El alboroto dentro de la habitación duro dos horas; luego de las cuales, los héroes comprendieron que no podían hacer nada y que Yaboth había sido el único en escapar. Todos se fueron ocupando en distintas actividades mientras yo seguía sentado en la cama de Diaxe pensando en todo lo que estaba sucediendo; por que hasta ahora, nada tenia sentido y por más que me decían que me iban a contar todo, terminaba sucediendo algo ridículamente extraño y resultaba conociendo solo unas pocas cosas.
Ahora era un héroe, tenía dos Rekan, era amigo de los demás héroes, bese a una chica, una Vhighoul y participe en los juegos de Genus. Mi realidad había cambiado radicalmente; hace una semana ayudaba a mis tíos en las plantaciones de Necvil y ahora, veía mis manos recuperarse de las heridas causadas por un Uroboros.
De pronto, mi mente me recordó un hecho terrible ¿Cómo podía haberlo olvidado? Jamás en mi vida había sido tan descortés con alguien. Durante los juegos el Bio-Berserker le había arrancado el brazo izquierdo a Corvinus, y ni me moleste en preguntarle como estaba ¿Qué clase de amigo me creía?
Busque con la mirada a Corvinus, se encontraba en la camilla de la esquina derecha, al lado opuesto de la entrada. Se encontraba hablando con Trozard y Zhao; pensé en ir, pero me daba la sensación que me volverían a molestar si me les acercaba. Eran amables pero me incomodaba que tocaran el tema de la Vhighoul con tanta jovialidad.
― ¡Adelante! ― gritó Dinamo empujándome de la cama de Diaxe.
Caí de rodillas ante Aenor, se encontraba en su pantalla holográfica repasando los cursos de magia. Ya que desde que ingresaron a la academia todos los héroes habían recibido entrenamiento avanzado en todos los campos, pero como yo había llegado los profesores me estaban resumiendo lo que ellos habían estado aprendiendo por los últimos 10 años.
Nuestra visión se cruzo y sus ojos color miel me atraparon. Su hermoso cabello rojizo, y sus pequeños y provocadores labios atraparían a cualquier hombre; su piel era bastante blanca, pero no mas que la de Eileen.
Al desviar la mirada pude ver, atreves de la cristalina pantalla holográfica; que su amiga se encontraba revisando diferentes archivos de Krealogía y al parecer no encontraba el documento que buscaba. Eileen tenía su pelo largo y blanco arreglado de tal manera que se veía como la viva imagen de una princesa de cuentos infantiles.
Me levanté y me dirigí hacia Corvinus, esforzándome en no mostrar lo ruborizado que estaba. ― ¡Cuidado!
Escuché un grito y volví a caer de para atrás, alguien me había empujado. Escuche risas y miré a mi alrededor, me había empujado Shield.
―Perdón, perdón, perdón... ― empezó a suplicarme Dalana.
Yo, sin saber todavía que había pasado; quede hipnotizado con su belleza. La heroína de intrépidos rasgos tenía un color de pelo bastante peculiar, entre rubio y café; su cuerpo se movía con gracia mientras se acercaba. Sin embargo decidí levantarme, sonreírle y continuar caminando. Hablar no era mi fuerte y además me terminaría desviando de mi objetivo si empezaba una conversación.
Llegue hasta donde se encontraban Corvinus, Trozard y Zhao; al parecer Dalana no se animo a acercarse, ya que dejo de pedirme perdón apenas los vio. Y no tarde mucho en ver que los tres héroes me observaban con intriga, querían saber a que había venido. Supongo que les causo curiosidad mi iniciativa de acercarme a ellos pues en muy rara ocasión hacia algo como eso.
Sabía a que había venido pero las palabras no salían de mi boca. Éramos amigos, héroes, habíamos luchado juntos y me daba pena sacar el tema a relucir. Entonces, surgió dentro de mí una batalla entre mi cobardía y mis principios; por un lado no quería tocar un tema tan sensible como lo es el perder un brazo, pero por otro lado, si en verdad me consideraba su amigo tenía que expresarle mi apoyo para sobrellevar la perdida de una extremidad tan importante.
― ¿Por fin vas a admitir que te diste más que besitos con la Vhighoul? ― Preguntó Corvinus interrumpiendo los dos minutos de silencio que comencé.
― Es un tema personal, si no quiere decirnos esta en su derecho ― replicó Zhao, que se encontraba sentado, en flor de loto, sobre la cama.
― Pero si también quieres saber ― le respondió Corvinus.
― Si, dale Laxus. Cuéntanos que fue lo que en realidad paso― pidió Trozard agarrando con emoción los hombros de Zhao.
― Lo que les conté fue la verdad, lo único que me ha dado la Vhighoul además del beso fue el mordisco en el cuello que casi me mata.
Soné frío y cortante, pero esa no era mi intención. Estaba nervioso y lo ultimo que quería era que siguieran hablando del tema; además, la insistencia de Dinamo y Shield porque les contara lo de ser su prometido me desestabilizó en cuanto a paciencia.
―Tranquilo, tranquilo... solo te estábamos molestando un poco ― me sonrió Corvinus, y como en ocasiones anteriores me había sucedido con Yaboth y Sora; la sonrisa de Corvinus me tranquilizo por completo.
