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Jimin miró con asombro el camino por el que pasaban, muchos árboles decorando el camino, dándole un aspecto muy bonito. Muy pocos autos se encontraban transitando en esa calle, por lo que el ambiente era sumamente tranquilo.

―Jiminie, me duelen mis alas―se quejó Yoongi con el ceño fruncido, su nariz arrugándose ante la disconformidad del medio de transporte que habían utilizado.

―Hyung, puedes estirarlas, solo haz el asiento un poco hacia atrás―dijo con una sonrisa, manteniendo su vista sobre el camino. ―Le das a la palanca que está al lado derecho del asiento y podrás retrocederlo.

El hada miró el camino, sabía que faltaba muy poco para llegar, pero sus alas estaban doliendo mucho por no poder sacarlas durante tanto tiempo, por lo que buscó la palanca que Jimin le decía.

―Primero desabrocha tu cintu...

― ¡Ah! ―se quejó Yoongi cuando el asiento se hizo hacia atrás de golpe y él tuvo que mantenerse en el lugar por la presión que hizo el cinturón de seguridad sobre su torso.

―...Cinturón de seguridad―complementó el menor con una sonrisa, viendo de reojo al hada, quien tenía el rostro rojo por la vergüenza.

Jimin cruzó donde el GPS le había indicado, viendo que el pavimento desaparecía, siendo reemplazado por un camino empedrado, por lo que el viaje comenzó a ser un poco más incómodo.

Yoongi estiró sus alas y jadeó gustoso cuando por fin pudo liberarlas, intentando no moverse demasiado para no golpearlas con algo o lastimar a Jimin con ellas.

―Según sé, la colonia donde vive mi madre tiene permitido entrar vehículos, podemos dejar el auto fuera de su casa―dijo mientras buscaba entre las casas la que tuviera el número de su madre, la casa treinta y dos.

Yoongi veía encantado el lugar, era lo más cerca que veía de una población de humanos que vivieran como seres mitológicos, al menos los de su clase.

―Tu madre tiene buenos gustos en casas, aquí es un gran lugar―dijo mientras colocaba sus manos sobre el cristal de la ventana, viendo todo con suma atención.

Sabía que algunos humanos preferían en vivir en pueblos alejados de la ciudad, incluso algunos viviendo dentro de los bosques. Pero aquellos que estaban habitados por seres mitológicos, se volvían prohibidos para otros seres que no lo sean, por lo que se hacía todo lo posible para desterrarlos o catalogar el bosque como inhabitable o peligroso.

Aún así, muchas veces los seres mitológicos han tenido que evacuar hasta otros bosques porque los humanos se encargan de destruirlos para construir sus edificios o casas, por lo que siempre mantenían a disposición los bosques en desarrollo, para aquellas especies que pudieran adecuarse y lo necesitaran.

Por eso a las hadas del pueblo les sentó tan mal el enterarse que Tzuyu le había causado tanto daño a esa "hada refugiada" porque se supone que ellas iban a ese bosque para estar seguras, no lo contrario.

―Mi madre siempre ha amado la naturaleza, me decía que se mantenía en la ciudad solo por mi padre y su empleo, pero que cuando...―Jimin respiró hondo, intentando no ponerse demasiado sentimental. ―Pero que cuando mi padre se jubilara comprarían una casita en esta zona, para vivir ambos tranquilos.

Yoongi despegó las manos de la ventana y se sentó correctamente, el asiento había sido devuelto a su posición original y las alas habían regresado a su espalda. Miró a Jimin con una pequeña sonrisa apenada, colocando una de sus manos sobre uno de los muslos de Jimin, intentando darle apoyo.

Fairytale 🍃 YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora