Luego de todo lo que había sucedido quede envuelto en una mezcla de sentimientos que no entendía, no podía explicar cómo me sentía en aquel momento. Mi vista se perdió en el horizonte, Dinamo se encontraba sobre mis brazos y Shield estaba a mi derecha agarrando con su mano mi pantalón.
— Ha sido un día bastante atareado ¿no es así? — dijo una voz familiar.
Salí del trance en el que había entrado y volteé mi cabeza. A mi lado se encontraba Galaces, el profesor de historia; su tez se veía firme y su apariencia era más fuerte a como lo había visto anteriormente en clases.
— La vida de un héroe está llena de golpes fuertes. No es solo la gloria, la fama y el poder lo que rodea a los humanos elegidos para mantener el equilibrio en este basto mundo. El mal es algo horrible a lo que todos los héroes se enfrentan de frente, tarde o temprano, y su misión es levantarse, continuar de pie, y caminar guiando a las demás razas hacia un futuro mejor.
El anciano volteo su cabeza, lo seguí y vi como todos mis compañeros que presenciaron la muerte de nuestros profesores se encontraban en el mismo estado de shock e impotencia que yo.
— Todas estas criaturas que generan desequilibrios en el orden natural de las cosas viven del temor, la desigualdad, de quebrar el espíritu de sus víctimas, y nosotros como héroes tenemos la voluntad de pararnos firmes y de frente, anteponiendo el bien mayor al propio.
En ese momento vi cómo se levantaba Corvinus y con muchísima frustración empezaba a gritar hacia el cielo. Su cuerpo se encontraba tenso, tenía sus puños cerrados, pero su cara irradiaba una fuerza de voluntad incandescente. El héroe albino juro acabar con esa criatura mirando al atardecer.
— El futuro es un lugar incierto que de seguro traerá cosas tristes y amargas; sin embargo, siempre existe la esperanza de que el mañana será mejor que el presente.
En ese momento vi a varios seres sacar los cuerpos de nuestros profesores. Tragué saliva y no pude evitar soltar lágrimas.
— Los héroes no son solo humanos con marcas en sus cuellos y poderes que superan al promedio. Los verdaderos héroes son aquellos quienes tienen una esperanza inquebrantable, que los impulsa a enfrentarse a las circunstancias más adversas del presente y sea que venzan o fracasen en sus empresas, morirán sabiendo que algo mejor viene, seguros de que llegara.
Galaces volteo a mirarme y cuando nuestros ojos se encontraron me sonrió.
— Esos cuatro fueron los que más pelearon porque se te aceptara en la academia. Creían que la llegada de un nuevo héroe profetizaba la aparición de un mal como nunca antes se había visto.
El anciano rio.
— Incluso Bothor tuvo el descaro de contratar mercenarios para que te trajeran aquí.
Apenas dijo eso solté a Dinamo y me limpié la cara con las manos.
— Con lo que acaba de pasar, la facción que se ha opuesto a que se te trate como un héroe más, empezara a tomar medidas en el asunto.
Galaces suspiro y el atardecer termino. La iluminación artificial del lugar empezó a funcionar de inmediato.
— Mis compañeros dieron sus vidas creyendo en el bien que tú y tus compañeros traerán a Tellurus; después de eso, ya no te puedo ver como una amenaza al orden natural. Voy a creer en ti, no en tu poder, sino en el joven que sabe lo que es ser débil; en el muchacho al que no le importa la fama, el dinero ni el poder; el humano que ve con admiración y no con envidia a las demás razas.
Coloco las palmas de sus manos en mis mejillas.
— Colocare mi esperanza en Laxus, un pequeño humano que es bueno, que no sabe hacia dónde ir, pero que hará el bien a donde quiera que vaya.
Me encontraba sin palabras, Galaces se encontraba diciendo muchas cosas sobre mí que ni siquiera podía confirmar ¿Porque colocaba sus esperanzas en alguien como yo? Que a duras penas decidió continuar viviendo, alguien que no tiene ni idea de que hacer. Creer en la causa de la muerte de sus compañeros... al pensar en eso me inundo una abismal sensación de culpa. Todos, Bothor, Relat, Hikes y Gorko habían muerto por mi culpa. Mis amigos se encontraban heridos porque el ser oscuro había venido a matarme.
—¿Qué? ¿Vas a volver a culparte por todo lo que no está bajo tu control? — grito Dinamo picoteando mi zapato.
En ese momento casi me caigo de para atrás.
—Y niño, no te culpes por la decisión que tomaron cuatro héroes. Ellos confiaron en ti y ahora yo confiare en ti, pero nadie más que tu determina tu destino.
Al mismo tiempo que el profesor terminaba de decir eso, se acercó Sora, quien había estado escuchando la conversación desde hace algún tiempo.
—Laxus, acuérdate que la criatura dijo que eras una amenaza para su padre. Yo creo que llegara el día en el que serás el único que nos pueda salvar de lo que quieran hacer esos seres oscuro en Tellurus.
Me sorprendió la interrupción de Sora, pero antes de que pudiera reaccionar. Un portal se abrió frente a la estructura en donde nos encontrábamos, el lugar se ilumino por completo y de adentro salió la persona con vida más poderosa de Tellurus.
Val-Conn, el rector de Lumen se encontraba frente a nosotros.
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Hola, perdón por publicar tan tarde, tuve parciales un fin de semana y problemas de salud el siguiente. Pero espero que les haya gustado este capítulo que dio unas cuantas respuestas en cuanto a la llegada de nuestro héroe. =)