Luego de mojarse la cara en el lavamanos y secarse con la toalla de mano, salió de la habitación decidido, bajando las escaleras de una forma más ruidosa que antes, para que se enteraran que estaba bajando y no encontrarse con otras escena que le descolocara más.

Se asomó por la pared de las escaleras, viendo que su madre y Yoongi estaban sentados en los sofás, el hada en el más grande y su madre en el individual.

―Jiminie...―habló su madre con voz suave y una sonrisa angustiada, se le notaba desde lejos que estaba terriblemente aterrada por la situación. ―Por favor, siéntate con nosotros.

El castaño asintió suave y se sentó al lado de Yoongi, manteniéndose callado y con las manos sobre su regazo, dispuesto a escuchar, mas no a hablar.

Hubo un silencio incómodo por unos segundos, el cual la madre tuvo que romper.

―Bueno, sé que debes tener muchas preguntas por lo que viste y realmente quiero responderlas, pero...―la adulta se detuvo y pequeñas lágrimas comenzaron a asomarse en sus ojos, no perdiendo el contacto visual con su hijo. ―Q-quiero pedirte que por favor me comprendas y que no te molestes conmigo, eres lo que más amo en el mundo y lo único que me queda. ―Jimin se mordió el labio inferior ante el dolor que le producía ver a su madre así. ―No soportaría que te alejes de mí con malos sentimientos.

Jimin no podía imaginarse odiando a su madre, era imposible para él. Su madre siempre había sido de sus modelos a seguir, junto a su padre. Independientemente de lo que ella fuera, Jimin no podría odiarla.

Su infancia había sido tan buena, llena de amor y valores, que no podía dejar de lado todo ese aprecio y cariño de un momento a otro. Su madre jamás lo había decepcionado, esperaba que esa no fuera la primera vez.

Pero quería que ella explicara las cosas antes de decirle cualquier cosa, no quería hablar, solo escuchar.

Al no recibir una respuesta, la mujer respiró entrecortado, limpiándose rápidamente las lágrimas que lograron bajar por sus mejillas.

―B-bueno, primero que nada quiero decirte que planeaba contarte todo esto, con tu padre lo teníamos planeado, pero las cosas...no salieron como lo teníamos planeado―Yoongi miró con atención las reacciones de Jimin, no siendo capaz de sentirlo, pero intentando leer sus expresiones o movimientos.

― ¿Papá sabía esto? ―preguntó bajito Jimin.

―Claro que sí, tu padre lo sabía todo de mí―Jimin asintió ante la respuesta y se reservó, siendo esas las únicas palabras que planeaba soltar hasta que su madre terminara de hablar.

―Desde que eras pequeño siempre te he introducido al mundo de los seres mitológicos, de la forma más disimulada que encontré en ese entonces. Quería que conocieras algunas cosas de ese lado, porque...―Jimin vio de reojo a Yoongi y regresó la vista a su progenitora. ―Porque yo pertenezco a ese mundo, Jiminie.

El menor tragó duro ante la confesión, analizando fríamente los rasgos de su madre, no logrando encontrar nada físico que la vinculara con ese lado.

―Yo escapé, bueno, tu padre me ayudó a escapar cuando supimos que tendríamos un bebé. El día en el que supe que estaba esperándote, estaba muy confundida y preocupada, porque mi pareja de apareamiento no era un ser mágico como debería, sino que era un humano―la Ninfa comenzó a jugar con sus dedos en acto de nerviosismo. ―Ese mundo no era bueno ni para ti, ni para mí. Porque soy una Ninfa diferente, una que solo era utilizada por sus características especiales.

Jimin no pudo evitar ver a Yoongi, ya que las historias eran bastantes similares, a excepción del embarazo, claramente.

― ¿Te gustaría que te cuente la historia de cómo nos conocimos? ―preguntó cautelosa, no sabiendo si era demasiado para el menor.

Fairytale 🍃 YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora