de KyungSoo, se le revolvió el estómago de ver cómo procedía y parpadeó, enfocando su vista en las sábanas azules que estaban en la cama. Se sintió mareado por el ataque de sentimientos que lo albergaban y repentinamente se sintió desfallecer.
Todo se había puesto demasiado oscuro.
JongIn avanzó por el pasillo y vislumbró el número doce en la habitación frente suya, estaba nervioso porque... ¡Se había desmayado! Se suponía que debía haber sido un apoyo para su marido y lo habían sacado a rastras del quirófano porque se había rendido a la primera. Si bien su madre le decía que él no servía para tener emociones tan fuertes al mismo tiempo.
Abrió la puerta con cuidado y observó a KyungSoo recostado sobre la cama espaciosa, su marido le recibió con la sonrisa más encantadora que él le hubiese visto antes. Las mejillas de KyungSoo estaban sonrojadas y sus cabellos estaban un poco revueltos.
JongIn se aproximó hasta la cama y suspiró antes de inclinarse para besarlo. KyungSoo lo abrazó por el cuello como pudo y dejó que sus labios se estamparan con los suyos, deleitándose del dulce sabor de JongIn que tanto amaba.
ㅡ Jagi-yah... somos padres ㅡ murmuró KyungSoo con un puchero precioso en sus labios.
JongIn asintió conteniendo la respiración, apenado aún por haberse desmayado en uno de los momentos más importantes de su vida.
ㅡ Lamento no haber estado ahí... ㅡ se lamentó y KyungSoo negó inmediatamente, acariciándolo por las mejillas con amabilidad.
ㅡ Estuviste, estuviste siempre nini...
ㅡ Esta preciosa nena quiere conocer a sus papis ㅡ Una enfermera los interrumpió, entrando con la bebé envuelta en un montón de cobijitas color rosa pastel, JongIn reaccionó en automático y se hizo a un lado por completo.
Observó como la enfermera Choi depositó a su nena en los brazos de su marido y suspiró, se le hizo un nudo en la garganta cuando KyungSoo le sonrió al bebé con todo su corazón y los ojos le brillaron de felicidad.
Podría detener el tiempo en ese preciso momento y permanecer observando a sus dos personas especiales por el resto de su vida, observar a KyungSoo interactuar con JiSoo lo hizo sentirse mejor persona, pero KyungSo levantó la vista y le indicó que podía aproximarse.
JongIn dudó pero terminó acercándose, con el miedo instalándose en sus recónditos cuando finalmente observó que su hija, que su pequeña princesa era el brote de su amor con KyungSoo, era la prueba viviente de cuánto lo amaba y de cuánto estaba dispuesto a todo por él.
ㅡ JiSoo... papi finalmente está aquí, ¿mi princesa quiere conocer a su papi?ㅡ KyungSoo habló en voz baja, con un melodioso tono de voz azucarado que hizo enternecer a JongIn aún más.
El bajito se giró hacia su marido y le esbozó una sonrisa, animándolo con sus ojos brillantes a que se acercara sin miedo. KyungSoo le ofreció a la nena con sumo cuidado, mientras que JongIn se sentaba en el bordo de la cama y con suma delicadeza tomaba a su hija en sus brazos por primera vez.
Las mariposas en el estómago revolotearon una vez más y sintió que era tan frágil que podría quebrarse en cualquier momento, la aproximó hasta su pecho y contuvo la respiración al observar sus cabellos azabaches y sus bonitos ojos cerrados, la nariz diminuta y esos bonitos labios gruesos que lo hicieron perderse en las emociones que florecían en su interior.
¡Era papá! Era el padre de la niña más preciosa que pudiera existir en el mundo y no lo podía creer. El nudo en su garganta creció y suspiró irremediablemente, mientras las lágrimas se le acumulaban en los ojos, resbalando tranquilas por sus mejillas morenas, sin poder levantar el rostro porque su bebé era perfecto.
KyungSoo le acarició la mejilla que estaba a su alcance y le quitó con las yemas de sus dedos una lágrima que rodaba con libertad, tranquilizándolo. JongIn no pudo evitar sonreír, recordando que KyungSoo había dicho alguna vez que seguramente se echaría a llorar cuando la tuviera entre sus brazos.
Y es que lo conocía tan bien, seguramente como la palma de sus manos. El moreno observó a KyungSoo finalmente y respiró, mordiéndose el labio inferior mientras la burbuja de cristal crecía a su alrededor, envolviendo sus corazones.
ㅡ Gracias, Jagi... gracias por hacerme el hombre más feliz. ㅡ La voz le salió rota, pero no le importó.
KyungSoo intentó sonreír pero finalmente sucumbió a sus sentimientos también, echándose a llorar porque lo amaba, amaba a JongIn con todo su corazón y verlo con su hija en sus brazos, escuchándolo decir lo que él también pensaba, lo hacía sentir que no podía haber más felicidad que la suya en esos instantes.
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Notas:
Esta es oficialmente la viñeta más larga que he escrito de este proyecto, muchísimas gracias por leer, por el amor, votos, comentarios y sus leídas.
Al fin veremos a JongIn y KyungSoo como padres ;O; y estoy muy emocionada. Estaba nerviosa por este capítulo porque pues... no tenía idea de cómo hacerlo, pero se me ocurrió esta idea y así :P
Mis semanas empiezan los sábados (en el trabajo), la siguiente semana estaré de tarde así que tendré menos tiempo de escribir, pero espero actualizar un par de veces aunque sea.
Tengo muchas ideas últimamente, poco tiempo para escribir ;w; lo cual es... feo.
Nos vemos en la siguiente actualización, preciosuras.
Besos posholatosos
🌠Ary