― Quería saber como estabas ― le dije sabiendo que esta tranquilidad se esfumaría tan pronto dejara de sonreír.
― Conque le juegas a ese partido ― rió Trozard.
Su comentario me tomo por sorpresa pero al estallar Corvinus y Zhao en risas entendí que solo estaba molestando.
― Estoy bien ¿gracias? ―enarcó una ceja.
―Pregunta por tu brazo.... ― Zhao se calló de improviso, cerró los ojos y susurró en un tono casi inaudible ― los héroes no dicen groserías ― abrió los ojos y me sonrió.
Desvié mi mirada a Corvinus, quería mostrarle que en serio lamentaba lo que le había sucedido y que lo apoyaría en su situación.
― ¿Te refieres a esto? ―preguntó señalando con su mano derecha su brazo izquierdo.
Tenía el brazo ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Nos habían mentido con todo lo que dijeron acerca de los juegos de Genus? Estas y varias preguntas más empezaron a inundar mi cabeza.
― Preferí que me colocaran un implante biológico; los mágicos solo funcionan para un propósito, ya sabes son útiles pero solo un uso no es ventajoso para un héroe; y los mecánicos te hacen perder el tacto, algo indispensable para mi. Mi estilo de combate es a distancia, necesito sentir desde el aire hasta las hondas que producen los seres vivos.
No entendí lo que dijo. Hasta donde yo sabía, si pierdes un brazo, es permanente. Pero la realidad me confirmaba todo lo contrario, ahí tenía a Corvinus, frente a mí; como si lo del Bio-Berserker no hubiera sucedido nunca.
Lo primero que hice al entender todo lo que empezaron a explicarme fue alegrarme; cada uno de esos avances mágicos y tecnológicos de los que me estaban hablando eran súper útiles y conocía a mucha gente en mi pueblo que obtendría una segunda oportunidad si se les ofreciera un tratamiento de estos. El rostro de mis amigos cambio.
― Laxus... ― comenzó Trozard ― eso es muy difícil ― me miro con un atisbo de tristeza.
― ¿pero porque? Si a Corvinus lo ayudan ¿porque no pueden ayudar a los demás? ― frené y tome aire ― ¿Acaso no es eso lo que hacen los héroes?
―Es bastante complicado Laxus, no es decisión de nosotros ― respondió Corvinus llevándose la mano a la nuca.
― A ver, esta clase de mal entendidos se dan porque no se es claro y se dicen cosas fuera de contexto ―interrumpió Zhao cambiando de posición sobre la cama.
Zhao tomó aire y empezó a contarme todo de forma sencilla, era fácil entenderlo pues no trataba de usar palabras elegantes ni modismos extraños, iba directo al grano.
― Como sabes Laxus, nosotros nos encontramos en la Academia Lumen porque somos héroes; por nada más. No importa para nada la historia de nuestras familias, su posición ni dinero; todos somos vistos por igual ante el sistema de esta academia.
Y su propósito es solo uno, entrenar a aquellos que se enfrentaran al mal. Desde los grandes Drathons hasta los pequeños G-Trolls, todos pueden aportar algo que haga de Tellurus un lugar mejor. Y por esto mismo, aquí se reúnen seres únicos de las 120 especies inteligentes; que al igual que nosotros, no importa si son ricos o pobres; importantes o no; famosos o desconocidos; todos somos traídos, lo queramos o no, porque tenemos lo necesario para enfrentar el mal.
Esto obviamente atrae la atención de cada uno de los territorios, quienes dan ofrendas y donaciones a la academia; y estas no son nada pequeñas, pues saben que cualquier egresado de la academia, si pasa por su territorio, aumentara su prosperidad.
La academia solo cuenta con esta cantidad de instalaciones increíbles, en la cúspide de la tecnología y la magia a causa de los líderes de los distintos territorios que tratan en vano de comprar el favor de la academia. Cosa imposible, pero han logrado persuadir a uno que otro egresado.
Por esto, la academia solo cuenta con los equipos para atender a sus estudiantes, no para ayudar al mundo; su labor no es esa; están encargados de educar a aquellos que ayudaran a Tellurus. Si alguien tiene la capacidad y los recursos para ayudar a los pequeños pueblos esos serian los gobiernos de los distintos territorios. Sus razones varían y no los conozco a todos en profundidad pero créeme que todos en esta academia han pensado lo mismo que tu en algún momento.
La explicación de Zhao me dejo mudo, y aunque no me gusto, dentro de mí sentía que era cierto.
La noche paso entre distintas discusiones de menor importancia, como la tarea que Gruttebel había dejado hace dos días hasta en que cama iba a dormir cada uno, y así fue que pase una velada en la que me relaje por completo y por primera vez desde que había llegado, me sentí como uno de ellos, no completamente como un héroe pero como su amigo.
Esa noche dormí no con una sonrisa despreocupada, producto de un mal momento, era genuina y reflejaba lo a gusto que me empezaba a sentir en medio de los mejores.
Durante la noche volvieron a aparecer las extrañas criaturas, sombras y luces; que desde mi llegada a la academia no dejaban de aparecer en mis sueños. ¿Significarían algo?
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Hola gracias por todo el apoyo. =)
Como les dije con este capítulo cierro el concurso de dibujo y les anuncio que el nuevo concurso llegara después de Historia 104.